Tokio

En la madrugada del viernes en Tokio, mientras termina de tratarse en la camilla con el fisioterapeuta, Pablo Carreño atiende a EL ESPAÑOL. Ha sido un día largo para el asturiano, que todavía no ha terminado de digerir todas las emociones y consecuencias posteriores a su victoria frente a Daniil Medvedev (6-2, 7-6). Para la más importante, sin embargo, no tiene mucho tiempo: si gana en unas horas a Karen Khachanov en las semifinales de los Juegos Olímpicos de Tokio se asegurará una medalla.

"He soñado toda la vida con esto", dice el español, al que no se le nota el cansancio en la voz. "Ganar una medalla sería un sueño. Es algo único, no se puede comparar a nada. Sería una sensación totalmente diferente a lo que he vivido hasta ahora", añade. "Vine aquí sabiendo que tenía opciones de hacerlo, aunque lógicamente iba a ser muy complicado".

Para tumbar a Medvedev en pista dura, palabras mayores, Carreño exhibió una versión impecable que construyó con agresividad, decisión y tino. El ruso, favorito a la victoria, se encontró con algo que no esperaba: un contrario que le pasó por encima incluso cuando el encuentro se apretó en la segunda manga, demostrando un arrebatador deseo por el triunfo, ganas de ganar, hambre por dar un paso más.

Pablo Carreno saluda a Daniil Medvedev tras ganarle un cuartos de final del torneo individual masculino de tenis REUTERS

"Posiblemente es una de las mejores victorias de mi carrera porque ha sido contra el número dos del mundo", reconoce Carreño. "Él ha jugado finales de Grand Slam, ha ganado torneos muy importantes, pero sobre todo la coloco ahí porque estamos en los Juegos Olímpicos", afirma. "He jugado con mucha contundencia y calma. Me he sentido muy bien. Es uno de los partidos más completos que he hecho nunca".

Me he sentido muy bien. Es uno de los partidos más completos que he hecho nunca

Así, Carreño llega al encuentro con Khachanov (3-2 en el cara a cara) lanzado. Si el español aterrizó en Tokio viviendo días muy dulces tras conquistar en Hamburgo su título más importante (de categoría 500), escalar hasta las semifinales de los Juegos Olímpicos le ha colocado a las puertas de un momento de los que no se olvidan, pase lo que pase.

"Quizás", razona, "de nivel de juego estoy en el mejor momento de mi carrera. Tengo mucha más experiencia que en otros momentos importantes yun nivel de juego muy alto, al igual que mental. Las semifinales del US Open [2017, 2020] me han ayudado muchísimo. Hace dos semanas en Hamburgo conseguí ganar mi primer torneo 500 y eso también fue un paso más en mi carrera, un impulso para venir aquí", prosigue. "Estaba con mucha confianza, pero no sabía cómo reaccionaría en la pista en mis primeros Juegos Olímpicos".

Esas dudas ya están más que despejadas. Ahora, a Carreño solo le queda seguir soñando para colgarse una medalla del cuello.

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