Sandro Rosell llegó en 2003 al Barcelona. Era, por aquel entonces, la ‘sombra’ de Laporta, el segundo de a bordo de Joan. Llegaba avalado por su experiencia internacional y su buena relación con Nike, donde había desarrollado gran parte de su carrera profesional. Y así lo asumió la masa culé, que vio cómo Alexander -ese es su nombre de pila- cambió la dinámica del club con los fichajes de Ronaldinho o Deco. Por eso, precisamente, el aficionado no entendió su marcha dos años después por discrepancias con el presidente. Y, por eso, también, en 2010, la masa social barcelonista le dio el mando del club. Aunque claro, entonces, nadie sabía todos los líos que se estaban gestando a la espalda de Sandro, detenido este martes por blanqueo de capitales.



Rosell ha pasado, en poco más de una década, de ser un hombre de negocios ejemplar a estar salpicado por varios escándalos. El último de ellos, su detención durante una operación conjunta ordenada por la Audiencia Nacional en la que se investiga una red de blanqueo de capitales. Los agentes se presentaron a primera hora de la mañana de este martes en su domicilio para realizar un registro con motivo de una red de sociedades que tendría dinero oculto en el extranjero.



Esta detención la han llevado a cabo los agentes de la Unidad de Delincuencia Económica y Fiscal (UDEF) en colaboración con la Oficina Federal de Investigaciones (FBI), y se encuadra dentro de la operación denominada “Rimet”. En concreto, Rosell y su esposa, dentro de este entramado, estarían acusados de haber blanqueado 15 millones de euros procedentes de derechos televisivos de partidos de la selección de Brasil.



Sin embargo, esa es la última piedra de una carrera que comenzó bien. O, al menos, lo parecía. Rosell se inició como directivo de marketing en la empresa de perfumería Myrugia y después fue escalando rápidamente en ese ámbito. Formó parte del Comité Organizador de Barcelona '92 como responsable de patrocinios internacionales. Y, desde ahí, dio su salto a Nike, primero como hombre de la marca en España y Portugal, y más tarde en Brasil. Siempre en la parcela del marketing.

Laporta y Rosell, durante un acto del Barcelona. EFE



Todos esos años de contactos y gestiones con Nike desembocaron en su vuelta a la Ciudad Condal en 2003 y la creación de su propia empresa: Bonus Sports Marketing S.L. Y, gracias a su experiencia en ese ámbito, fue reclutado por Joan Laporta para ‘reflotar’ el Barcelona. Ambos ganaron los elecciones y él ocupó el puesto de vicepresidente. Fue el responsable del fichaje de Ronaldinho, Deco o Edmilson -todos jugadores de la marca Nike-, pero, tras aquello, Joan le dio la espalda. ¿Por qué? En teoría, y según se publicó en su momento, por defender sus intereses particulares sobre los generales. Por ejemplo, el haber propuesto a Scolari, el entrenador brasileño, como técnico del Barcelona. Y no en base a criterios deportivos, sino económicos.



Después de aquello, Rosell salió del Barça, pero no se fue muy lejos. Hijo de Joan Rosell, gerente del Barcelona en la época del presidente Agustí Moral, Sandro ocupó su asiento en el Camp Nou y siguió haciendo amistades. Hasta 2010. Entonces, se presentó a las elecciones y ganó acompañado del hoy presidente de la entidad, Josep María Bartomeu. Pero su segunda etapa en la entidad culé tampoco acabó como él esperaba.



FICHAJE POLÉMICO DE NEYMAR



Una de sus grandes apuestas como presidente del club fue fichar a Neymar, la perla brasileña del Santos. ¿Por qué cantidad? Eso todavía está por ver. A día de hoy, sigue siendo una incógnita. Y, de nuevo, gracias a sus contactos en Brasil, acabó por llevarse el gato al agua. El ‘nuevo’ Pelé se vistió de azulgrana. Eso sí, su fichaje estuvo repleto de irregularidades. De ahí su dimisión como presidente por dos motivos fundamentales: ser considerado el heredero de Núñez y el principal opositor del Cruyffismo que representaba Laporta, y sus problemas con la justicia.



Sandro salió del Barça, pero no se fue en paz. El que fuera presidente del Barcelona deberá sentarse en el banquillo en el juicio oral por las irregularidades producidas por el fichaje del delantero brasileño. La Fiscalía, en dicho juicio, pedirá 2 años de cárcel y 10 millones de euros de multa para Neymar, además de 5 años para Sandro Rosell por delitos de corrupción y estafa. Ahora, sólo le queda rendir cuentas ante la justicia.

Rosell posa junto a Neymar el día de su fichaje. EFE

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