Jamas habían jugado una Eurocopa. Solo habían disputado una gran competición, el Mundial de 1958. Pero la Eurocopa 2016 asiste a algo ya histórico: Gales está en semifinales. El país pequeñito, tres millones de habitantes, de Gran Bretaña, sin mucha tradición futbolística, entre los cuatro mejores del continente. [Narración y estadísticas: Gales 3-1 Bélgica].

Lo hacen tras superar a Bélgica en el que había sido el partido más importante en 58 años. Normal, ya que nunca habían pisado el torneo continental. Se colaron en cuartos, aprovechando unos rivales no muy fuertes, pero ahora si se han doctorado. Dejaron en promesa a la generación belga que tanto ilusionaba y se coronaron como gran revelación del torneo. Gales, sí, en semifinales.

Y eso que sobrevivieron a un arranque de partido que fue un arreón de Bélgica, dejándoles prácticamente noqueados. Solo se pudo reponer con una cabalgada de Bale, más ausente de lo normal. Con tres ocasiones de golpe asustaron los belgas, que también se toparon con la mala suerte. O, mejor dicho, con los cuerpos de ocho galeses metidos sobre la línea, en los que rebotaban todos los balones.

De los pocos que se dieron cuenta que meterse en el área era contraproducente, porque Gales era una roca ahí, fue Nainggolan. El jugador de la Roma, con su peculiar peinado a cuesta, se inventó un zambombazo desde fuera del área que pilló por sorpresa al meta Hennessey. Era el 0-1 y, con este tanto, se esperaba una goleada mayúscula belga.

Pero Gales vive y sobrevive y recordó que era ahora o nunca. Se vino arriba, arrinconó por momentos a Bélgica, y empezó a hacer ocasiones, que no eran otra cosa que el preludio que después vendría. Avisó Taylor, que obligó a sacar una gran mano a Courtois. Era eso, el aviso. A la siguiente, hachazo. 

Estaba sufriendo mucho Bélgica en los balones parados, con un desconcierto alarmante a la hora de defender esas jugadas, y Gales aprovechó una de esas. Tras una melé en el área, que por segundos recordó a Gales ser un país más de rugby que de fútbol, Williams acabó solo y allí apareció su cabeza para poner el empate. El capitán fue el alma de Gales en todo el partido y también el encuentro de cuartos le elevó a los altares.

Se conformó Bélgica con el empate, esperando quizá que su rival se viniera abajo antes o después. Pero las fuerzas no flaquearon. Aguantaron a otro arreón de Bélgica en el inicio, con Hazard liderando el ataque. Pero no valió. El esfuerzo y el colectivo venció a los nombres. Gales venció a Bélgica. 

Lo consiguieron empezando por una genialidad de Robson-Kanu, que hizo una maniobra espectacular, de las mejores jugadas de la Eurocopa. En el punto de penalti se inventó un taconazo que rompió a tres defensas de golpe. Un toque precioso que dejó al galés mano a mano con Courtois y donde el meta belga poco pudo hacer. Jugada que podrá ser bien catalogada como decisiva y que encumbró a este delantero del Reading, equipo de segunda división inglesa. Es lo que tiene la Eurocopa.

Atacó y atacó Bélgica, pero seguían negada la selección belga ante el gol. Fue un quiero y no puedo continuo. Lo contrario que Gales, que sentenció en el minuto 86 con otro bonito gol, esta vez de cabeza. Un centro de Gunter (que se perderá la boda de su hermano, una vez que tendrá que seguir en Francia para jugar las semifinales) acabó en la cabeza de Vokes y éste la metió. 3-1. Gales en semifinales. Y Bélgica, otra vez, decepcionando.

Es historia. Historia del fútbol galés, británico y europeo. Gales está en semifinales en su primera participación en una Eurocopa. Con un equipo repleto de jugadores de equipos 'menores', incluso alguno militando en segunda división. Solo Bale juega fuera de Reino Unido. Y lo grande para Gales fue que sin la mejor versión de Bale, también ganaron. Historia del fútbol. Eso es lo que se vivió en Lille. 

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