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La Fórmula 1 vive sus primeras sacudidas en el Mundial 2025 con un protagonista inesperado: Liam Lawson.

El piloto neozelandés, elegido este año por Red Bull para reemplazar a Sergio Pérez en el segundo asiento de su escudería, ha tenido un inicio de temporada desastroso que ha encendido todas las alarmas en Milton Keynes.

Y con ello, se ha activado la famosa rueda trituradora de talentos que tantos nombres ha devorado bajo el manto de la marca de bebidas energéticas.

Lawson ha sufrido dos fines de semana consecutivos para el olvido. En Australia, no pasó de la Q1 y acabó estampado contra las protecciones tras salir desde el pit lane.

En China, el escenario fue aún más oscuro: último en la clasificación del Sprint, último en la Qualy principal y sin opciones reales de puntuar. Su mejor posición fue un 12.º puesto beneficiado por múltiples descalificaciones, lo que no disimula la realidad de un piloto perdido y superado por las circunstancias.

Frente a estos resultados, el histórico implacable de Red Bull con sus pilotos resurge. En apenas unos días, los rumores sobre su reemplazo han crecido hasta convertir la continuidad de Lawson en una moneda al aire.

Yuki Tsunoda, actualmente en Racing Bulls, es el gran favorito para ocupar su lugar. La idea de un trueque Lawson-Tsunoda sobrevuela con fuerza, sobre todo de cara al próximo Gran Premio de Japón, que se disputará en Suzuka, terreno natal del japonés.

Sin embargo, esa posible reestructuración interna también abre la puerta a un tercer actor clave: Franco Colapinto.

Franco Colapinto, en el paddock del Gran Premio de Azerbaiyán

Entre ilusión y riesgo

Franco Colapinto, piloto reserva de Alpine y uno de los talentos más prometedores del automovilismo actual, ha vuelto a colocarse en el radar de Red Bull. No es la primera vez: ya en 2024 hubo contactos entre ambas partes, aunque entonces no fructificaron.

Esta vez, su nombre ha sido barajado como posible ocupante del asiento en Racing Bulls, si finalmente Tsunoda asciende al equipo principal, e incluso del asiento de Lawson en Red Bull.

La posibilidad de ver a Colapinto en la parrilla de la F1 ha sido suficiente para agitar el paddock, pero también ha encendido un debate en el que el factor Briatore-Alpine resulta crucial.

Y es que Flavio Briatore, asesor de Alpine y figura de gran peso que ha apostado mucho por Colapinto, ha dejado claro que su pupilo tendrá su oportunidad en el equipo francés: "Tarde o temprano, no lo sé. Veremos", dijo recientemente en ESPN. Un mensaje que suena más a advertencia que a esperanza.

Porque, aunque el ascenso a la Fórmula 1 pueda parecer tentador, la historia de Red Bull con jóvenes talentos es para estudiarla con cautela.

Red Bull, una trituradora

Carlos Sainz, Pierre Gasly, Alex Albon… la lista de pilotos que han sido prometedoras apuestas de Red Bull y acabaron devorados por sus decisiones estratégicas es larga.

A esa nómina podría unirse Lawson si se confirma su descenso a Racing Bulls. Y quizás también Tsunoda, si la presión de correr al lado de Max Verstappen termina por consumir su progresión.

La estructura comandada por Helmut Marko no se caracteriza precisamente por la paciencia, y ahora más que nunca se encuentra en una encrucijada. Verstappen ha evidenciado que el RB21 es complicado de pilotar, incluso para él.

El coche está lejos de la hegemonía de años anteriores, y quien se siente en el segundo asiento necesitará mucho más que talento para sobrevivir.

Por eso, aunque Colapinto parezca la elección natural, muchos dentro del entorno del argentino temen que Red Bull sea más una trampa que una oportunidad.

Aunque este interés de los austríacos puede llevar a Alpine a reconsiderar los planes con el argentino, ante el temor de que pierda el control sobre su futuro si se involucra en una operación tan volátil.