La reedición de la unión entre McLaren y Honda tuvo como resultado un proyecto lleno de promesas en un monoplaza innovador, repleto de soluciones arriesgadas y muy vanguardista. Un coche, también, con un potencial de prestaciones que sedujo, junto con el contrato todo incluido más elevado, a uno de los pilotos con mayor ambición de la parrilla: el bicampeón español Fernando Alonso. Pero está por ver si servirá para luchar por el Mundial. 
Con la promesa de rememorar las victorias de Ayrton Senna al volante de un McLaren-Honda, el equipo anglo-japonés apostó por un paquete mecánico de tamaño cero. Es decir, una Unidad de Potencia ultra-compacta que hace al monoplaza aerodinámico, con una cubierta en el motor y la parte trasera más 'apretada' de todos los coches. 

McLaren-Honda MP4-31 Reveal Film

El resultado de la complicidad McLaren-Honda llevó a la construcción de una unidad de potencia 'talla cero', que padeció en su debut de una anorexia difícil de tratar derivada de una obsesión desmedida por comprimir excesivamente elementos claves de la unidad de potencia en la búsqueda de una aerodinámica que nunca llegó a ser la mejor del lote.
Precisamente, uno de los principales problemas que llevaron a Fernando Alonso a sufrir la peor temporada de su carrera se derivaba de un turbo pequeño y una MGU-H construidos en una sola pieza encapsulada con el compresor. Todo ello, además, insertado entre el hueco de la V del seis cilindros japonés.
La 'idea del millón' resultó ser un fiasco y las premisas no se cumplieron por la ineficiencia del sistema. De hecho, nunca pudo exprimir su máximo potencial en términos de eficiencia energética ni mucho menos girar al máximo de revoluciones, generando un déficit de potencia incapaz de compensar con ninguna aerodinámica.
 
Los descarados adelantamientos que sufrieron la pareja de campeones formada por Button y Alonso en pistas míticas como Spa y Monza, masacraban las ilusiones vendidas a bombo y platillo al gran publico durante la presentación del equipo. La carencia de potencia del propulsor japonés es incapaz de generar, almacenar y entregar los imprescindibles CV extra que los sistemas híbridos ofrecen hoy en día.
Incluso, terminaban con la idea implantada en el imaginario colectivo de la época dorada de Honda en la Fórmula 1 con 71 victorias en el periodo 1986-1992, recordando quizás aquella más reciente y anónima que dejó su participación más reciente como motorista y constructor en su regreso durante la era atmosférica. El reglamento en vigor no permitió subsanar los problemas de nacimiento del propulsor japonés, aspecto que cambiará, afortunadamente, en 2017 con la abolición de las fichas y la llegada de la libertad de desarrollo.
Con el arranque de la pretemporada del Mundial 2016, el equipo de Woking y sus socios japoneses han decidido: “Madurar el concepto del año pasado”, confirmando el propio Yasuhisa Arai, director de Honda Motorsport, en la presentación del MP4-31. Además, en declaraciones realizadas recientemente recalcaba su elección: "Mantener la filosofía y el concepto del paquete talla cero mejorándolo para tener un tamaño cero aún más sofisticado", con la confianza de haber solucionado los males de una elección que los condenó a la penúltima posición del mundial de constructores. 
“El propósito es desarrollar nuestro equipo hacia nuestra ambición común: la victoria”, éste es el único mantra de Ron Denis, jefe todopoderoso de McLaren, que junto con Fernando Alonso forma una pareja de ganadores natos obsesionados por dominar el campeonato. Conscientes, además, de que la última victoria de McLaren del Mundial de Constructores se remonta a 1998.
Arai, incluso, ha desvelado: "En el pasado agosto comenzaron los estudios con un motor en nuestro laboratorio en Sakura para resolver de cara a 2016 nuestros problemas”, momento desde el que el equipo de Alonso trabaja para solucionar los problemas de lubricación y refrigeración que originaban constantes roturas. Mientras, se han cambiado el diseño de los componentes claves para incrementar la recuperación de energía y disminuir la distancia que les separa con Ferrari y Mercedes. La diferencia de partida se cifra en 160CV, que sin progresos en la unidad de potencia no podrán ser compensados ni con una aerodinámica milagrosa.
Durante la presentación, el piloto español ha admirado las cualidades de la filosofía del tallaje reducido a la mínima expresión de su nueva montura: “El paquete aerodinámico es fantástico con una especial atención a los detalles. Todo el coche es precioso y, en particular, diría que es muy compacto desde el punto de vista aerodinámico”. Primeras impresiones necesariamente esperanzadoras para el bicampeón, que se muestra "cien por cien listo" para los retos que tiene por delante.
El anuncio del nuevo MP4-31 no trae consigo grandes proclamas de lucha por el Mundial, más bien una cautela que se resolverá tras los test, como bien indicaba Eric Boullier, director de McLaren Racing: “Confiamos en los cambios que hemos realizado mejorarán y acelerarán nuestro desarrollo y progreso en el futuro”. Consciente, además, del largo camino que les queda por recorrer para estar en cabeza: “Tenemos que verificar nuestro trabajo en el garaje antes de esperar milagros en la pista. Primero tenemos que asegurarnos que caminamos antes de ponernos a correr. Para eso están los test”.
La dura realidad de la hipercompetitiva Fórmula 1 es que McLaren parte con una desventaja ante sus competidores más fuertes. Está por ver si su recuperación le llevará a codearse en la parte media del grupo con Toro Rosso, Force India o el recién llegado Hass. O, por el contrario, será capaz de batirse con Red Bull y Williams por las plazas que teóricamente ocuparán los que siguen a los predestinados a lucha por la victoria: Ferrari y Mercedes.
El camino hacia la victoria en la Fórmula 1 es duro y a veces inalcanzable. La pole position y la primera plaza al caer la bandera a cuadros son para aquellos que luchan al filo de la última décima de segundo, las más dura de conseguir, esa que cuando se parte desde tan atrás no basta con una año de duro trabajo. Si no, que se lo pregunten a Ferrari.