No diga gol, diga Gerd. Así es como comenzó la leyenda de unos de los mejores delanteros que ha conocido la historia del fútbol. Gerd Müller (3 de noviembre de 1945, Nördlingen), dominó el arte de hacer goles como pocos jugadores lo han hecho en todos los tiempos. Para aquellos que crecieron en los años 60 y 70 viendo sus exhibiciones y alucinando con sus registros, seguramente no haya habido nada igual. 

Ahora que el fútbol parece desvirtuado por los registros inalcanzables que han dejado dos monstruos voraces como Cristiano Ronaldo y Leo Messi, muchos nostálgicos entrados en años se ponen a hacer memoria para recordar cómo eran sus ídolos de infancia. Y entre esos gladiadores de campos maltrechos y botas desgastadas aparece un delantero de estatura media, gran cuerpo, pierna corta y un olfato para el gol como jamás ha existido. 

Los que le criticaban, pocos, pero ruidosos, decían de él que sólo sabía meter goles. Que le den a uno la virtud de hacer mejor que nadie lo más importante en su disciplina de la vida. Si Gerd Müller solo sabía meter goles, es que era el mejor haciendo lo más importante que existe en un deporte que mueve a cientos de millones de personas en el mundo. Y si se le pregunta a otro genio que le conoció y le sufrió de cerca como Franz Beckenbauer, dirá que el 'Torpedo' era imparable e inabordable y que por suerte, fuera de los entrenamientos, los goles del uno eran también los del otro. 

El mundo del fútbol y del deporte han dicho adiós en este 15 de agosto de 2021 a toda una leyenda como Gerd Müller que dedicó su vida entera al balón y a su familia, su mujer Uschi y su hija, y a toda la familia del Bayern de Múnich que era también la suya y que llora desconsolada por la partida del mito que volvió a hacerles grandes y que les dio sus años más dorados en Europa

Gerd Müller durante un partido Europa Press

Una de las mayores virtudes que siempre tuvo este delantero antológico es que todos los escenarios le parecían igual de importantes y por eso siempre puso la misma pasión en todo lo que hacía y en todo lo que jugaba. Le daba igual estar en los campos de barro de Nördlingen que en la final de la Copa del Mundo. Su objetivo siempre era ganar y marcar. Y después de haber ganado y de haber marcado, seguir ganando y seguir marcando. 

Solo así se consigue un palmarés tan extenso como el del 'Torpedo' que ha dejado este mundo con el derecho a presumir de haberlo ganado absolutamente todo y de haber sido un jugador diferencial durante los más de tres lustros que duró su carrera. No se le resistieron ni ligas, ni copas, ni Copas de Europa ni por su puesto la Eurocopa o el Mundial. En todas ellas ganó y marcó. Y celebró. 

Müller ha dejado todo un legado con sus números y registros. Algunos de ellos, como el jugador con más goles en un año natural o con más tantos en una temporada de la Bundesliga, los han superado otros monstruos de la actualidad como Leo Messi o Lewandowski, lo que prueba que el 'Torpedo' podría haber jugado en la época actual y haber seguido siendo definitivo porque el instinto del gol es imperecedero. 

Ahora juega ya en un campo de estrellas asistido por genios como Diego Armando Maradona, Johan Cruyff o Alfredo Di Stéfano, pero lo sigue haciendo con el mismo sentimiento y con la misma rabia que lo hacía cuando llegó a un Bayern de Múnich en época juvenil para subirlo a Primera División e instalarlo en la élite. 

La humildad del grande

Porque la grandeza de Müller es tal que llegó a un equipo, hoy instalado en los éxitos, para sacarle del pozo de la miseria y llevarlo a lo más alto de Europa. Cuando el 'Torpedo' aterrizó en el año 1964 en el conjunto bávaro tras dejar el TSV 1861 Nördlingen, después de superar las críticas de aquellos que decían que pesaba demasiado para lo que medía, el Bayern estaba en Segunda, la que por aquel entonces se llamaba Regionalliga Süd

Ganaron el título ese año y de los campos más humildes pasaron a jugar en la élite y dieron comienzo a la etapa más gloriosa en la historia del club. Müller se unió a una generación dorada de futbolistas que contaba con nombres como Beckenbauer y Sepp Maier para darle a la entidad germana cuatro ligas, las primeras desde 1932, y tres Copas de Europa seguidas, las primeras de su historia. 

Franz Beckenbauer, en un partido del Bayern Múnich fcbayern.com

Mientras Müller llenaba al zurrón de títulos y goles a nivel de clubes, lo hacía también con su selección, la alemana, demostrando una fiabilidad digna de un elegido. Desde muy pronto se hizo un líder para el combinado nacional y para todo un país que lo veía como su 'Bombardero', apodo que se unió al de 'Torpedo' y que marcó toda su carrera.

