Ferrari está viviendo la peor temporada de toda su trayectoria deportiva historia. El coche con más historia de la Fórmula 1 es uno de los menos competitivos de la parrilla y eso resulta casi inconcebible. El Cavallino Rampante lleva muchos años sin tener opciones reales de pelar por el mundial, pero antes sí peleaba por algunas victorias, por podios y era capaz de combatir de tú a tú, al menos, con el Red Bull.

Sin embargo, el drama que vive este año no se recuerda en la Scuderia. Si se tratara de alguna otra, se podría hablar incluso de que su desaparición podría estar cerca o de que podrían estar pensando en tomarse un respiro y ausentarse unos años del ‘Gran Circo’. No obstante, Ferrari no se puede permitir eso y la única opción es volver a crecer, aunque sea con pequeños pasos. Y la realidad es que, por fin, después de muchos meses, el futuro de Ferrari pinta un poco menos oscuro. Se están tomando decisiones importantes, todo enfocado al 2021 y, sobre todo, al 2022, pero intentando salvar ya la imagen de un equipo de leyenda que ha quedado tocado este año.

A pesar de esos avances que se están consiguiendo, el retorno de Ferrari será lento y seguramente sepa a poco. Especialmente este año, donde se esperan grandes cambios en la escudería. El rendimiento del SF1000 es realmente preocupante, sobre todo en las manos de un Sebastian Vettel desquiciado, ya que Leclerc, al menos, es capaz de exprimir sus pocas prestaciones que suelen mostrarse algo mejor los sábados y que le permiten luchar por los puntos los domingos, aunque a la cola de otros coches como Renault, Racing Point o McLaren.

Leclerc en el GP de Eifel Instagram (scuderiaferrari)

El alemán es otro de los grandes problemas que tiene Ferrari ahora mismo, aunque este tenga fecha de caducidad. El tetracampeón del mundo se encuentra ya fuera de la dinámica de un equipo que necesita crecer y que con él no lo hace. Siempre se encuentra fuera de la Q3 y de la lucha por los puntos, y en muchas ocasiones se le ha visto peleando con coches que, no solo son más lentos, sino que además llevan un motor Ferrari menos evolucionado como Haas o Alfa Romeo.

La realidad es que Vettel ahora mismo es un punto negro para el crecimiento de Ferrari. Al contrario de lo que sucede con otros pilotos como Ricciardo en Renault, Carlos Sainz en McLaren o incluso 'Checo' Pérez en Racing Point, el alemán se ha dejado llevar por los malos momentos y ahora es incapaz de sacar algo positivo del Ferrari, lo que supone una rémora para su propio equipo de cara al nuevo proyecto que nacerá en 2021 con la llegada de Carlos y la esperanza de volver a pelear por algo con cierta decencia.

Resta y Binotto, pareja clave

Mattia Binotto está siendo el gran señalado en Ferrari. El máximo responsable del equipo de Fórmula 1 está cargando con gran parte de las críticas por la pésima temporada que está haciendo el equipo, que se podría calificar de ridícula teniendo en cuenta el historial de la escuadra y las aspiraciones que como mínimo se esperan de una escudería tan legendaria.

Sin embargo, el italiano no ha dado con la tecla y ha pagado con creces las sanciones impuestas y que cortaron la evolución de la famosa unidad de potencia que el año pasado les dio el impulso necesario para poder pelear con Mercedes en algunos momentos. No obstante, Ferrari se ha quedado completamente estancando y todos han evolucionado uno o incluso dos pasos, algo que tendrán que hacer a final de esta temporada si no quieren hipotecar también el futuro de su estrella Leclerc y de su nuevo fichaje, Carlos Sainz.

Binotto junto a uno de sus ingenieros Instagram (mattia.binotto)

Y para ello, el equipo ha formado una extraña pareja que debe ser la encarga de preparar el coche para el nuevo año, un año que se presenta clave, ya que será la antesala del gran cambio que vivirá la Fórmula 1 en 2022, pero que dejará pistas de lo que pueden ser los equipos en un futuro próximo. Esa pareja será la formada por el propio Mattia Binotto y por Simone Resta.

Resta es de sobra conocido en el mundo del motor y especialmente en el equipo Ferrari. De hecho, era integrante importante de la Scuderia hasta que en el año 2018 fue degradado al equipo Alfa Romeo en lo que parecía su salida definitiva del Cavallino Rampante. Sin embargo, la llegada al poder de Binotto ha supuesto su recuperación, regresando con creces a la élite del equipo italiano y recibiendo el cargo de mayor responsabilidad que podría recibir.

