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Jorge Lorenzo es uno de los grandes campeones del motociclismo español y también ha sido el protagonista silencioso de una batalla que libró fuera de los circuitos y que, según ha confesado, marcó su vida personal y profesional.

Se trata de su guerra con Hacienda, una disputa fiscal que duró casi una década y que puso en riesgo más de 40 millones de euros de su patrimonio.

Todo comenzó cuando la Agencia Tributaria le notificó la apertura de una investigación por los ejercicios fiscales de 2013 a 2016.

Según Hacienda, el balear residía en España durante esos años y, por tanto, debía tributar en el país. Sin embargo, Lorenzo sostenía que vivía legal y efectivamente en Lugano (Suiza), donde se había establecido por motivos tanto fiscales como personales y profesionales.

"Quería estar tranquilo, concentrado, y cerca de la sede de Yamaha, a apenas una hora", explicó en una entrevista en el podcast The Wild Project de Jordi Wild.

Jorge Lorenzo, durante un test con Yamaha Europa Press

Acusaciones millonarias

La reclamación de Hacienda era millonaria. Solo por el bloque de 2013-2015, la Agencia Tributaria le exigía más de 35 millones de euros en concepto de IRPF.

A esa cifra se sumaban otros 11,3 millones correspondientes a 2016, desglosados en 7,8 millones de cuota y 3,6 millones en sanciones.

En total, una cifra superior a los 40 millones de euros que, según el propio Lorenzo, habría significado la pérdida de hasta "el 80% de mi patrimonio".

La presión fue tal que afectó a su salud física. "Empecé a perder el 90% del pelo de la barba", relató.

El estrés, la incertidumbre y la posibilidad de que todo su esfuerzo sobre la moto pudiera quedar en nada le pasaron factura. "Una de las razones por las que me retiré fue esto de Hacienda. Me estaba jugando la vida para que, de repente, me arruinaran injustamente", confesó.

Jorge Lorenzo en la rueda de prensa de los tests de Portimao Instagram (yamahamotogp)

"Me sentí perseguido"

El pentacampeón del mundo aseguró que tomó todas las precauciones legales para acreditar su residencia en Suiza: pagos con tarjeta en el extranjero, llamadas telefónicas, contratos firmados fuera de España… Incluso contrató a un equipo de abogados expertos en fiscalidad internacional.

Aun así, la Agencia Tributaria inició una investigación exhaustiva, que incluyó contactar con aerolíneas para rastrear posibles viajes a España: "Aceptaron billetes que ni siquiera eran míos. Actuaban como detectives, y muchos datos eran incorrectos", denunció.

Además, Lorenzo criticó el modelo fiscal español, al que calificó de especialmente duro en comparación con otros países europeos.

"En Italia, por ejemplo, basta con depositar el 10% de lo que te reclaman hasta que se resuelva el caso. Aquí te exigen el 100%, más intereses y recargos. Es un sistema muy agresivo", señaló.

Jorge Lorenzo, durante el Gran Premio de Japón EFE

Victoria judicial

Pese a todo, Lorenzo logró finalmente una victoria. En 2021, el Tribunal Económico-Administrativo Central anuló las actas de IRPF de los años 2013, 2014 y 2015, reconociendo su residencia fiscal en Suiza. Dos años más tarde, en 2023, el TEAR de Cataluña hizo lo propio con el ejercicio 2016.

El día que recibió la llamada de sus abogados fue "uno de los más felices" de su vida. "Más que muchos de mis mundiales", aseguró.

El motivo: la resolución favorable evitó un desastre personal y económico que habría cambiado su vida para siempre.

A modo de anécdota, relató que apenas una semana y media después de conocer la sentencia, su barba volvió a crecer. "Fue como quitarse un peso de encima".