Noticias muy tristes las que ha recibido el mundo del motor este viernes tras el fallecimiento de Alex Harvill, piloto de motos especializado en realizar grandes y espectaculares saltos y que ha perdido la vida en su último intento a los 28 años de edad, lo que ha supuesto una enorme tragedia. 

El corredor estadounidense prepara un reto muy importante, convertirse en el piloto capaz de realizar el salto más largo de la historia, superando el anterior registro que fue establecido en el año 2008 con 107 metros. Sin embargo, el soñado intento de Alex no fue ni mucho menos exitoso sufriendo un accidente fatal. 

Harvill era un completo especialista en este tipo de maniobras que entrañan un riesgo enorme como se ha podido demostrar en una de sus últimas pruebas para conseguir su ansiado reto. El corredor americano había estado practicando durante los últimos días en el aeropuerto internacional Grant County de Moses Lake, Washington.

En el último de sus intentos, el cálculo de Harvill no fue el correcto con la mala suerte de chocar de forma muy brusca contra el montículo utilizado para su recepción. Una trayectoria que terminó siendo fatal al caer demasiado bajo demasiado pronto, sin opción de superar este último obstáculo para poder descender por la rampa situada al otro lado del gran salto. 

Alex no pudo mantener el control sobre su moto y chocó de forma muy violenta en lo que fue una colisión terrible, causándole la muerte en el acto. Cuando los servicios médicos pudieron llegar hasta él ya no se podía hacer nada por una vida que se quedó aquel montículo y en el intento de realizar un récord mundial que tiene ya más de una década de antigüedad. 

Un reto imposible

Harvill iba a realizar una exhibición de tres días Moses Lake donde iba a deleitar a sus aficionados con sus trucos y sus habilidades sobre la moto. Entre los platos fuertes del espectáculo estaba el intento de atacar ese famoso récord que sigue vigente desde el año 2008 y que Alex estaba convencido de poder alcanzar. Además, iba a demostrar también sus dotes para las pruebas de motocross y supercross, ya que era un habitual de este tipo de carreras. 

La marca establecida por Robbie Maddison hace 13 años se había convertido en su gran obsesión para este enamorado del motor y de las motos que siempre se definía como un apasionado de las dos ruedas que se ponía al límite para conseguir todos sus retos. Sin embargo, la persecución de su última hazaña ha tenido un final realmente desgraciado y funesto con un brutal accidente que ha dejado helados a todos sus aficionados y a todos los aficionados del mundo del motor. 

Con una esposa y dos hijos a pesar de su juventud, solo tenía 28 años, Harvell deja a una familia rota y destrozada por el dolor por culpa de su pasión por los retos extremos y por el motor. Muchos compañeros ya han mostrado sus condolencias a través de las redes sociales en lo que ha sido una noticia muy triste para todos ellos. 

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