Los malos resultados de Ferrari han hecho que se aviven los rumores de tiranteces y rupturas dentro del equipo, e incluso de que puedan rodar cabezas en un presente inmediato. Sin embargo, la obligación de Binotto y todo su equipo es seguir trabajando y hacer oídos sordos para intentar mejorar. Lo cierto es que los mandamases de la compañía John Elkann y Louis Camilleri han reforzado su confianza en la escuadra roja de cara al futuro más cercano, sin embargo, esto no ha sido suficiente para los críticos.

John Elkann hablando con Leclerc Instagram (john.elkann)

Además, han surgido informaciones de que la famosa pareja formada por Binotto y por Resta no atraviesa sus mejores momentos y que existen roces que amenazan su estabilidad. No obstante, el propio Resta se ha encargado de desmentirlo y de anunciar que Binotto le ha encargado el nuevo diseño del monoplaza para 2021, un coche en el que tienen puestas muchas expectativas.

La esperanza del eje trasero

Es la gran esperanza de Ferrari para el año 2021 y para tener un futuro mejor y más tranquilo del presente que han vivido esta temporada. Es la gran idea que ha podido adelantar Simone Resta para el coche del año que viene, ya que centrarán ahí casi todos sus esfuerzos para obtener avances e intentar reducir la distancia con los grandes. Por ese nuevo eje trasero pasan las opciones de Carlos Sainz en 2021.

En líneas generales, las expectativas del equipo son bastante buenas. Confían plenamente en esta decisión tomada por Simone Resta como líder del diseño del nuevo monoplaza, ya que piensan que es en esa parte del coche donde tienen el mayor margen de mejora posible. Crear un nuevo eje trasero que sea más estable y permita al Ferrari tener más potencia y mejor paso por curva se antoja clave para no volver a tirar un año a la basura en lo que podría ser otro ridículo mayúsculo.

Para Simone Resta, este es el mayor hándicap del SF1000, ya que considera que en él se encuentra la mayor fuente de progreso que podrían encontrar para tener un avance significativo en comparación con el drama vivido en este año. Además, el propio Resta ha utilizado esta misión que le ha encomendado Binotto para mostrar la fortaleza de su relación con el jefe de la escudería y su compromiso con el Cavallino Rampante, y lo cierto es que por sus manos pasará gran parte del futuro de la escudería más legendaria de la Fórmula y de dos de los pilotos con más talento de la parrilla.

Los Ferraris de Vettel y Leclerc en Nurburgring Instagram (scuderiaferrari)

Sin embargo, Resta ha anunciado también que, a pesar de que el nuevo eje trasero será el gran avance revolucionario de cara al próximo año, ya están trabajando en pequeñas mejoras que pueden traer beneficios incluso este mismo año. Tacita a tacita, Resta quiere volver a hacer un coche competitivo y por eso parte de los esfuerzos se centran también en la aerodinámica del coche.

No obstante, Resta advierte que la aerodinámica es un aspecto del monoplaza que no es tan fácil de evolucionar, ya que las horas que se pueden pasar en el túnel del viento están limitadas, lo que supone un profundo hándicap. Además, también existen restricciones en el número de avances que se pueden realizar en el coche en componentes como la suspensión o los frenos.

Otro de los grandes avances que prepara Ferrari es el nuevo chasis que llevará el coche en 2021, del cual se está decidiendo ahora en qué puntos realizar unas mejoras que también están reducidas, por eso es muy importante trazar las líneas maestras de avances para tener el proyecto más optimizado posible de cara a 2021. La colocación de los radiadores, el reparto de pesos o la distancia entre los ejes son algunas de las posibilidades que está barajando Simone Resta con todo su equipo para hacer un Ferrari competitivo en el futuro.

Binotto y el nuevo motor

Se podría decir incluso que Ferrari está de enhorabuena, ya que, los avances de cara al próximo año podrían no reducirse a un nuevo eje trasero o a modificaciones en el eje trasero, si no que además, el responsable del equipo italiano en la Fórmula 1 ha abierto la puerta a la creación de un nuevo motor de cara al próximo año.

Se trata de otra de las grandes noticias que ha dejado la escudería transalpina, y es que ya están trabajando en la creación de un nuevo motor para 2021, un motor que, según palabras del propio Binotto, promete ser competitivo y promete devolver a Ferrari a la primera línea o, al menos, comenzar su regreso hacia lo más alto, el cual sigue pareciendo largo a pesar del anuncio de tanto nuevo avance.

Binotto en el box de Ferrari Instagram (mattia.binotto)

Sin embargo, no hay mejor noticia para Charles Leclerc y, sobre todo, para Carlos Sainz, que oír que su equipo ya piensa en el monoplaza de la próxima temporada y que tienen motivos para ilusionarse, algo que no transmitían hace tan solo unos meses, cuando aseguraban que la crisis del equipo se trasladaría un año más con la misma magnitud.

