Puede que Messi sea el mejor jugador del mundo. O quizás sea Cristiano, al que Francia se enfrentará en la final. Quién sabe. Lo cierto es que Griezmann está en condiciones de pelear por el trono que ocupan ambos. Eso, a estas alturas, no lo debería poner en duda nadie. Y si alguien lo hace, puede visionar en bucle los partidos del equipo de Deschamps en esta Eurocopa para corroborar esta tesis. Porque el ‘Principito’ ha sido decisivo desde el primer encuentro y lo volvió a ser una vez más, anotando los dos goles que le dieron a la anfitriona la victoria contra Alemania (0-2), vigente campeona del mundo [Resultado y estadísticas: 0-2]



Griezmann, ante la ausencia de Benzema y la no convocatoria de Gameiro, ha sido la luz que ha alumbrado a Francia en su torneo. Así lo corroboran los datos. A estas alturas, es el máximo artillero (seis tantos) y está a tan solo tres de igualar a Platini como máximo goleador en una Eurocopa. De hecho, puede ser aún más grande. Por edad, por condiciones y por calidad, su pelea en los próximos años puede que no sea ni contra Cristiano Ronaldo ni contra Messi, sino contra Neymar. O, quizás, contra sus propios récords. Quién sabe.



Pero, dejando a un lado las comparaciones, Griezmann volvió, una vez más, a tomar el mando contra Alemania. Ni Pogba ni Payet, sino Antoine, jugador de pocas palabras y muchos hechos. Poco importa que la Mannschaft comenzara mejor el partido. O que tuviera las ocasiones más claras en la primera mitad -sobre todo, un disparo de Schweinsteiger que se encargó de detener Lloris-. O que, simplemente, fuera la dueña de la pelota. Al final, el ‘Principito’, que ya reina en su tierra, no quiso eludir la responsabilidad. Aprovechó un penalti cometido por Schweinsteiger y lo convirtió al filo del descanso. Y, a partir de ahí, todo le fue de lujo a su selección.



Con el resultado a favor, Francia sólo tuvo que esperar. Se encerró en su campo y buscó el segundo a la contra. Repeliendo una y otra vez las ocasiones de Alemania. Hasta que, en una jugada aislada, encontró su oportunidad. O, más bien, así lo quiso Neuer, que falló en la salida y le dejó la pelota franca a Griezmann para que sentenciara el partido. El ‘Principito’, rey en Marsella, buscó entonces las cámaras, gritó “vamos” -sí, en español- y celebró el gol como acostumbra a hacerlo en el Atlético de Madrid. La prueba más sólida de la enorme temporada que está cuajando, tan notable como la de Cristiano o la del propio Messi.



Griezmann, con esta exhibición -una de tantas este curso-, ha conseguido con sus goles dejar en un segundo plano las actuaciones de Pogba o las de Payet. Porque sí, estos dos últimos están cuajando una gran Eurocopa, pero no han sido tan decisivos como el jugador del Atlético de Madrid. Y no lo han sido, en concreto, contra un rival de tanta entidad como es Alemania, la vigente campeona del mundo, enterrada en suelo francés, en un torneo en el que ha sufrido cientos de inconvenientes: lesiones de Khedira, Mario Gómez y Boateng (contra Francia), y esa amarilla que no le permitió a Hummels disputar estas semifinales.



Alemania, con su eliminación, pierde, por tanto, la oportunidad de avanzar hacia el triplete conseguido por España. Cierto es que su caída no ha sido como la de La Roja. Pero sus ilusiones han vuelto a menguar. Eso sí, lo han hecho tras dar la cara, pero encontrándose a un ‘enfant terrible’ al otro lado, a un tal Griezmann. Quizás, quién sabe, el mejor jugador del mundo de aquí a unos años. O quizás ya lo sea y nadie lo mencione. Sea como fuere, estará en la final, donde Francia se medirá a Portugal y él podrá intentar olvidar aquella final de Champions perdida con el Atlético. Quién sabe si en esta ocasión marcando un penalti, aunque sea por su amigo Juanfran. Al pequeño 'Principe', en definitiva, sólo le falta la corona.