Después de un invierno calamitoso, en el que llegó a asegurar que necesitaba un milagro porque no recordaba una pretemporada tan complicada desde que llegó a Yamaha, Valentino Rossi ha sabido reconducir la delicada situación y confía en haber solucionado los problemas que arrastraba en el tren delantero.

El enésimo milagro dominical de Il Dottore llegó en la carrera de la cita inaugural de la temporada, en la que tomó la salida desde la décima posición después de unos pobres entrenamientos y finalizó en el tercer escalón del podio.

“Mejoramos mucho las sensaciones y la carrera fue una sorpresa para nosotros porque no lo hice nada mal. Afortunadamente, la moto cambió totalmente después de tantos experimentos. Dimos un paso hacia delante para solucionar los problemas con el tren delantero, pero todavía tenemos que ajustar otras cosas”, advierte Rossi antes de enfrentarse a un circuito en el que suma dos podios y una victoria que celebró en 2015 ataviado con la camiseta de Maradona.

Un gesto con el que se metió al público argentino en el bolsillo y, por eso, podrá contar en esta edición con una tribuna en la que 4.000 de sus seguidores se vestirán de amarillo.

Reconoce que desde que probó la versión 2017 de la YZR-M1, el pasado mes de noviembre, nunca se sintió cómodo. “Ha sido mi error porque necesité más tiempo para comprender la moto y la situación llegó a ser bastante crítica”, concede el piloto italiano, que en el circuito argentino de Termas de Río Hondo llegará a los 350 grandes premios disputados.

Unos números que ningún otro piloto ha alcanzado en la historia del campeonato del mundo y que suponen su participación en el 39,4% de las 888 carreras mundialistas celebradas desde 1949. “No recuerdo lo que pensaba cuando empecé en el campeonato del mundo porque ha pasado tantísimo tiempos [risas]”, bromea Rossi, que afronta su vigésimo segunda temporada desde que debutó en 1996.

Los problemas en el tren delantero que acusa el piloto italiano, derivados en parte por los compuestos que Michelin ha adoptado en sus neumáticos en 2017 y que cuentan con una construcción menos rígida, pueden esfumarse en el GP de Argentina porque el fabricante francés ha puesto a disposición de los pilotos una carcasa más dura.

“Cuando comenté a Michelin que tenía problemas con el neumático delantero, me dijeron que era el único. Sí aquí han decidido traer un neumático con una construcción más dura [la utilizada en 2016 a partir del GP de Argentina tras el grave incidente de Scott Redding], será que alguien más se quejó… Será muy interesante probar ese nuevo neumático para comparar sensaciones”, asegura Il Dottore, quien se excluye entre los favoritos para dar todo el protagonismo a su compañero de equipo y líder de MotoGP.

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