Sería un error creer, al menos por el momento, que Ferrari volverá a ser quien era a comienzos del próximo año, pero al menos parecen haber encontrado el camino para mejorar y para centrar sus avances en explotar tres puntos que consideran críticos en el SF1000.

Si finalmente consiguen desarrollar ese nuevo motor desde Maranello y si los avances prometidos por Simone Resta dan resultados, el nuevo Ferrari podría volver a la pelea por los puestos nobles de la clasificación. Pelear por el mundial será otra guerra que se encuentra a años luz de la escudería italiana, pero al menos permitirá mejorar la posición de un equipo que ahora mismo es el quinto peor coche de la parrilla en cuanto a puntos y que tiene a Leclerc octavo y a Vettel decimotercero en la clasificación del mundial.

Leclerc lo tiene claro

Todos los integrantes de Ferrari tienen clara una directriz y es pensar en el próximo año y en el futuro de la escudería más laureada de la historia de la Fórmula 1. Quizás, todos salvo Vettel, que navega por un océano aparte, solo para él, sin oficio ni beneficio para nadie, contando las horas y los días para dejar la pesadilla en la que se ha convertido Ferrari para él. El piloto alemán ha reconocido que ha fracasado en su periplo como corredor del Cavallino Rampante y que lo mejor es ya mirar hacia su futuro en Aston Martin.

Sin embargo, Ferrari cuenta con un arma para su futuro en el propio presente, y no es otra que el compañero de Vettel, Charles Leclerc. El corredor monegasco está completamente implicado en evolucionar el SF1000 hasta alcanzar lo máximo. Intenta exprimirlo en cada carrera para encontrar los principales fallos que tiene y que puedan ser pulidos de cara al próximo año donde tanto él como Sainz tienen la gran esperanza de poder disfrutar con él.

Vettel en el GP de Rusia Instagram (scuderiaferrari)

La diferencia entre Leclerc y Vettel este año está siendo abismal ya que Charles consigue habitualmente colarse en las Q3 e incluso hacer puestos de mérito, algo que para Vettel es todo una quimera. Además, aventaja considerablemente en la clasificación al alemán sacándole 46 puntos y puede presumir incluso de haber subido en dos ocasiones al podio, algo que realmente resulta increíble y que es toda una proeza.

Por ello, Leclerc se mantiene atento a cada detalle del monoplaza para informar a sus ingenieros y mecánicos y así seguir quemando etapas en el regreso de Ferrari, al menos, para dar la sensación de ser competitivos en cualquier circunstancia, hecho que ahora mismo está muy lejos de producirse.

Leclerc ha identificado cuál es uno de los principales fallos que tiene este SF1000 y que además se podría dividir en dos grandes vertientes. La más importante y alarmante es la enorme falta de ritmo que tiene en carrera y en tandas largas, lo que convierte los domingos en un auténtico infierno.

Esto es así porque se puede comprobar una llamativa comparación respecto a lo que se puede ver los sábados en clasificación. Leclerc es capaz de aguantar el tipo cuando luchan por la pole e incluso posicionar su Ferrari en puestos de privilegio, consiguiendo salir en posiciones de Top5.

Charles Leclerc celebrando su tercer puesto en Silverstone Instagram (charles_leclerc)

Sin embargo, cuando llega el domingo, se produce la salida y llega la primera curva, el Ferrari comienza a hacerse vulnerable, muestra su lado más débil y al monegasco solo le queda lidiar con una máquina muy difícil de conducir que le hace perder una posición tras otra. En esos momentos, solo queda confiar en la estrategia planteada desde boxes, en la suerte y en rezar por una fiabilidad que tampoco ha sido el mayor valor de los Ferrari para aprovechar abandonos de los demás.

Para Leclerc, estos problemas se crean cuando el coche lleva grandes cargas de gasolina, por eso le afectan sobre todo las primeras partes de la carrera cuando el monoplaza se encuentra al máximo de su carga y por eso se produce una diferencia tan abismal con el rendimiento que es capaz de dar los sábados. Se podría decir que el Ferrari es mínimamente competitivo en clasificación, pero que los domingos se hunde completamente y que solo las rentas de un buen puesto los sábados le permiten ir sacando puntos.

En definitiva, Ferrari tiene otro aspecto en el que trabajar de cara al próximo año, aprovechando la buena noticia de que puede ser un coche cumplidor en clasificación que está inmerso en la pelea con la clase media, pero que en carrera y con el depósito muy cargado es un auténtico lastre. Ferrari parece tener localizados cuatro o cinco grandes fallos del monoplaza que, si se solucionan, pueden traer una diferencia notable para el nuevo proyecto de Carlos Sainz, que quiere soñar con tocar el cielo vestido de rojo.

 

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