El mundo del golf es uno de los deportes que más han tardado en adentrarse en el universo femenino y en dar cabida también a las mujeres en sus torneos más importantes. Ahora se disputa el Masters de Augusta y ha surgido una importante polémica por la desigualdad de premios que todavía existe en el universo de los hoyos. 

La bolsa de premios ascenderá en este 2022 a un total de 5 millones de dólares, una cantidad nada desdeñable y que ha generado una cierta celebración dentro del universo del golf. Sin embargo, la LPGA, el PGA del sector femenino, sigue teniendo sus premios muy alejados de los masculinos. 

Los últimos informes que han salido a la luz sobre los premios que reciben los hombres y las mujeres han sido criticados por algunas voces importantes del golf femenino. La polémica ha estallado después de las declaraciones que ha realizado Brittany Lincicome, una reputada jugadora que hizo su aparición en el ránking en el año 2005 por primera vez.

Ella conoció el golf femenino cuando era una pequeña empresa que contaba con pocos recursos económicos y que tardó mucho en dar sus primeros pasos. Ahora, afronta su temporada número 17 en la élite con la ambición de seguir cambiando el mundo con origen en un deporte que siempre ha estado al margen de los avances en cuestiones de sexo. Pero mientras le queden ganas de seguir jugando, no piensa en la retirada y seguirá peleando porque se reduzca la brecha de premios tan grande que existe. 

Brittany Lincicome durante un torneo de golf

El crecimiento del golf femenino

En declaraciones recogidas por The New York Times, Brittany ha explicado cómo ha ido creciendo el golf femenino desde el inicio de su carrera hasta ahora. Para Lincicome, una de las claves de este avance ha sido la llegada masiva de patrocinadores en los últimos años que han invertido de manera muy potente recientemente provocando un gran crecimiento de la disciplina. 

Esta llegada de más capital ha provocado también que se mejoren las instalaciones, especialmente los campos en los que se llevan a cabo los torneos más importantes del mundo. "Es genial ver de dónde venimos y en qué dirección vamos". Además, también ha contribuido la aparición de grandes figuras que han impulsado de este deporte. 

Una de ellas es la actriz Dinah Shore, quien se ha convertido en la promotora durante muchos años de torneos Major del golf femenino. Además de su carrera en la interpretación también es presentadora de programas de entrevistas y desde hace mucho se convirtió en una de las primeras defensoras del circuito femenino. 

Uno de los mayores ejemplos del crecimiento del golf femenino es el que registrará el primer Major de la temporada, ya que casi duplicará su bolsa de premios. En 2022 pasará de ser unos 3,1 millones de dólares hasta los 5. Una crecida de casi dos 'kilos' que supone un impulso realmente importante y que ayudará a que, temporada tras temporada, todo continúe en aumento para poner esta disciplina en el lugar que se merece. 

Brittany Lincicome celebra uno de sus mejores golpes

Las diferencias con los premios

A pesar de que el golf femenino crece año a año, no todo son celebraciones. Es una realidad que los patrocinadores y sponsors cada vez tratan mejor a las jugadoras que lideran el ránking internacional. Pero estas se encuentran todavía muy lejos de sus compañeros de profesión. La comparación es sangrante aunque los hombres puedan generar también un mayor poder de atracción. Y eso se traduce en dinero. 

Las claves de ese crecimiento han sido los nuevos acuerdos alcanzados para la creación de torneos, más dinero también para la gira de desarrollo que intenta incentivar a los nuevos talentos y un mayor apoyo a las atletas que quieren tener familia. Algo fundamental y que había sido demandado por el circuito femenino durante años. El respeto a la maternidad y dar facilidades a las mujeres para poder crear sus propias estructuras domésticas era una clave para también hacer crecer el deporte femenino. 

Los últimos años han sido especialmente positivos para el golf femenino, que ha conseguido un impulso monetario clave. En el 2019, la bolsa de premios anual que se repartía en todo el circuito era de 67 millones de dólares. Sin embargo, en este 2022, menos de tres años después, la cifra ya ha crecido hasta los 90 'kilos'. Una expansión incuestionable. 

Figura como Mike WhanMarcoux Samaan, líderes del comisionado del LPGA, han contribuido a esta explosión en los últimos diez años. Por ejemplo, en el Abierto de Estados Unidos, su bolsa de premios ha pasado de ser de 5,5 millones de dólares hasta los 10 actuales, gracias a la entrada de la empresa ProMedica como sponsor principal. Otra empresa que también realizó una aportación similar a partir del año 2014 fue KPMG. Compañías que trabajan por dar una imagen de igualdad y diversidad. 

La golfista española Carlota Ciganda en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020 Reuters

En relación a la mayor aportación de ingresos, también se organizan otros actos como congresos o cumbres mundiales para mostrar el liderazgo de estas mujeres, el cual también merece potentes inversiones como sucede en el ránking masculino. Otra empresa como Aon creó una especie de competición especial con la que quiso comprometerse a pagar el mismo premio a los jugadores hombres que mujeres, el cual rondaría el millón de dólares. 

Sin embargo, a pesar de todas estas pequeñas victorias, la guerra se sigue perdiendo con una brecha que no para de crecer entre hombres y mujeres. A pesar de que el golf femenino y el LPGA Tour habían conseguido elevar la bolsa de premios anual hasta los 90 millones, resulta todavía una cantidad muy pequeña en comparación con la que se llevan los jugadores masculinos. 

El circuito masculino repartía un total de 367 millones de dólares en premios hasta el 2021. Sin embargo, en este 2022 sigue aumentándose hasta los 427 'kilos'. Un trabajo brillante en lo empresarial, pero que llama la atención cuando se compara con la diferencia que hay respecto al golf femenino, ya que es casi cinco veces más. 

Además de la búsqueda de mayores ingresos, lo que se persigue desde el LPGA Tour es reducir el coste de las inscripciones y de que las jugadoras puedan acudir a ciertos torneos. Así conseguirán al menos que las profesionales aumenten sus beneficios con los mismos ingresos. A pesar de las grandes victorias, todavía quedan muchos pasos por dar. 

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