Jerez

Con la llegada del ingeniero italiano Gigi Dall’Igna al final de la temporada 2013, Ducati puso los cimientos de un ambicioso plan que ha concretado con el fichaje de Jorge Lorenzo para las dos próximas temporadas. El proyecto ideado por la fábrica de Borgo Panigale pasaba por conseguir una moto competitiva que permitiera atraer a un piloto top. La pasada campaña quedó demostrado que la Desmosedici era un prototipo preparado para la victoria, pese a que ni Andrea Dovizioso ni Andrea Iannone consiguieron una victoria –ocho podios entre los dos-. Con esta carta de presentación, era la oportunidad perfecta para lanzarse a la caza y captura de un campeón del mundo de MotoGP porque todos los pilotos de la parrilla de la clase reina concluyen sus contratos al final del presente curso.

Paolo Ciabatti, director deportivo de Ducati, ha confesado que hablaron con Marc Márquez y Jorge Lorenzo, con el que comenzaron contactos en firme tras el anuncio de la renovación de Valentino Rossi durante el GP de Qatar. Un acuerdo que se cerró con rapidez porque al tricampeón del mundo de MotoGP le apasionaba el reto de ganar otro título con otra moto diferente a la Yamaha, la única que conoce desde que debutó en la categoría reina en 2008.

“Si Ducati me ha fichado es para intentar ganar el campeonato. Es el mayor reto de mi carrera deportiva y la decisión más complicada que he tomado nunca, pero no es el momento en el que he sentido más presión. La presión la sentía cuando tenía 15 años, no había conseguido nada y de mis resultados dependía mi futuro en todos los términos. Ahora tengo la vida solucionada. Se trata de una cuestión de motivación y de intentar hacer historia en un equipo donde sólo ha ganado Casey Stoner”, explica Lorenzo, dejando claro en su decisión no ha primado la parte económica: “Las dos ofertas eran las mejores que un piloto de MotoGP puede tener, pero al final ha podido más la motivación para hacer historia. Un cuarto o un quinto título con Yamaha estaría muy bien, pero ganar con Ducati me cambiaría la vida. En la vida tienes que intentar hacer historia”.



Una vez aclarado su futuro antes de lo que él tenía previsto porque le hubiera gustado hacerlo a mitad de temporada, el piloto español no teme que ahora le traten de forma diferente en la fábrica de los tres diapasones. “No creo que Yamaha base todos sus esfuerzos para ganar el campeonato en un solo piloto, porque nunca se han portado mal conmigo y nunca me han faltado buenas piezas y material. Quedan 15 carreras por delante y estoy centrado en el presente. Pienso en azul y quiero ganar el campeonato. Siento que tengo más potencial que el año pasado”, asegura Lorenzo, a quien le encantaría despedirse del que ha sido su equipo durante las últimas nueve temporadas con su cuarta corona de campeón debajo del brazo y, de paso, igualar los mismos títulos logrados por Valentino Rossi.



Lin Jarvis, managing director de Yamaha Motor Racing, fue el hombre que apostó por Lorenzo cuando el piloto español todavía estaba disputando su primera temporada de 250cc, en 2006. “Es como cuando en una discoteca pides a una chica que baile contigo y luego se va con el de al lado”, ha valorado, con su habitual humor británico, el máximo responsable del departamento de competición de la fábrica de los tres diapasones: “Siempre hemos estado muy implicados con Jorge desde que llegó a Yamaha y lo haremos hasta el final. Le hicimos la mejor oferta posible, pero Jorge buscaba otras motivaciones. En estos momentos, Ducati es muy competitiva y allí Lorenzo podrá ser el número uno. Hemos tenido a Valentino y Jorge muchos años juntos y no es fácil, os lo aseguro”.



Una vez que Lorenzo ha desbloqueado el mercado de fichaje, ahora es Maverick Viñales el que debe decidir su destino. Un futuro vestido de azul, ¿de azul Suzuki o de azul Yamaha?