Catar y Abu Dabi, no hay más. El calendario de la Fórmula 1 está próximo a llegar a su fin y ya solo restan dos grandes premios para cerrar una temporada en la que el Mundial no está aún decidido con la lucha incesante entre Lando Norris, Oscar Piastri y Max Verstappen.
Sobre el circuito de Yas Marina se pondrá el broche final a una campaña donde apenas se han limado asperezas entre la Federación Internacional de Automovilismo (FIA) y los propios pilotos.
El descontento de los más veteranos cada vez se agudiza más fruto del interés que tiene dicho organismo en primar el espectáculo por encima incluso de la seguridad y el bienestar de los protagonistas.
Justo un año después de que los pilotos se unieran y cargaran duramente contra la FIA como consecuencia de las sanciones recibidas por el uso de palabrotas, la relación entre ambas partes no ha mejorado, más bien todo lo contrario tras lo acontecido en Brasil y en Las Vegas.
Sobre el circuito de Interlagos, Oscar Piastri sufrió una penalización de 10 segundos por el accidente que tuvo con Kimi Antonelli y que también involucró a Charles Leclerc, quien se vio obligado a retirarse.
El piloto de McLaren intentó superar al italiano por el interior en la curva 1, pero su oponente se cerró consciente de que tenía a su derecha al de Ferrari, impactando finalmente los tres.
El australiano bajó de la segunda a la quinta posición, perdiendo ocho puntos muy valiosos a estas alturas de campeonato.
El 'Gran Circo' llega ahora a Catar, donde Carlos Sainz como presidente de la GPDA (Asociación de Pilotos de Grandes Premios) se reunirá con dicho organismo y con el resto de sus compañeros para debatir sobre la aplicación de las penalizaciones, la seguridad y la exigencia del calendario.
Lo primero que el español ha expresado es la necesidad de resolver la inconsistencia y falta de criterio a la hora de juzgar las acciones que se producen en pista. Y es que, de un tiempo a esta parte, han empezado a sancionarse los intentos de adelantamiento bajo la absurda regla del vértice.
Esta determina que quien llegue primero al vértice de la curva tiene derecho sobre la misma y puede trazar a su conveniencia, o incluso estrangular al oponente hasta sacarlo de pista.
"Es inaceptable"
Una norma que contraviene la lógica: de las carreras y propicia situaciones absurdas, como que se produzca una especie de carrera alocada por frenar lo más tarde posible para ganar ese derecho y, luego, "que sea lo que tenga que ser".
"Creo que necesitamos urgentemente ponernos al día e intentar resolverlo porque, para mí, el hecho de que Oscar recibiera una penalización en Brasil es inaceptable, honestamente, en la categoría en la que estamos y siendo la cima del automovilismo", expuso un Carlos Sainz visiblemente molesto.
Verstappen, Norris y Sainz, tras la qualy del GP de Las Vegas.
"Es algo que no entiendo. No entendí mi penalización en Zandvoort. No entendí por qué Ollie (Bearman) recibió una penalización cuando ambos chocamos en Monza. No se merecía esa penalización y se lo dije fuera de la carrera. No entendía cómo me habían penalizado con 10 segundos en Austin (por chocar con Antonelli)", describió el madrileño.
"Y luego la situación de Brasil, así que ha habido no uno, sino varios incidentes este año que, para mí, están muy, muy lejos de donde debería estar este deporte", reiteró el piloto de Williams.
Tras Sao Paulo, el 'Gran Circo' llegó a Las Vegas, el comienzo de una triple jornada. Y es que la Fórmula 1 se dirigirá ahora a Oriente Medio para las dos últimas citas del año. Qatar tiene 11 horas de diferencia con la ciudad de los Estados Unidos, lo que supone un desafío adicional para que los pilotos se adapten antes del fin de semana de carrera.
Dicho escenario dejó inquieto a Fernando Alonso. "El lugar en el calendario, si soy totalmente sincero, es difícil para nosotros. Venir aquí con la diferencia horaria y lo lejos que está de Europa y Brasil hace dos semanas, y ahora ir directo a Qatar, son 17 horas de avión y 13 horas de diferencia horaria. No creo que ningún otro deporte del mundo acepte eso", confesó.
La alcantarilla, otra vez
Todo ello sumado al caos que se volvió a repetir en los entrenamientos libres con respecto a las alcantarillas. En los Libres 2, empezó a chispear a falta de 20 minutos para el final y coincidió con el salto de una rejilla de desagüe, lo que obligó a sacar la bandera roja y a detener la sesión.
Situación parecida a 2023 cuando una tapa de alcantarilla estuvo a punto de causar una desgracia irreparable a Carlos Sainz. Entonces, el Ferrari del madrileño succionó de golpe, incluso el aro exterior en el que estaba sellado el metal, y la pieza cortó por debajo el suelo de su coche, a centímetros de una de sus piernas.
"Tras el aviso de un comisario sobre una posible tapa de alcantarilla suelta antes de la curva 17, la Dirección de Carrera no pudo confirmar esta información a través de las cámaras de seguridad. La sesión se ha suspendido con bandera roja, como medida de precaución, y el personal de la Dirección de Carrera se encuentra en el lugar evaluando la situación", comunicó la FIA.
