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Red Bull ha vivido una de sus semanas más convulsas desde que Max Verstappen es su piloto insignia.

La abrupta sustitución de Liam Lawson por Yuki Tsunoda ha desatado una tormenta interna que ni el propio tetracampeón del mundo ha podido contener.

El entorno de Verstappen, que en el pasado logró bloquear la llegada de Carlos Sainz al equipo, no ha logrado esta vez frenar una decisión técnica que ha dejado un sabor amargo en Milton Keynes.

Max Verstappen junto con Liam Lawson.

Guerra interna

Después de solo dos grandes premios disputados al volante del RB21, Liam Lawson fue apartado de la alineación titular y enviado nuevamente a la estructura satélite, Racing Bulls.

En su lugar, Yuki Tsunoda se subirá al monoplaza principal desde el Gran Premio de Japón. Una maniobra que no ha contado con el beneplácito de Verstappen, que no dudó en mostrar su desacuerdo, aunque de forma discreta, con un "me gusta" en una publicación crítica hacia el equipo.

El argumento de Red Bull Racing es claro: necesitan dos coches competitivos para luchar no solo por el campeonato de constructores, sino también para dar soporte estratégico a Max Verstappen en su camino hacia un quinto título mundial de Fórmula 1.

Así lo explicó Helmut Marko, asesor del equipo en Motorsport: "Sabemos que Max no está contento, pero necesitamos dos coches delante. Yuki ha demostrado consistencia, experiencia y fortaleza física en su cuarto año".

Una decisión sin consenso

La decisión fue tan drástica como controvertida. Muchos se sorprendieron de que Red Bull prescindiera de Lawson sin apenas darle tiempo de adaptación.

Sus pobres actuaciones en Australia y China fueron la justificación principal del equipo, pero voces autorizadas como el ex piloto Giedo van der Garde acusaron a la escudería de "intimidación" y de actuar por "pánico".

Verstappen, al igual que Pierre Gasly, apoyó públicamente esa visión con su interacción en redes sociales.

Incluso Jos Verstappen, padre del campeón y figura influyente en los movimientos internos del equipo, salió en defensa del piloto neozelandés: "Realmente espero que vayas y hagas un trabajo fantástico. Mereces estar en la F1", escribió en un comentario en redes.

Una muestra clara de que los Verstappen no comulgan con la manera en que se ha manejado este asunto.

El precedente de Sainz

Paradójicamente, la influencia del clan Verstappen sí logró resultados en otro momento decisivo. Según reveló recientemente el Daily Mail, Red Bull F1 consideró seriamente fichar a Carlos Sainz para la temporada 2025 tras su salida de Ferrari.

El piloto madrileño, actualmente con rumbo a Williams, fue descartado debido a la oposición del entorno de Max. La mala relación entre Jos Verstappen y Carlos Sainz Sr. habría sido determinante.

Sainz y Verstappen compartieron equipo en Toro Rosso en 2015. Aunque ambos eran debutantes, su convivencia fue tensa desde el inicio.

El neerlandés fue promovido rápidamente al primer equipo, mientras que Sainz quedó relegado, lo que marcó el inicio de una rivalidad silenciosa que aún hoy genera consecuencias.