Carlos Sainz dio una auténtica lección en el Gran Premio de Singapur para hacerse con la segunda victoria de su carrera deportiva en la Fórmula 1. El español aguantó todos los ataques de George Russell y Lando Norris para coronarse como el mejor piloto sobre el trazado de Marina Bay tras una lección impresionante al volante.

El de Ferrari consiguió un triunfo marcado por la épica, puesto que no consiguió certificarlo hasta la llegada a meta. Por detrás de él, entraron un heroico Lando Norris y Lewis Hamilton. Se quedó sin podio George Russell, que no finalizó la carrera debido a un accidente en la última vuelta.

Fue una lucha titánica la de Sainz en las últimas vueltas, donde demostró ser el más listo de todos. Le cedió el DRS a Norris para que pudiese defenderse de los Mercedes, que llegaban hambrientos por buscar el triunfo, una maniobra brillante para certificar una victoria sideral.

De esta manera, Carlos Sainz ve recompensado su grandísimo trabajo en Singapur. Dominó de principio a fin la carrera, hizo la pole y completó un fin de semana de ensueño para volver a poner la bandera de España en lo más alto de un podio de Fórmula 1.

Esto supuso el adiós de la brillante racha de Red Bull, que había ganado todas las carreras del Mundial. Max Verstappen tan solo pudo terminar quinto y Checo Pérez octavo, confirmando su peor carrera del campeonato. No fueron capaces de encontrar las sensaciones en el circuito asiático y terminaron muy lejos del podio.

Fernando Alonso, por su parte, no tuvo el mejor fin de semana. Sumó una sanción de cinco segundos y acabó fuera de los puntos al terminar en la decimoquinta plaza. Un domingo negro, ya que tampoco pudo competir su compañero Lance Stroll debido a las secuelas de su accidente este sábado.

Carrera táctica

El Gran Premio de Singapur se antojaba como una carrera altamente exigente y así lo fue desde el inicio. Carlos Sainz salió con todo y mantuvo la primera posición al apagarse el semáforo. Por detrás, Leclerc le comió la tostada a un George Russell que se quedó dormido en el arranque.

La batalla entre los dos Ferrari fue la protagonista en las primeras vueltas en Marina Bay. Mientras Carlos Sainz dormía la carrera, Leclerc se desesperaba por aumentar la ventaja respecto a sus rivales. Hasta el décimo giro apenas hubo incidentes sobre la pista, mientras los dos Ferrari dominaban a sus anchas con Russell mirando desde la distancia.

Carlos Sainz y Charles Leclerc luchan por la primera posición en el GP de Singapur. REUTERS

Fue un tonto accidente de Logan Sargeant el que cambió la dinámica de la carrera en la vuelta 20. Un error en una curva le hizo chocarse contra el muro y llevarse puesto alerón, lo que provocó el Safety Car en carrera. Todos al box y carrera nueva, sin obviar la lenta parada de Leclerc y la decisión de los Red Bull de no parar a sustituir sus neumáticos.

El adiós del Safety Car hizo que las cosas se ajustasen sobre la pista. Russell se acercó a Sainz, que controlaba la carrera a su antojo. El británico se acercó a menos de medio segundo, pero la calidad al volante del español consiguió que su rival fue distanciándose con el paso de las vueltas.

La táctica de Sainz y Ferrari de ralentizar la carrera desesperó a sus rivales. La escasa distancia en pista entre los pilotos favorecía al español, que controlaba a su antojo desde la primera posición, y hacía que sus oponentes no se atreviesen a pisar boxes por miedo a salir muy atrás.

La carrera se tranquilizó al máximo hasta bien superado el ecuador de la prueba. Sainz dominaba y sus perseguidores buscaban a guardar los neumáticos a la espera de un ataque final. Por detrás, Fernando Alonso vivía una épica batalla con Ocon y Checo Pérez por la séptima plaza.

Fue en la vuelta 44 cuando el monoplaza de Esteban Ocon se paró en mitad de la pista y eso dio lugar a un Virtual Safety Car. La carrera empezaba de nuevo y las decisiones a falta de 18 giros para el final se antojaban elementales para el devenir de la carrera.

George Russell y Lewis Hamilton decidieron entrar a boxes y poner los medios. Por contra, Sainz, Leclerc y Norris se mantuvieron en pista. Y esto hizo que los Mercedes volasen sobre la pista, recortando tiempo a marchas apresuradas al piloto español de Ferrari.

Carlos Sainz, durante un instante de la carrera. REUTERS

La tensión se mascaba en Marina Bay. Russell y Hamilton iban recortando la diferencia vuelta tras vuelta de manera abrupta, mientras Sainz trataba de defenderse con lo que podía en la primera posición. Los dos Mercedes se merendaron a Leclerc, que apenas puso batalla ante su alarmante falta de ritmo.

Las últimas vueltas se convirtieron en una auténtica batalla feroz por la primera posición. Sin embargo, nadie pudo derrocar en la pista a Carlos Sainz y el español se hizo con su segunda victoria en la Fórmula 1.