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Lando Norris celebró en Abu Dabi el título que llevaba años persiguiendo, ser el 35º campeón de la historia de la F1.

Su tercera posición en Yas Marina le bastó para destronar a Max Verstappen por solo dos puntos y convertir a McLaren en campeona por primera vez desde 2008.

Pero apenas unas horas después de su coronación, el británico descubrió el coste de ganar un Mundial de Fórmula 1: la factura de la FIA para renovar su Superlicencia superará el millón de euros.

El organismo rector del automovilismo actualiza cada temporada las tarifas de este documento imprescindible para competir en F1.

La cuota de 2026 llega con un incremento respecto al año anterior tanto en el pago fijo como en el importe por cada punto sumado en el campeonato.

Y para un piloto campeón que acumula más de cuatrocientas unidades, la cifra final se dispara.

Lando Norris rueda en su McLaren durante el GP de Abu Dabi. Reuters

Penaliza el éxito

Según la información publicada por Planet F1, la tasa fija de la Superlicencia ascenderá a 11.842 euros, por encima de los diez mil que se aplicaron en 2025.

A esa cantidad se suma un pago de 2.392 euros por punto conseguido durante la temporada.

En el caso de Norris, que cerró el curso con 423 puntos, el resultado es contundente: su licencia de 2026 tendrá un coste total de 893.989 libras, cerca de 1,04 millones de euros al cambio.

El sistema está diseñado para que quienes más puntos anotan -y, por tanto, mejores resultados obtienen- afronten un pago más elevado.

Un modelo que genera debate año tras año, pero que se mantiene vigente pese a las críticas de algunos pilotos. El nuevo campeón, que logró siete victorias y firmó la mejor campaña de su carrera, bate así su propio récord financiero.

Nunca había tenido que asumir una cifra semejante por su permiso, aunque en el garaje de McLaren ya saben que la factura es directamente proporcional al rendimiento en pista.

Lando Norris y Max Verstappen, en el Gran Premio de Qatar 2025 Reuters

Verstappen, al límite

La batalla ajustada por el título ha tenido otra consecuencia: la factura de Max Verstappen, que rozó el campeonato hasta la última prueba del año, será solo ligeramente inferior a la de Norris. El neerlandés terminará pagando 889.811 libras por su licencia de 2026.

La cifra contrasta con la que abonó para competir en 2024, cuando Red Bull asumió un coste superior al millón de libras después de que el piloto batiera el récord histórico de puntos en 2023.

Aquel año terminó con 575 unidades y un dominio absoluto, que se tradujo también en una factura desorbitada.

Verstappen expresó entonces su desacuerdo con este sistema: "No creo que sea correcto que tengamos que pagar tanto", explicó

"No ocurre en otros deportes y cada vez hay más carreras", declaró a Viaplay. Aunque reconoció que Red Bull cubrió el coste, dejó claro que el modelo le resultaba desproporcionado.

McLaren, sin política interna

El detalle de quién paga estas licencias varía según cada equipo. En Red Bull lo asumieron al menos en 2024, pero no hay certeza de que McLaren adopte la misma política.

Si la estructura de Woking no decide cubrir el pago, Norris y su compañero Oscar Piastri -tercero del Mundial, con un coste previsto de 866.195 libras- tendrán que afrontar personalmente cantidades muy superiores a las del pasado año.

El australiano protagonizó también un salto económico notable: su factura subirá unos trescientos mil euros respecto a la temporada anterior, reflejo directo de su progresión y del apretado duelo a tres por el título.

Los campeones del mundo suelen insistir en que cualquier sacrificio queda compensado con la gloria. Norris no será una excepción.

Pero la normativa vigente convierte la tradicional fotografía con el trofeo en el preludio de un cálculo financiero de seis cifras. Un recordatorio de que, en la Fórmula 1 moderna, incluso el éxito tiene un precio.