Hugo González sigue imparable. El nadador español ha rendido a gran nivel en la prueba de los 100 metros espalda de natación consiguiendo un heroico pase a la final después de una puesta en escena llena de épica y superación tras de una arrancada que no fue del todo positiva. 

El deportista español comenzó la prueba tras tocar el agua en última posición, algo rezagado y aparentemente lejos de las opciones de clasificación. Sin embargo, se fue creciendo metro tras metro para deslizar por encima del agua de la piscina olímpica de Tokio y cimentar su salvaje remontada tras el último viraje. 

Una reconquista en toda regla que finalmente le permitió tocar la pared final en un tiempo de 53,05 segundos, un registro sencillamente estratosférico para el prometedor nadador español. Hugo se quedó a solo una décima del mejor registro de toda su carrera en la prueba de los 100 metros espalda. Un resultado increíble teniendo en cuenta los nervios y la tensión que generan estas pruebas en una cita olímpica. 

Con su remontada, el español terminó siendo cuarto al final de la contienda, parando el crono en un registro que le permite estar en la gran final de la prueba de los 100 metros espalda en lo que será la primera lucha por las medallas de su carrera deportiva. Con el oro y la plata inalcanzables, Hugo sueña ya con ese posible bronce, la que sería la primera medalla en natación para España en los Juegos después de que Mireia Belmonte rozara el bronce este domingo. 

Hugo sigue soñando

Puede parecer un reto utópico, pero Hugo González ha llegado a Tokio con el objetivo de seguir dando mucho que hablar de intentar hacer historia. Por ello, no se rinde y sueña ya con morder un metal olímpico, lo que sería un resultado sensacional y una presentación ante el mundo en la cita más importante del calendario. 

El nadador español confió más que nadie en sus opciones y en sus grandes finales de prueba para sellar una remontada que el abrió las puertas de la gran final de par en par. Un tiempo, esos 53,05 segundos, que le llenaron de emoción que le hicieron desbordar su pasión y su euforía tras haber cumplido ya su gran reto, el de meterse en la pelea por las ansiadas preseas. Un cuarto puesto que también le sirve para que los rivales empiecen a apuntar su nombre para futuras batallas. 

[Más información: Mireia Belmonte roza la medalla: cuarta en la final de 400 estilos en Tokio]

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