El Atlético, el pasado domingo, contra el Celta, le dio la vuelta al marcador en apenas tres minutos. Este domingo, ante el Sporting, se ha llevado el partido en cinco, los que ha tardado Gameiro en soltar tres latigazos y marcar un hat-trick en el segundo tiempo. O lo que es lo mismo: en darle la victoria al Atlético de Madrid. Su quinta a domicilio esta temporada, la que lo sigue manteniendo firme en la cuarta posición. Al fin y al cabo, ese es su objetivo prioritario este curso. El otro sueño, el de ganar la Champions, comenzará a latir el próximo martes en el campo del Bayer Leverkusen. Y allí llegará con dos de sus delanteros en racha: Torres, que ha anotado tres tantos en este 2017, y el propio Gameiro, que ha dado un golpe encima de la mesa en Gijón cuando más lo necesitaba su equipo [Narración y estadísticas: 1-4].



Para el Atlético, en condiciones normales, su partido en Gijón debería haber sido un trámite. Sin embargo, no lo fue. Por muchos motivos, pero, sobre todo, por uno en concreto: su rival se jugaba la vida. Al Sporting sólo le valía la victoria para seguir agarrado a la salvación y a ello se puso. Presionó la pelota desde el inicio y puso en dificultades a los colchoneros con un gran Traoré. El delantero, largirucho e inmenso durante la primera mitad, volvió locos a Lucas y a Savic. De hecho, tuvo dos para adelantar al equipo de Rubi: un disparo al palo y otro que detuvo Moyá.



Con esas intentonas se conformó el Sporting en la primera mitad. Sin embargo, en la segunda, se cayó. Sin explicación. El Atlético, en 13 segundos y con ocho toques, hizo el primero: Carrasco aprovechó una cantada del ‘Pichu’ Cuéllar y adelantó a los suyos. Pero, inmediatamente, respondió el equipo de Rubi. Lo hizo Sergio Álvarez, que aprovechó un centro para marcar el empate y dejar al Sporting con vida. Incluso, con mucha vida, porque a partir de entonces la manija del partido fue para los de Gijón. Pero, claro, al otro lado estaba el Atlético, un grande. Y con los grandes...



Pasa que un equipo como el Atleti puede ser peor en determinados tramos del partido, pero acaba apareciendo tarde o temprano. En este caso, por un cambio de Simeone, que decidió cambiar a Fernando Torres por Gameiro. Y el francés, en cinco minutos, fabricó un hat-trick. El primero, gracias a Griezmann, que se dio la vuelta y le filtró un balón perfecto para que su compatriota definiera ante el ‘Pichu’ Cuéllar. El segundo, por un robo de Thomas, que aprovechó un regalo de Meré para cedérsela al delantero rojiblanco. Y el tercero, en solitario, encarando y colocándola en el palo largo. Tres relámpagos, tres latigazos y tres goles. Y fin de la historia.



El Atlético, como ante el Celta, se llevó los tres puntos y permanece en la cuarta plaza. Y, hechos los deberes, ahora le toca afrontar el examen de la Champions. Será contra el Bayer Leverkusen, en Alemania y contra un equipo que llega tras ganar al Ausburgo (1-3). Nada sencillo. Pero quién dijo que esto fuera fácil.

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