El partido entre el Deportivo Alavés y Atlético de Madrid (0-0) no pasará a la historia por la polémica ni por su dureza. Fue un duelo como otro cualquiera, con alguna que otra entrada fea, con momentos de tensión y con duelos personales.

Pero el encuentro se calentó al final, en los minutos finales en los que se mezclaba la impotencia del conjunto local, que había dominado los 90 minutos pero no fue capaz de marcar gol, y la también impotencia del Atlético, que veía como se le iba la Liga. El choque entre estos estados de ánimo tuvo su personificación en Deyverson y Godín. El defensor rojiblanco hizo una fea entrada al delantero del Alavés, motivo por el que se llevó la tarjeta amarilla.

Cuando ambos jugadores se internaron en el área, uno para defender la jugada, el otro para buscar el gol, apareció la peor imagen de ambos futbolistas. Deyverson lanzó un feo escupitajo a Godín, al que incluso se le quedó pegado en la barbilla.

Pero no se quedó atrás Godín, que segundos después repitió la misma acción. Lanzó otro escupitajo a Deyverson, esta vez por detrás, en la nuca del delantero brasileño.

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