En 1987, Jesús Gil y Gil llegó al Atlético de Madrid tras ganar en las elecciones a la presidencia del club del mes de junio. El empresario de la construcción llegaba al fútbol para ocupar el cargo que hasta entonces ostentaba provisionalmente Francisco Javier Castedo tras el fallecimiento, en el mes de marzo, de Vicente Calderón.

Cinco años después, y en una operación muy polémica, Gil lograría hacerse con el 95% de las acciones del club durante la conversión a sociedad anónima para cumplir con la legalidad. El empresario lograba así uno de sus sueños: ser el dueño de un equipo de fútbol, una operación que ya había intentado años antes aunque en aquel entonces el equipo no era de fútbol si no de Fórmula 1Brabham Racing, la escudería propiedad, en aquel entonces, de Bernie Ecclestone, que años más tarde acabaría siendo el mandamás de la competición.

La Fórmula 1 ha cambiado mucho en los últimos 32 años. En 1987, la alianza entre Williams y Honda logró el mundial de constructores e hizo doblete en el mundial de pilotos (1º Nelson Piquet y 2º Nigel Mansell). Por aquel entonces, un joven Ayrton Senna pilotaba en Lotus y Adrián Campos era la única presencia española en la parrilla al volante de uno de los dos Minardi que compitieron ese año. Precisamente, la imagen de España estuvo a punto de cambiar radicalmente si Jesús Gil y Gil hubiera logrado una operación rocambolesca que comenzó a negociar hace ahora justo 32 años.

Un equipo emblemático

A finales del mes de julio de 1987, la Fórmula 1 viajó, al igual que este año, al Gran Premio de Alemania en el circuito de Hockenheim pero aquel paddock tuvo algo diferente. Jesús Gil y Gil viajó desde España para negociar la compra de la escudería Brabham-BMW.

"En estos momentos existen negociaciones para ello y estoy dispuesto a realizar la compra si tiene la acogida suficiente por parte del gobierno español", explicó Gil a su regreso de su viaje a la República Federal Alemana.

Andrea De Cesaris (Brabham) evitando ser adelantador por Stefan Johansson (Mclaren)

Brabham, una de las escuderías con gran historia dentro de la Fórmula 1, había ganado dos títulos de constructores (1966, 1967) y cuatro de pilotos (1966, 1967, 1981, 1983) pero en 1987 estaba rozando la desaparición. Ecclestone, jefe y dueño del equipo, veía como Andrea de Cesaris y Riccardo Patrese, sus pilotos, no lograban grandes resultados (10 puntos entre los dos en toda la temporada) y los problemas para lograr un proveedor de motores complicaban la supervivencia de la escudería.

La oferta de Gil iba en serio. El por entonces también presidente del Atlético de Madrid sabía cuánto le costaría hacerse con la escudería: 25 millones de dólares, unos 3.175 millones de pesetas de la época. El precio era inasumible para él y por eso intentó convencer al Gobierno para que entrara en el accionariado de la escudería asumiendo buena parte del coste de la compra.

Gil, España y la Fórmula 1

El plan de Jesús Gil y Gil para convencer al Gobierno tenía como base la promoción de la marca España cinco años antes de que dieran comienzo los Juegos Olímpicos de Barcelona y la Exposición Universal de Sevilla. 1992 sería un año histórico para todo el país y dar a conocer el nombre de España era clave durante aquellos años previos.

Inauguración de los Juegos Olímpicos de Barcelona 1992 EFE

En un informe enviado al Consejo Superior de Deportes, Jesús Gil destacaba que "España no ha promocionado el automovilismo tanto como lo han hecho otros países"  e indicaba que "en cada prueba del Mundial de Fórmula 1 hay 49 cadenas de televisión", el Gran Premio de Alemania aquella temporada había sido visto por más de 1.000 millones de personas a través de la retransmisión televisiva, una audiencia que España podría usar para darse a conocer a través del automovilismo.

Por si fuera poco, Gil no solo prometía la promoción de la marca España y de los grandes eventos que acogerían Barcelona y Sevilla en 1992. La idea era usar Brabham como lanzadera de los pilotos nacionales: Luis Pérez Sala y Adrián Campos eran algunos de los nombres que se barajaban para la alineación de 1988.

La idea era similar al proyecto que 23 años después (2010) se puso en marcha bajo el nombre de Hispania Racing F1 Team, aunque en este caso la financiación era plenamente privada, y que durante tres temporadas fue el trampolín hacia el Gran Circo para muchos ingenieros y mecánicos españoles además de dar un volante a pilotos como Pedro Martínez de la Rosa o Dani Clos.

Gil hizo todo lo posible para que el proyecto saliera y aunque siempre aseguró que se trataba de un proyecto personal en el que nada tenía que ver el Atlético de Madrid, en varias ocasiones usó su cargo en el club para buscar apoyos a su operación en la Fórmula 1.

