Aleksander Ceferin accedió a la presidencia de la UEFA el pasado mes de septiembre. El esloveno, entonces un gran desconocido para el mundo del fútbol, venció al holandés Michel Van Praag de forma clara (42 votos a 13) y también a Ángel María Villar, que, aunque no llegó a presentarse, estuvo en la carrera electoral, retirando su candidatura más tarde al ver que no tenía ninguna opción de ganar.

En este casi año como presidente del máximo organismo europeo, Ceferin ha cambiado muchas cosas. Por ejemplo, no quiere ningún rastro de corrupción en la UEFA, a diferencia de su antecesor, Michel Platini, que tuvo que dimitir tras las numerosas sospechas de irregularidades de su mandato.

Pero si en algo se ha caracterizado el dirigente esloveno es en darle un nuevo toque a las competiciones, especialmente la Champions. Después de varios cambios en el torneo, Ceferin ha mostrado su interés en que la final de la mejor competición de clubes del mundo se dispute fuera de Europa. Sí, la final de la Champions fuera de su continente.

Y la primera idea que tendría en mente la UEFA sería Nueva York, una de las ciudades en las que está creciendo el 'soccer', al igual que todo Estados Unidos, donde los grandes equipos de Europa realizan sus pretemporadas de verano. “Para ir desde Portugal a Azerbaiyán se tarda prácticamente lo mismo que desde Portugal a Nueva York", argumentó Ceferin en una entrevista en noviembre del año pasado, justificando una posible final al otro lado del atlántico. "Aun así, no podemos olvidar que es una competición europea”, añadió.

No obstante, la primera final de la Champions fuera de Europa tendría que esperar, como mínimo, a 2020, ya que la edición de 2018 tiene a Kiev como sede de la final y en 2019 hay dos candidatas: Bakú, capitál de Azerbaiyán, y Madrid, con el Wanda Metropolitano como candidato. Además, Ceferin no cerró tampoco la puerta a China, "económicamente interesante".

Esta medida, todavía no oficial y solo un deseo en varios sectores de la UEFA, es otro cambios en la línea de novedades que el nuevo presidente instauró desde su victoria en septiemre. Ceferin cambió la competición en cosas tan sencillas como devolver al césped la entrega de los trofeos (Platini había llevado la ceremonia al palco) hasta a cambiar por completo el formato de la Champions, que a partir de la temporada 2018/19 tendrán nuevos horarios, en dos franjas, a las 19:00 y a las 21:00, abandonado las 20:45 horas como inicio de los encuentros.

También se opuso contundentemente a la Superliga europea, al considerarla en discordancia "con nuestros valores e ideas" y cambió el formato de acceso a la Champions League: a partir de ese año, los cuatro primeros de las cuatro mejores Ligas (España, Inglaterra, Alemania e Italia en estos momentos) irán directamente a la fase de grupo, sin pasar por la fase previa.

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