Desde sus primeras horas, la mañana del pasado 17 de febrero, la atención sobre la operación Pértiga, contra el tráfico de sustancias dopantes, se centró en Asturias. Allí se habían producido la mayoría de las detenciones (8 de 15), entre ellas la de Pedro Pablo Nolet, exatleta dos veces campeón de España de 100 metros y una vez de 200, y olímpico en Atlanta 96. Con él había sido arrestado Pablo Castro, propietario de la tienda de nutrición Nutrifrog en la que trabajaba el exatleta en Oviedo, y de otras bajo el mismo nombre en Avilés y Gijón. Una parte sustancial de la investigación se había centrado en atletas, culturistas y piragüistas que se movían alrededor de esos establecimientos, como clientes o vinculados a ellos a través de patrocinios. Pero había más que Asturias.

Esa misma mañana, en Barcelona, el Grupo Antidopaje de la Policía Nacional detuvo también a Esteban Amat (Barcelona, 1969), a quien los investigadores consideran uno de los principales suministradores de sustancias dopantes del culturismo español: de los detenidos en operaciones de este tipo, el que servía a un mayor número clientes.

En la operación cayeron también dos campeones de España de culturismo y un subcampeón del mundo. En los numerosos registros de la operación los agentes se incautaron de abundantes dosis de hormona del crecimiento, anabolizantes y esteroides bajo distintas denominaciones comerciales.

El propio Amat tiene un nutrido palmarés como culturista, en el que figuran tres campeonatos de España, cuatro subcampeonatos y dos segundos puestos en la Copa de España. Además, terminó dos veces entre los diez primeros en mundiales amateur, fue una vez sexto de Europa y consiguió un subcampeonato mundial Master en 2011 en Barcelona.

5.000 euros mensuales

Ahora ya no compite -tiene el hombro izquierdo "inutilizado", ha explicado en una entrevista-, y se dedica al asesoramiento y preparación de culturistas. Según documentación a la que ha tenido acceso EL ESPAÑOL, las pesquisas han identificado a más de 200 clientes repartidos por toda España, a los que asesoraba principalmente a través de correo electrónico. Entre ellos hay muchos culturistas de competición, pero también se encuentran otros que practican de manera menos dedicada. Aparecen, por ejemplo, varios militares, un bombero de Oviedo, un guardia civil de Melilla, algún portero de discoteca, monitores de gimnasio, empleados de tiendas de nutrición, y varias personas que, a su vez, ejercen como preparadores de otros culturistas.

A cada uno de estos clientes, Amat les cobraba entre 20 y 25 euros mensuales por el asesoramiento. Sólo por esta actividad obtenía al mes alrededor de 5.000 euros, según él mismo reconoce en una de las escuchas incluidas en el sumario del juzgado número 2 de Oviedo que se ocupa del caso.

Además del asesoramiento, según los investigadores Amat también vendía a sus clientes los productos que debían tomar para complementar los entrenamientos. Bajo el concepto “cuota dieta”, iban no sólo los productos nutricionales, sino también las sustancias dopantes. Todo lo incluía en una factura a la que aplicaba un IVA del 21%.

La relación de los deportistas con Amat para el asesoramiento remoto comenzaba con un cuestionario básico online. Les pedía datos básicos (nombre, DNI, edad, estatura real, peso real en ayunas, ocupación…), les preguntaba qué les había movido a decidirse por él, las expectativas, enfermedades o lesiones. Casi al final incluía esta pregunta: “¿Has tocado química, durante cuánto y cuánto hace que no tomas nada o si estás tomando ahora y desde cuándo?”.

Los riesgos para las mujeres

Además de los materiales estándar, para las mujeres disponía de una nota informativa específica acerca de la “química”, las sustancias dopantes: “Los esteroides -se lee en el documento- que las damas pueden usar de forma segura son pocos: oxandrolona (anavar), stanozolol (winstrol), metenolona (primobolan) y boldenona (equipoise, equigan)”.

Continúa explicando que los ciclos de esteroides deben ir acompasados con el ciclo menstrual, y comienza a señalar algunos contratiempos posibles: “Aquellas féminas sensibles que no recuperan el sangrado tras terminar el ciclo de esteroides deben esperar hasta dos semanas más después del día que le debería haber venido. Si en estas dos semanas adicionales no se presenta sangrado de forma natural, se induce químicamente mediante el uso de HCG [hormona gonadotropina]”. Hasta ahí el documento de Amat contempla una solución sanitaria autogestionada.

La guía continúa: “Si aún así no se presenta [el sangrado], esto indica que la dama es extremadamente sensible y pone de manifiesto algún problema previo al uso de esteroides que estos han terminado agravando de algún modo. Debe reconsiderarse en este caso su uso futuro. La dama debería acudir a su médico y exponer su caso para recuperar el normal funcionamiento”.

Contempla algún problema más: “El resultado de la analítica hormonal puede arrojar valores altos de prolactina y ésta causa infertilidad; en este caso debe iniciarse un tratamiento con bromocriptina o cabergolina durante un mes más o menos, o bien hasta un posible embarazo (que debe evitarse)”.Y sigue: “Las mujeres quedan parcialmente fértiles durante las 4 primeras semanas de ciclo y por seguridad deben tomarse medidas para evitar un posible embarazo. Un embarazo en esta fase sería problemático y es muy probable que no sea exitoso”.

Una de las versiones de la guía usada por Amat termina explicando que aparte del paquete químico básico del que están hablando, hay disponibles tratamientos más ambiciosos: “Evidentemente, esto es una guía para aficionados (incluso con fines competitivos) no para profesionales. Otros fármacos y dosis pueden ser utilizados por las profesionales o por aficionadas más ambiciosas para un mayor rendimiento y mejores ganancias pero evidentemente también con los consecuentes efectos secundarios, múltiples riesgos para la salud y virilización”.

Después de ser detenido y de prestar declaración, Amat, al igual que los demás arrestados, quedó en libertad provisional y sigue su vida con aparente normalidad. Continúa con su actividad de preparación de culturistas, tal como ha contado públicamente en las redes sociales alguno de los clientes que ya aparecen en el listado de más de 200 identificados por la Policía. También imparte formación para otros preparadores, como el seminario de culturismo del pasado 18 de junio en Anef, un centro barcelonés de formación de técnicos del fitness, en el que colabora otro de sus clientes de la lista de 200.

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