Ojos enrojecidos, llorando, aplaudido por todo el campo y saliendo en camilla. Así acabó la Eurocopa para Cristiano. De la forma más épica pero también más dramática. Era el minuto 24 de la final y el portugués viajaba en el tiempo. Se iba a Da Luz, al 4 de julio de 2004.

Allí también lloró. Mucho. Portugal había perdido en su casa la Eurocopa ante Grecia. Y, cosas del destino, la imagen se repitió doce años después. La estrella portuguesa llorando en una final de una Eurocopa. Solo Portugal llegó a dos citas así y en las dos se repitió la misma acción. La primera fue por perder, la segunda por lesionarse.

Duró solo 24 minutos sobre el césped del Estadio de Francia porque Payet se lo 'cargó'. Un feo rodillazo del francés anuló en el minuto 8 a Cristiano. Este, tocado, aguantó como pudo, cojo, sabiendo que antes o después se tendría que retirar. Atendido en banda, volvió al campo. No duró nada. Le retiraron en camilla.  

Lloró desconsoladamente Cristiano en Da Luz, creyendo que no le llegaría más un momento tan crucial como ese. Y lo consiguió, para volver al pasado. "El peor momento de mi carrera", dijo entonces. Palabras que podría repetir ahora. En aquel momento era un joven de 19 años que, aunque era ambicioso, seguramente no sabría lo que se le venía encima. Esas lágrimas sirvieron de aliciente desde que Portugal eliminó a Gales y certificó su pase a la final de Saint-Denis. Todos los diarios portugueses utilizaron la imagen como revulsivo. Ahora querían al Cristiano sonriente. 

Y tuvo una mezcla de todo. Primero lágrimas de impotencia. Después, de alegría. Porque Portugal ganó la Eurocopa. Más de una década después de aquel lloro, el circuló se cerró con una situación muy similar. Esta vez como líder indiscutible de su país y en el torneo en el que ya se puede decir oficialmente que es el mejor jugador portugués de la historia. Hasta ahora era el más mediático y el que ostentaba más títulos individuales. Desde este domingo es ya también el único gran portugués que gana algo con su selección. El de Madeira consigue lo que sus predecesores no lograron: ni Eusebio ni Futre ni Figo. Campeón de Europa con su país.

Porque aunque se perdió gran parte de la final, no se puede olvidar la importancia de Cristiano en esta selección. No solo en lo futbolístico sino en la dimensión que arrastra ser una estrella Mundial. En esta Eurocopa tampoco es que estuviera en su mejor nivel (mejor estuvo en 2012 o 2008), pero siempre es un jugador que lo que aporta marca a un equipo.

Un premio a un compromiso

Cristiano culmina así 12 años con su selección en los que ha vivido de todo. Por fin le sale cara, después de tanta cruz. Debutó en el trago más amargo de los todos que se llevó Portugal, la Eurocopa de 2004, y fue después la imagen de las derrotas lusas. Su "qué injusticia" tras ser eliminado ante España en las semifinales de la Euro 2012 fue un momento que provocó todo tipo de burlas. Ese día tocó fondo Cristiano y aun le tocaría soportar el mal Mundial en Brasil, eliminados en primera fase. Su primer partido oficial fue el inaugural ante Grecia y desde ahí, 132 más, superando ya a Figo y convirtiéndose en el jugador que más veces vistió la camiseta lusa. En ese tiempo, 61 goles. 1 gol cada dos partidos aproximadamente. 

La gloria le llega cuando quizá menos lo esperaba, ya que su Portugal es la más floja de las anteriores presentadas. Pero, gracias a un equipo sólido, muy estudiado y un camino de rosas consigue un título que le quita mucha presión de encima. Además atrapa esta Eurocopa en el año en el que más se dudó de él, cuando las críticas más arreciaron y con su declive futbolístico ya presente.

La Eurocopa le ha acabado saliendo redonda también a nivel individual, a pesar de la lesión. Es ya el primer jugador en marcar en cuatro fases finales seguidas del torneo continental, el que más partidos ha jugado y el máximo goleador de la historia de la Eurocopa con 10 tantos (2 en 2004, 1 en 2008, 3 en 2012 y 3 en 2016), superando a Platini. Pocos podrán dudar ya de su dimensión y de que va camino de su cuarto Balón de Oro, recordando también que ganó la Champions.

Cristiano Ronaldo. Por fin gana un título con su país, cuando nadie se lo esperaba. Refuerza su figura. Lesionado, para hacerlo más épico. Una Eurocopa no solo se gana en la final. CR7 les llevó allí. Encontró la gloria. Ya no le queda nada por vivir. 

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