El equipo Red Bull enfrenta un inicio de temporada complicado en la Fórmula 1 de 2025, con un monoplaza que no ha respondido a las expectativas y un Max Verstappen cada vez más vocal sobre las dificultades.
La escudería de Milton Keynes, que dominó la parrilla en años anteriores, parece haber perdido terreno frente a McLaren y Ferrari, dejando en el aire su competitividad en el primer Gran Premio de la temporada en Australia.
Los resultados de las pruebas de pretemporada en Baréin han sido desalentadores para Red Bull.
Un nuevo fondo revisado no ha logrado el impacto esperado, lo que llevó al equipo a dar marcha atrás con la actualización, afectando el kilometraje de Verstappen en las sesiones clave de prueba.
La incertidumbre sobre el rendimiento del RB21 ha crecido, con el propio Verstappen admitiendo que no espera estar en la lucha por la victoria en Melbourne.
"Mirando los tiempos de vuelta, creo que McLaren será el favorito", confesó el tricampeón. "Las cosas no han ido del todo bien para nosotros, pero tenemos algunas ideas sobre cómo mejorar".
Sus palabras reflejan una falta de confianza inusual en un piloto que ha demostrado una seguridad absoluta en temporadas anteriores.