La vuelta rápida parecía tener un claro propietario tras lo visto en los entrenamientos libres y Marc Márquez cumplió con los pronósticos en un circuito donde suma cinco poles en las seis ediciones celebradas del Gran Premio de Argentina. En el trazado de Termas de Río Hondo, técnico y curiosamente con más curvas a la derecha (nueve) que a la izquierda (cinco), el piloto español del equipo Repsol Honda tiene tantos recuerdos dulces como amargos. Especialmente desagradables los de la pasada temporada, cuando fue sancionado hasta en tres ocasiones en la caótica carrera que ganó Cal Crutchlow.

Tras sufrir un problema mecánico en la última sesión libre, cuando tuvo que volver al box escoltado por un comisario de pista tras dejar su Honda RC213V apoyada en el muro después de un incidente con la cadena, Márquez tomó la delantera y salió a la sesión de clasificación con Jorge Lorenzo (duodécimo) pegado a su rueda. Labor de equipo en una primera tanda en la que el vigente campeón del mundo marcó un registro de 1:38.767 que le situó primero.

Ahí se mantuvo hasta que, a falta de un minuto y medio para el final de la sesión oficial, Maverick Viñales tomó la delantera rebajando en casi tres décimas el crono de Márquez.

El piloto de Honda no había dicho su última palabra y en su penúltimo giro estableció un registro de 1:38.304 que le permitió sumar su pole número 81 en el Campeonato del Mundo. “Estaba siendo un fin de semana perfecto hasta el incidente del último entrenamiento libre. Esperaba que el resto de pilotos estuvieran cerca porque hay bastante agarre. Estoy muy contento con esta pole y ahora a esperar qué tiempo hace mañana”, analizó Márquez ante el pronóstico de tormentas a lo largo de la jornada del domingo.

Maverick Viñales y Andrea Dovizioso, que sufrió una caída en el tercer entrenamiento libre, completan la primera línea de la parrilla de salida; mientras que Valentino Rossi, Jack Miller y Francio Morbidelli partirán desde la segunda.