Tal fue el impacto que tuvo Müller con la selección de Alemania que en el mejor Mundial de la historia, frente al mejor equipo de la historia y ante el mejor jugador de la historia, Gerd consiguió posicionarse ante ellos para hacerles sombra. Fue en México 1970, cuando la Brasil de Pelé maravilló al mundo, pero tuvo echarse a un lado para que los 10 goles que Müller consiguió en aquel campeonato tuvieran su justo reconocimiento.

El camino del 'Bombardero' se terminó en semifinales en el conocido como 'el Partido del Siglo' en el que Alemania cayó derrotada frente a Italia por 4-3 con dos tantos del ariete. En aquella ocasión Müller perdonó a sus enemigos, algo que no hizo en sus dos citas siguientes. Primero se proclamó campeón de Europa en 1972 y después redondeó su gesta marcando el gol de la victoria ante Holanda en la final de la Copa del Mundo de 1974 en lo que él mismo definió como el gol más importante de su carrera. Y eso es mucho decir para una persona que superó los 700 en el máximo nivel. 

Con sus dos participaciones, Müller estableció el récord de goles en las Copas del Mundo con 14, algo que hasta ahora solo han podido superar otros dos monstruos del área como Ronald Nazario con 15 y Miroslav Klose con 16. Otro registro histórico más para una carrera de récord que cerró con un Balón de Oro, dos Botas de Oro, siete pichichis de la Bundesliga y otros cuatro de la Copa de Europa, además del reconocimiento público de todo el deporte que se ha rendido ante este mito y que este domingo llora su muerte. 

Gerd Müller

Goleador y cantante

Müller siempre presumió de no tener amigos dentro del área porque su sustento era el gol y para conseguirlo pasaba por encima de quien fuera necesario. Sin embargo, fuera del terreno de juego se ganó el cariño de aquellos que le conocieron y que disfrutaron con él de pasiones como la música. El delantero no solo tenía talento para conseguir tantos, sino que también se defendía con el micrófono hasta el punto de llegar a grabar varios singles a finales de los 60 y a mediados de los 70. Otra manera de expresar su arte cuando no tenía la pelota cerca. 

Antes de poner fin a su exitosa carrera como jugador, que no al fútbol, Gerd Müller decidió probar suerte en los Estados Unidos. Allí permaneció durante tres temporadas, desde 1979 hasta 1982, haciendo goles y viviendo nuevas experiencias hasta que decidió colgar las botas definitivamente para tranquilidad de todas las defensas. El Fort Lauderdale Strickers fue su última casa y la North American Soccer League la última estación de una carrera legendaria.

Ya retirado y lejos de los terrenos de juego, Müller formó parte en varias etapas de la estructura del club de su vida, el Bayern de Múnich, que siempre le tuvo las puertas abiertas en agradecimiento a toda su entrega, su pasión y sus éxitos. Imagen reconocible de la entidad bávara, formó parte durante muchos años de su cantera, tratando con los jóvenes talentos que aspiraban algún día a enfundarse la camiseta que él hizo grande como nadie.

Un trágico final

Gerd siempre le agradeció a la vida haberle dado un talento innato para el deporte y para ser delantero, a pesar de que no le hizo tan agraciado en otros aspectos como en el de la apariencia física, algo que le provocó tener que lidiar con las burlas de sus compañeros durante gran parte de su trayectoria.

Sin embargo, el gran feo que le ha hecho la vida a toda una institución como el 'Bombardero' fue darle un final tan trágico y amargo. En el año 2015, sus dos familias, la carnal y la del Bayern, unidos de la mano hacían público que el histórico delantero sufría desde el 2011 un avanzado y agresivo proceso de alzhéimer, una enfermedad que amenazaba con apagarle lentamente. 

Gerd Müller con un chándal del Bayern de Múnich Reuters

El sufrimiento que ha padecido Müller en la recta final de su vida ha sido muy importante, viviendo la crudeza de un mal terrible que ha ido borrando su memoria y que se ha ido uniendo a otros problemas de salud que le sumieron en el desastre, en la dependencia física y que finalmente terminaron postrándole en una cama casi sin poder comer. 

Hace unos meses, cuando el 'Torpedo' cumplía los 75, su mujer Uschi relevaba su triste realidad y anunciaba que la vida del mito tocaba a su triste final. Lo hacía en unas condiciones durísimas y totalmente indeseables, pero después de una vida feliz y de éxito. Para ella y para todos los que le rodeaban, cada oportunidad de abrir los ojos era un regalo caído del cielo. En este 15 de agosto del 2021, el alzhéimer ha terminado apagando la llama que siempre estuvo encendida cuando su mirada divisaba una portería y el mundo del fútbol especialmente llora la partida de un mito inigualable. 

[Más información: Muere a los 75 años Gerd Müller, histórico delantero de la selección alemana y del Bayern de Múnich]

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