Por ejemplo, a finales de julio de 1987, varios medios recogen encuentro que tuvo con Javier Gómez-Navarro, secretario de Estado para el Deporte en aquel momento. En el mismo, Jesús Gil debía hacerle entrega del presupuesto del equipo colchonero para cumplir con el plan de viabilidad económico del Atlético de Madrid. Según explica la prensa, Gil aprovechó para pedir de nuevo la colaboración de la Administración en su proyecto. En respuesta, Gómez-Navarro le remitió al Ministerio de Comercio para que fueran ellos quienes negociaran con Gil la posible adquisición conjunta de Brabham.

Ninguneado y rechazado

La posible llegada de un hombre tan peculiar como Jesús Gil y Gil no fue muy bien recibida por un mundo tan característico como el Gran Circo de la Fórmula 1. Entre los más críticos, el entonces dos veces campeón del mundo, Alain Prost. El francés llegó a asegurar que "cómo se puede dar crédito a declaraciones tan fantasiosas".

Alain Prost habla sobre Jesús Gil y su ofertar para comprar un equipo de F1 MUNDO DEPORTIVO

El piloto de McLaren se mostraba realmente enfadado en una entrevista recogida por Mundo Deportivo en septiembre de aquel año: "Lo más fastidioso del asunto es que al gran público se le da una imagen equivocada e inexacta de lo que es la F1. La definición es muy simple: la Fórmula 1 no es más que un asunto de negocios. Pero lo que no puede ser es que el primero que llegue cargado de millones pretenda apropiarse de este equipo, aquel piloto o ese motor".

Prost además dedicaba unas duras palabras a Jesús Gil y Gil: "La idea que yo me hago de este personaje, a través de sus declaraciones megalómanas y mitómanas, es que, felizmente, no es nada de lo que cree ser".

"No entiendo a ese sujeto, y puedo aseguraros que todo es completamente falso"

Portavoz de Brabham sobre Jesús Gil

Las negociaciones o los rumores no tardaron en perder fuerza. Pocos días después de que Gil informara a los cuatro vientos de las reuniones que estaba llevando a cabo con Brabham y el Gobierno, un portavoz de la escudería desmintió la veracidad de todo lo que se estaba contando: "No entiendo a ese sujeto, y puedo aseguraros que todo es completamente falso".

El tira y afloja entre Gil y el equipo Brabham era evidente. Ecclestone llegó a reconocer la oferta pero siempre mantuvo que la cantidad era insuficiente dado que no se aseguraba la continuidad del proyecto al más alto nivel. 

Jesús Gil, entrevistado en L'Equipe

A pesar de los reveses, Gil no se detuvo y aunque en España se veía su oferta como "un sueño" o "una bravuconada", tal y como recogen algunos artículos de la prensa de la época, en Europa recibió cierta credibilidad. El prestigioso diario francés L'Équipe conversó con él en una entrevista que dejó titulares increíbles.

"Estoy dispuesto a invertir hasta 20.000 millones de pesetas. Mis asociados han efectuado ya un estudio de rentabilidad sobre tres años y... ¡no me costará!", explicaba Gil en la entrevista. Sobre la negociación aseguraba que había tenido "varias conversaciones con Ecclestone" y que "el día menos pensado" solucionarían "el asunto". 

Aunque si hay que destacar un titular de aquella entrevista ese sería en el que habló sobre el brasileño Ayrton Senna y Honda. "El problema no es vender o comprar. Por aquí todo sería sencillo y tanto Brabham como yo llegaremos a un acuerdo. El verdadero quid está en poder disponer desde el próximo año de Ayrton Senna y, con él, del motor Honda. Y creo que puedo afirmar que no estoy muy lejos de llegar a un acuerdo con el constructor japonés". 

Ayrton Senna al volante del McLaren

La alternativa a fichar a Senna era hacerse con Nelson Piquet, en aquel momento piloto de Williams y ganador del título mundial aquella temporada. El problema es que el brasileño ya había anunciado su fichaje por Lotus, algo similar a Senna que, aunque no oficialmente, muchos le sentaban en McLaren para el siguiente año.

A pesar de lo declarado por Gil, Honda tampoco pareció nunca tomarse en serio al empresario español ya que rompió con Williams para firmar un contrato con Lotus y McLaren. La que debía haber sido la primera temporada del proyecto español en la Fórmula 1 (1988) acabó siendo el inicio de una alianza para la historia: McLaren Honda.

Los de Woking junto con el fabricante japonés y la pareja de pilotos formada por Senna y Prost ganaron 15 de los 16 Grandes Premios de aquella temporada que acabó proclamando al brasileño como nuevo campeón del mundo, el primero de sus tres títulos de campeón de F1.

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Finalmente, el sueño de la Fórmula 1 de Jesús Gil y Gil acabó en nada aunque el fracaso no significó que el empresario abandonara la vida pública. En 1992 se hizo con el 95% de las acciones del Atlético de Madrid y desde entonces además de Presidente se convirtió en dueño hasta que dejara el cargo en el año 2003, un año antes de su fallecimiento.

Por si fuera poco, y lejos del mundo del deporte, en 1991 fundó su propio partido político: GIL (Grupo Independiente Liberal). Estructura con la que se presentó y ganó las elecciones a Alcalde de Marbella. Jesús Gil y Gil fue alcalde del pueblo malagueño hasta 2002. Su partido llegó también a las alcaldías de Estepona (Málaga), La Línea (Cádiz) y Ceuta.

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