Los pocos calificativos que quedaban para describir a Marc Márquez ya se han acabado a tenor de la capacidad de resiliencia que ha demostrado tener el piloto de Ducati en una temporada que ha acabado siendo histórica.
Seis años han tenido que pasar para que el de Cervera volviera a ganar el Mundial de MotoGP, el séptimo en la categoría reina del motociclismo con el que empata a Valentino Rossi. "Ahora estoy en paz", así ponía Marc fin a un lustro infernal que le hizo pensar en llegar a tirar la toalla.
Un viacrucis con cuatro penitencias, el mismo número de operaciones a las que se tuvo que someter para recuperar la movilidad en su brazo derecho y demostrarse a sí mismo que podía volver a ser el mejor.
Y es que Marc Márquez ha vivido una carrera marcada por la gloria y por un calvario físico que, en varios momentos, le hizo plantearse seriamente retirarse de MotoGP.
Entre la fractura del húmero de 2020, las sucesivas operaciones y los episodios de diplopía, el nueve veces campeón del mundo llegó a admitir que "la retirada estuvo cerca".
Una auténtica pesadilla
Todo empezó a torcerse el 19 de julio de 2020, en el Gran Premio de España en Jerez, cuando Márquez sufrió una brutal caída que le fracturó el húmero derecho a más de 150 km/h.
Operado de urgencia, se le implantó una placa de titanio para estabilizar el hueso y, contra toda lógica médica, intentó volver a subirse a la moto apenas unos días después, en el siguiente fin de semana de carreras en el mismo circuito.
Marc Márquez se levanta corriendo durante su caída en la curva 2 del circuito de Mugello.
Ese regreso exprés fue uno de los mayores errores de su carrera. El esfuerzo rompió la placa, obligó a una segunda operación y abrió la puerta a una infección que impediría que el hueso consolidara con normalidad, dando inicio a una pesadilla que se prolongaría durante varios años.
La fractura de Jerez no se quedó en una lesión más en el historial de Márquez, sino que se convirtió en el eje de un viacrucis médico.
En total, el de Cervera tuvo que pasar cuatro veces por quirófano por el mismo brazo: tres intervenciones en 2020 por la rotura de la placa y la infección y una cuarta cirugía en 2022 en Estados Unidos para corregir una rotación anómala del húmero.
Esa rotación hacía que el brazo apuntara en una posición distinta a la que sentía el piloto, comprometiendo su control de la moto incluso en gestos cotidianos.
Mientras luchaba por recuperar su brazo, apareció otro enemigo conocido: la diplopía, un trastorno de visión doble que ya había sufrido en 2011.
Tras una caída en Indonesia y otros incidentes en pista, los médicos de Repsol Honda confirmaron nuevos episodios de visión doble, provocados por una parálisis recurrente del cuarto nervio óptico del ojo derecho.
Esta lesión, que le impedía siquiera acercarse a una moto de carreras, obligó a Márquez a detenerse y someterse a controles neuro-oftalmológicos periódicos, con la incertidumbre de no saber si la vista se recuperaría del todo.
"Si no hay solución, me retiro"
Con el rendimiento en caída libre, un equipo Honda cada vez menos competitivo y un cuerpo castigado, Márquez empezó a verbalizar por primera vez la palabra tabú: retirada.
El punto de no retorno llegó en 2022, cuando anunció en Mugello que se sometía a una "cirugía de todo o nada" para intentar recuperar la alineación de su brazo. "Si no hay solución, me retiro", llegó a verbalizar antes de la operación.
A principios de diciembre, en su reacción al primer capítulo de 'VOLVER', un documental de DAZN, el español manifestó que "por un lado quería tirar la toalla porque estaba siendo muy duro. Pasa de lo físico a lo psicológico que es mucho más duro".
"El entorno es el que te aconseja y a mí mis amigos me dijeron una frase que me marcó: 'Nosotros seguiremos siendo tus amigos'. Yo eso no lo entendía, pero salir de esa zona de confort era lo que a mí me retenía", reconoció el nueve veces campeón del mundo.
Para regresar a la cima de MotoGP seis años después, Marc Márquez ha tenido que romper el fuerte vínculo que le unía con la marca Honda, relación que terminó con seis mundiales; dio un paso atrás fichando por Gresini (equipo satélite) esperando a que le llegara la oportunidad de subirse a la Ducati. Cuando esta llegó, no la desaprovechó.
Un regreso esperado
En su primer año con una moto completamente nueva y con un equipo de ingenieros y mecánicos diferentes, el español se ha llevado el Mundial con un dominio tan apabullante que hacía tiempo no se veía en MotoGP.
Y es que si bien la temporada comenzó con las amenazas de Jorge Martín y Pecco Bagnaia, finalmente solo su hermano Álex fue capaz de 'ponerle en apuros' con la Gresini, aunque el campeonato no peligró en ningún momento para el mayor de los Márquez Alentá.
El regreso a lo más alto del Mundial que se ha culminado con varios récords, como el de convertirse en el piloto español con más podios de la historia en la categoría reina, así como también de victorias en el Mundial.
Superadas las 90 victorias de Ángel Nieto, el piloto español con más victorias en el motociclismo, Marc Márquez ya ha fijado cuáles serán sus próximos retos a los que enfrentarse: alcanzar los 115 triunfos de Valentino Rossi y los 123 de Giacomo Agostini.
La fractura que sufrió en el hombro durante el GP de Indonesia le privó de participar en los últimos cuatro grandes premios y poder optar así a ganar una carrera más con la que acabaría el año llegando a las 100.
Marc Márquez junto a Ángel Nieto durante su etapa en Honda.
Pese a quedarse a las puertas de ese centenar de victorias, Marc Márquez puede decir que este año se ha proclamado como el piloto español con más podios en el campeonato del mundo de motociclismo.
El de Cervera suma un total de 165 podios en su carrera deportiva para ser el mejor español, pero en la general, todavía queda un paso más: Valentino Rossi.
'El Doctor' frenó su contador en los 235 podios que consiguió hasta que se retiró el 14 de noviembre de 2021 en el GP de Valencia a los 42 años. Es decir, Marc tiene diez años de margen, siempre y cuando quiera seguir dominando la categoría reina del automovilismo.
Siguiendo con los récords, en Aragón reeditó una marca propia, la de haber liderado todas las sesiones de un gran premio, que no pasaba desde que lo hiciese el propio Márquez en Sachsenring en 2015. Precisamente en Alemania el '93' estableció otro hito.
El de Cervera superó el récord histórico de Grand Chelem de MotoGP, que hasta ahora ostentaba Casey Stoner. Esto es hacer la pole, conseguir la vuelta rápida, ganar la carrera y además liderar todas las vueltas de la prueba. Catorce años después, Márquez batió el registro del australiano.
El ilerdense puso en Motegi el broche de oro a una temporada arrolladora y el motociclismo vuelve a sonreír al ser testigo del renacimiento del piloto español más laureado de la historia. Marc Márquez sigue haciendo historia.
