Viernes 3 de febrero, 15:30 horas. Lucas Hernández  sale del juzgado número 7 de Majadahonda tras ser detenido a las 02:00 horas por supuesta violencia de género. El chico no sonríe. Se mete en el coche y se va a su casa. Tres días más tarde, el lunes, tras declarar, la fiscalía pide siete meses de cárcel para él. Poco después, Simeone lo incluye en la convocatoria para la vuelta de las semifinales de la Copa del Rey y le toca entrar por lesión de Godín en el minuto 49 -será baja dos semanas-. Los culés no marcan con él sobre el campo y el central recibe la loa de su entrenador: “Siempre le toca entrar en los momentos difíciles y lo hace bien”. Este domingo, de nuevo, será titular ante la ausencia del uruguayo. No le queda otra al Cholo -sólo cuenta con cuatro hombres en la zaga- y, por otra parte, él no falla. Entonces, ¿por qué no confiar en él contra el Celta (20:45 horas)? Pues eso.



Lucas, para qué engañarnos, no pasa por su mejor momento en lo personal. Las razones, a estas alturas, no es necesario repetirlas, pero está claro que el defensa, en la última semana, no ha tenido la cabeza en el fútbol. ¿Le puede afectar eso a su rendimiento? Contestaba Simeone en la rueda de prensa previa al choque contra el Celta: “Ustedes vieron cómo entró el otro día, con personalidad, como siempre. Antes de que saliera le dije: ‘Normalmente te toca jugar en este tipo de partidos’. Así fue contra el Bayern, contra el Barcelona, con el Real Madrid…”. Y en todos ellos le fue bien.

Lucas Hernández presiona a Luis Suárez durante el partido de la Copa del Rey. EFE



En sus circunstancias, poder jugar es una bendición. Lucas, en los últimos años, tampoco lo ha pasado bien en lo futbolístico. La temporada pasada, durante el mercado invernal, estuvo a punto de irse. Fue a zona mixta y dudó al ser preguntado por su futuro. De hecho, llegó a hablar con el club para salir cedido. Pero finalmente Simeone lo convenció para que se quedara. No le aseguró minutos, pero sí que jugaría si entrenaba bien. Y así fue. El francés acabó entrando en los planes del técnico argentino y fue vital en mucho partidos.



Desde aquella Navidad, Lucas ha asumido su rol y ha ido creciendo poco a poco cuando apenas cuenta 20 primaveras. El curso pasado jugó 21 partidos, siendo uno de los protagonistas en la eliminatoria de cuartos de final de la Champions League contra el Barcelona: disputó los 180 minutos y rindió a gran nivel. Y este curso, hasta su detención, había actuado como central y lateral izquierdo. Siempre para cubrir parches y ayudar donde el equipo lo necesitaba, como contra el Bayern en el último partido de la fase de grupos de la Copa de Europa. En total, 12 encuentros. El último, el empate frente a los culés en las semifinales de la Copa del Rey.



Por todo lo anterior, Lucas será titular en la enésima final del Atlético de Madrid, que necesita seguir sumando puntos en la Liga si no quiere quedarse fuera de los puestos que dan acceso a la Champions League. Antes de jugar, y tras la victoria de la Real Sociedad (1-2 frente al Espanyol), el equipo de Simeone está a dos puntos de la cuarta posición que ocupan los de Eusebio. Y, precisamente, a eso se refería el Cholo en la previa: “Nosotros somos menos regulares que otros años y los demás han mejorado. Hasta el final vamos a tener que correr y trabajar”.



Pero no sólo eso. El Atlético, este domingo, también tiene la oportunidad de vengarse del Celta, que le eliminó la pasada temporada de la Copa del Rey en la vuelta en el Vicente Calderón. Y lo hará quizás en el mejor momento posible. “Creo que vendrán cosas buenas tras este partido”, reconoció Simeone tras ser eliminado por el Barcelona el pasado martes. Después vendrá el Sporting en Liga y el Bayer Leverkusen en la Champions, “donde más opciones tienen”. Palabra del Cholo.

Lucas Hernández, durante el partido de Copa del Rey frente al Barcelona. EFE

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