Fernando Alonso afronta la recta final de la temporada con los pies en la tierra y sin ningún rodeo. Tras el Gran Premio de Estados Unidos, el asturiano admitió que su monoplaza “no es lo suficientemente rápido” y que las próximas fechas, México y Las Vegas, podrían ser los retos más complicados para su equipo: “Dan miedo”.
El aviso de Alonso tras el GP de Austin
De acuerdo con lo revelado a medios, previo al Gran Premio de México, Alonso fue claro al mencionar la complicada carrera que vivió lejos de los equipos de cabeza en Estados Unidos: “No creo que haya nada que celebrar”.
El bicampeón mundial añadió que, sobre el papel, México y Las Vegas son dos pistas de gran exigencia, mencionando incluso el temor que les tiene “dan miedo”.
Las palabras del piloto reflejan una autocrítica abierta en el seno del equipo Aston Martin Aramco F1 Team, que entró en la temporada con grandes expectativas y ahora se encuentra en una fase de contención y aprendizaje.
La adaptación al nuevo reglamento y las irregularidades en el desarrollo técnico han sido recurrentes obstáculos frente a rivales como McLaren F1 Team o Mercedes‑AMG Petronas F1 Team.
México y Las Vegas: dos desafíos al límite
El Gran Premio de México, que se disputará en el Autódromo Hermanos Rodríguez el día 26 de octubre, representa un auténtico examen técnico para Alonso y su equipo. La altitud de Ciudad de México reduce la carga aerodinámica y exige una gestión térmica más exigente, un punto delicado según los informes internos del equipo para este tipo de circuito.
El piloto lo sintetizó muy claro: “Sobre el papel, México y Las Vegas son los peores de los que quedan; si conseguimos un punto o dos en México, será bienvenido”. Respecto a Las Vegas, el trazado urbano, las largas rectas y las condiciones nocturnas agravan la carga sobre el monoplaza británico, que ya ha mostrado fisuras en circuitos similares.
Un cierre de temporada con sabor a evaluación
Pese al tono autocrítico, Alonso no pierde enfoque. El piloto español subraya que este tramo final servirá para recopilar datos clave de cara a 2026 y para asentar una base más firme. “No hay nada que celebrar ahora; pero sí mucho que aprender”, comentó tras la carrera de Austin.
México y Las Vegas se perfilan, por tanto, como dos pruebas decisivas para medir el verdadero alcance del equipo. Consciente de que solo enfrentando los circuitos más exigentes se puede ser competitivo en la élite, Alonso encara este reto con mezcla de realismo y ambición.
