Son muchos los que aún defienden que el Mundial no comienza de verdad hasta que el Gran Premio de España enciende el semáforo verde. En Montmeló da comienzo a la secuencia de carreras europeas con más tradición. En Montmeló arranca el verdadero Circo.

El trabajo de los responsables del circuito ha conseguido que la prueba se consolide en un calendario donde ningún Gran Premio es intocable como las desapariciones del GP de Francia y el de Alemania el año pasado han demostrado. Vicenç Aguilera, presidente del circuito, ha revelado a EL ESPAÑOL la fórmula secreta para continuar como referente del calendario año tras año: “El secreto del Circuit de Barcelona-Catalunya está en la consistencia de la oferta y en la tenacidad de quienes integran el equipo del Circuit”.

El Gran Premio de España se celebra por vigesimosexta ocasión consecutiva en el Circuito de Cataluña con una carrera que arrancará el domingo a las dos de la tarde. Los pilotos deberán completar 66 vueltas recorriendo una distancia de 307,104 Kilómetros mientras tratan de batir el récord establecido por Kimi Raikkonen en 2008 con un mejor tiempo de 1:21.670 en su vuelta rápida.

Recta de meta. Circuit de Barcelona-Catalunya

El presidente de la pista catalana ha adelantado a este periódico las principales novedades que los aficionados encontrarán en esta nueva edición donde “tenemos muchísimas novedades para hacer más completa la experiencia en el Circuit. Además de los alicientes de ver rodar a los F1, GP2, GP3 y Porsche, hemos preparado muchas acciones para que el público disfrute durante el fin de semana: una zona con degustaciones gastronómicas para dar a conocer las especialidades del país, conciertos, espectáculos de street art, exhibiciones de karting, una carrera a pie por el Circuit…".

El circuito cuenta con cinco tramos rápidos, dos curvas lentas y dos zonas que facilitan los adelantamientos gracias al uso del DRS: una en la recta principal con una distancia iguala a la de diez campos de fútbol seguidos y la segunda entre la curva 9 y 10. Una vuelta al circuito supone enfrentarse a 16 curvas -7 a izquierda y 9 a derecha- en una pista que cuenta con una anchura máxima de 12 metros, lo que equivale a una autopista de cuatro carriles.

Consumo de los neumáticos

El asfalto abrasivo junto a las largas curvas que requieren apoyo y una elevada carga aerodinámica (motivo por el que esta pista es tan apreciada como lugar de validación de las capacidades de los monoplazas) suponen un reto para pilotos y equipos. El Gran Premio de España según Paul Hembery, máximo responsable de Pirelli, “representa siempre un test importante para nuestros neumáticos debido a las altas cargas de energía generada por el circuito”.

La carrera a la que Nico Rosberg llega como dominador absoluto del Mundial será altamente interesante desde el punto de vista de las estrategias debido a que “este año en las elecciones de neumáticos de los equipos se han preferido las mezclas más blandas”.

El consumo de los neumáticos será determinante para que Alonso consiga convertir en algo habitual el buen resultados de Rusia y para que Carlos Sainz marque territorio al degradado Daniil Kvyat, que desde este fin de semana será su nuevo compañero.

Desde el proveedor de neumáticos italiano se afirma que como consecuencia de las gomas elegidas “veremos más pit stop con múltiples variables en términos de estrategia durante la carrera”.

Una vuelta al circuito del GP de España

Tratar de hacer la pole en Montmeló significa pisar a fondo en una recta eterna para entrar a la primera curva a velocidades que han rozado los 345 Km/h, donde los pilotos llegan con las gomas aún frías a una frenada importante. El domingo de carrera esta curva será crítica especialmente esta temporada que las primeras curvas están marcando el devenir de cada carrera.

Tras el primer giro, donde se reduce a cuarta velocidad, comienzan una enlazada muy veloz que da paso a la parabólica del circuito, que transporta a coches y pilotos en un auténtico túnel del viento al aire libre. Ahí los pilotos pisan a fondo el acelerador y la aerodinámica se encarga de marcar las diferencias entre los monoplazas en un sector donde el cuello sufre el poder de una fuerza G desmesurada.

El segundo sector viene marcado por las curvas de media velocidad que se trazan en cuarta y de las que es fácil salir contra el muro opuesto en caso de una mala trazada inicial, con el riesgo añadido de que el piano “te escupa hacia el muro”. En tercera se sube de nuevo hasta una curva ciega que se hace a fondo a derecha, que supone el punto de partida si se quiere atacar en la posterior curva 10.

El último sector es como entrar en un estadio “con todo el publico a tu alrededor”, en palabras de Carlos Sainz, con una secuencia de curvas lentas donde el neumático trasero es esencial para “sobrevivir” cuando se lucha por el mejor puesto en las sesiones de clasificación según relata el piloto madrileño.

En esta zona final ante unas gradas repletas se reduce hasta segunda velocidad al tiempo que se controla el monoplaza con mano firme porque la tracción es bajísima y el coche se vuelve inestable. La última curva es muy lenta, de segunda-tercera, y da acceso a la larga y amplia recta de meta.

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