Bruno Hortelano renunció a correr los 100 metros en los Juegos Olímpicos de Río para centrarse en el doble hectómetro, donde sus opciones de codearse de tú a tú con los mejores velocistas del planeta aumentaban exponencialmente. En la primera vez que saltaba a la pista del Estadio Olímpico de Engenhao, para disputar las series eliminatorias de los 200, Hortelano demostró una vez más que no tiene techo, que su progresión parece infinita en la batalla contra el cronómetro.

El atleta español, de 24 años, pulverizó su propio récord de España con 20.12 segundos en una carrera de gran nivel, donde se enfrentaba a dos portentos físicos: el jamaicano Yohan Blake, campeón del mundo de 100 metros en 2011; y al estadounidense Ameer Webb, poseedor de la tercera mejor marca mundial del año (19.85). Pero a Hortelano, que no cree en la superioridad atlética de ninguna raza, no le asusta ningún desafío. 

Salía por la calle ocho -donde Van Niekerk había enterrado a Michael Johnson en la historia-, la más exterior, sin ningún tipo de referencia visual sobre sus rivales y, tras una curva fabulosa, alargó la frecuente zancada hasta cruzar la línea de meta en primera posición. No le hizo falta esprintar al máximo y hasta se pudo permitir el lujo de girar la cabeza a su izquierda para controlar dónde estaba cada rival. Es el primer atleta español de la historia que se clasifica para las semifinales de una prueba de velocidad en los Juegos Olímpicos.

Lo anecdótico de la jornada recayó en el el hecho de que Hortelano fue más rápido que el mismísimo Usain Bolt. El jamaicano, tras alcanzar el trono de los 100 metros por tercera vez consecutiva, se dio un auténtico paseo en su serie de los 200, la novena. Corrió en 20.29 como quien va trotando por el césped. El único que pudo superar el tiempo del velocista español fue el canadiense Andre De Grasse, bronce en la final de 100, con 20.09.

"Soñad conmigo"

Hortelano levantó a media España del sofá e hizo creer en una gesta con tintes de imposible. Tras la consagración en el pasado Europeo de Ámsterdam, donde se proclamó campeón continental en el doble hectómetro, sus grandes registros en las pruebas que más expectación suscitan en el gran público (100 y 200) le han impulsado al estrellato. Hortelano ya no es un desconocido recién llegado del exilio americano -donde pasa gran parte del año compaginando los entrenamientos y los estudios-, sino que es una realidad.

El principal objetivo del discípulo de Adrian Durant antes de viajar a Río estaba claro: meterse en la final del 200. Pero tras las magníficas sensaciones transmitidas este martes, quién sabe si puede lograr algo más. "Soñad conmigo", declaró en los micrófonos de la Cadena SER después de meterse por puestos en las semifinales (madrugada del miércoles al jueves a las 03:10 horas). "He controlado la carrera y la marca salió sola, no he ido a por ella. En semis haré lo mismo, sin pensar en la final y darlo todo otra vez", confesó a Efe.

Hortelano después de ganar su serie. Fernando Bizerra Jr. Efe

Hortelano también confesó que se ve para bajar de 20 segundos: "Está cerca, no veo por qué no bajar de 20. La pista es buena, no sé si el viento es favorable, francamente me da igual, he venido a competir en unos Juegos y ni marcas ni nada, eso vendrá solo. El entrenamiento da para eso".

De los 24 atletas que quedan en liza de los 80 que se enfrentaron a la criba de las eliminatorias del 200, Bruno Hortelano posee la décima mejor marca de la temporada, un resultado que sería insuficiente para avanzar de ronda. Sin embargo, los tiempos previos quedan eclipsados por la vorágine del gran campeonato. Y seguro que algún rival torció el gesto cuando presenció la exhibición un español que no estaba invitado a la fiesta.

Muy probablemente para acceder a la anhelada final haya que romper la vertiginosa barrera de los 20 segundos -aunque en el mundial de Pekín 2015 respescaron con 20.37, en el de Mocú 2013 con 20.33 y en Londres 2012 con 20.10. Hortelano ha quedado encuadrado en una semi de gran dificultad, como cualquiera de un torneo olímpico, pero esta es de especial dureza. Se situará en los tacos de salida de la calle cuatro; a su izquierda, un poco por detrás, tendrá al temible Justin Gatlin, mientras que podrá controlar las estelas del panameño Alonso Edward, de Yohan Blake y del holandés Churandy Martina -oro en el Europeo hasta que fue descalificado- durante la curva del 200. Después de la calma tensa quebrada por el pistoletazo de salida, habrá que esperar dos escasas decenas de segundos para fijarse en el marcador y ver si el rércod nacional es pulverizado por cuarta vez en un mes. Aún así, Hortelano ya habrá pasado a la historia.