Cuando Renault anunció este lunes que la aseguradora española Mapfre sería uno de los patrocinadores de la escudería de cara a la temporada 2017, pocos pensaron en un acuerdo estratégico más allá del ámbito comercial. Nada más lejos; su desembarco en la marca francesa podría presagiar futuros movimientos en el paddock. Con un objetivo tan ambicioso como pelear por el Mundial de Constructores en 2018, el proyecto de Renault es uno de los más atractivos de cara al próximo curso, por lo que el movimiento de Mapfre podría abrir una puerta inesperada para el automovilismo español. Carlos Sainz, que ya coqueteó con marcharse de Toro Rosso tras la finalización del campeonato de 2016, o el propio Fernando Alonso, último campeón mundial de la marca francesa, podrían estar más cerca que nunca de fichar por la escudería gala.

En el caso de Carlos Sainz, su nombre ya sonó durante buena parte de 2016 para ocupar una plaza en Renault este año. Sin embargo, las negociaciones jamás llegaron a concretarse después de que Red Bull le confirmase como primer piloto de Toro Rosso, un puesto privilegiado para poder dar el salto a la matriz en el caso de que haya algún contratiempo con Vettel o Verstappen o de que sus resultados le sirvan de catapulta, como le sucedió precisamente el año pasado al joven piloto holandés, que reemplazó a Kvyat tras cuatro carreras.

El nuevo monoplaza de Renault.

En lugar de Sainz, Renault apostó para 2017 por Nico Hulkenberg (29 años) para liderar el desarrollo del coche durante las próximas dos temporadas. Un nombre conocido en la parrilla que compartirá box con otro relativamente desconocido, el británico Jolyon Palmer (26 años) y que aspira a pelear por podios y, quién sabe si victorias, el curso que viene. En cualquier caso, para ello hacen falta resultados y, sobre todo, una evolución que permita vislumbrar un 2018 lleno de éxitos. Por lo que del rendimiento de Hulkenberg y Palmer este año se podrán sacar conclusiones sobre el futuro de los asientos en Renault.

Por su parte, Alonso sería la figura ideal para liderar un proyecto ambicioso como el de Renault en 2018. Y más si esta temporada no le acompañan los resultados en McLaren, donde el español afronta su tercera temporada con el objetivo de empezar a ser competitivo y acercarse a Red Bull y Ferrari, aún con Mercedes a años luz. Por eso, la tercera etapa de Alonso en Renault (que afrontaría con 36 años) podría ser una solución ideal a su falta de resultados desde que abandonase Ferrari hace dos años. El asturiano acaba contrato con las balas plateadas este año y, en principio, estaría disponible en 2018.

El precedente de Alonso

La primera y breve etapa de Fernando Alonso en McLaren estuvo marcada por dos constantes que llevaron irremediablemente a la extinción de su relación contractual: por un lado, la irrupción de un brillante y beligerante Lewis Hamilton, quien presentó más batalla de la que se preveía en su primer año en la Fórmula 1 y llegó a desquiciar al asturiano; por otro, el empecinamiento del difunto Emilio Botín en patrocinar al doble campeón mundial a cualquier precio. Incluso en una de las escuderías, como la británica, con más peso de la parrilla, dispuesta a barrer para casa cuando le plazca, como ocurrió cuando Hamilton llegó a disputarle de tú a tú el Mundial a Alonso.

El experimento salió tan mal que Alonso tuvo que esperar a 2010 (volvió a correr para Renault en 2008 y 2009) para estar en condiciones de luchar por el Mundial. Curiosamente, liberados de su relación comercial con McLaren, Botín y el Banco Santander se mudaron en bloque a Ferrari ese año para patrocinar al español y al equipo. Un movimiento estratégico que resultó clave en el fichaje del doble campeón mundial por la 'Scuderia'. A pesar de que el Santander haya decidido seguir patrocinando a 'Il Cavallino Rampante' incluso después de que Alonso cerrase su etapa en la temporada 2014.

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