Cardiff (Enviado especial)

Si nadie había ganado dos Copas de Europa seguidas, tampoco nadie había conseguido tres en cuatro años. El Real Madrid hizo posible lo imposible para los demás y rubricó que desde 2013 es el mejor equipo del mundo. Los últimos cuatro años, justos los que coincidieron con la cuarta legislatura de Florentino, son los más brillantes de la historia del Madrid.

A este equipo eterno lo lideró, otra vez, Cristiano Ronaldo, que ha completado en este 2017 su mejor año en el Real Madrid, precisamente cuando más se dudaba de su continuidad y cuando más pitos escuchó de la siempre exigente afición del Santiago Bernabéu.

Por quinto año consecutivo, Cristiano ha sido el máximo goleador de la Champions League, pero la grandeza de este año no tiene comparación con cualquiera de los anteriores. Mientras otras temporadas llenaba sus registros con los equipos menores y en primera ronda (lo que hizo Messi esta temporada), Ronaldo ha sido este año el jugador más decisivo con diez, ¡diez!, goles en las rondas más importantes: cinco al Bayern en cuartos, tres al Atlético en semifinales y dos a la Juventus en la final. 

La mejor actuación individual en una Champions

No hay antecedente superior. No hay jugador que hiciera una Champions tan completa, decisiva, relevante y mayúscula como la que acaba de firmar Cristiano Ronaldo. La gestión de Zidane, el único entrenador que convenció a CR7 de que era mejor descansar en muchos partidos que se ganan igualmente con el equipo B, ha conseguido que Cristiano llegara al tramo final de temporada mucho más bravo que un toro. Ha sido descomunal sus tres últimos meses con goles en todos los partidos importantes del Madrid, también los de Liga.

El portugués tiene ya cuatro Champions (2008 con el United y 2014, 2016 y 2017 con el Madrid), todas de ella como figura principal (más que Messi, que tiene tres) y solo perdió una final, la de 2009. Es el único jugador en marcar en tres finales de Champions (y no se cuenta aquí el penalti decisivo de la Undécima) y ya ha ganado, a falta que se lo den, su quinto Balón de Oro, los mismos que la estrella del Barcelona.

En Cristiano Ronaldo ha pilotado el enésimo proyecto de Florentino Pérez, que en su cuarta legislatura por fin ha construido el Madrid que tanto soñó. El presidente fue reelegido hace justo cuatro años, el 4 de junio de 2013, por aclamación popular. No tuvo entonces rival, como tampoco lo tendrá este verano, en la que Florentino sellará su quinta etapa al frente del club blanco, tercera consecutiva.

La legislatura que soñó Florentino

El discurso de Florentino siempre ha ido ligado a la historia del Real Madrid. De su boca siempre han salido las palabras "excelencia", "inconformismo", "competitividad", "autoexigencia" o "superación". Y eso es el Madrid. Por eso cuando decidió echar a Carlo Ancelotti tras una segunda temporada horrible, en la que el Madrid un hundimiento impropio del club, lo que hacía el presidente era aplicar todas esas premisas. Y el tiempo le ha dado la razón.

El Madrid no tenía equipo para quedarse en blanco en 2015, como tampoco lo tenía en 2013 con Mourinho, que también se fue. En el fútbol pueden pasar muchas cosas y la línea entre la victoria y la derrota es muy final, pero con la plantilla que tiene, no ganar como mínimo un título por año es un fracaso. Por eso desde ese rechazo a la autocomplaciencia que entrenadores como Pellegrini o Ancelotti instauraron en el Bernabéu, el Madrid ha ido hacía arriba.

El actual Real Madrid nació en la temporada 2010/11, cuando se cerraron las catástrofes contra los equipos de 2ªB y las vergüenzas de las eliminaciones de octavos y se recuperó el gen competitivo que llevaba un lustro sin aparecer. Ese Madrid, que ganó menos de lo que debió, encontró la gloria a partir de 2013, coincidiendo con la mencionada legislatura de Florentino.

Desde ese verano de 2013 y hasta el actual, cuatro años justos, el Real Madrid ha ganado tres Copas de Europa, una Liga, una Copa del Rey, dos Mundial de Clubes y dos Supercopa de Europa. Su mandato, con el paso del tiempo, se debe recordar como una dinastía, como la dictadura de un equipo que no dio opciones a los demás en Europa.

La clave ha estado en formar un bloque que tenía capacidad de seguir siendo exitoso aún cuando había alguna pieza que no funcionaba, como pudo ser Rafa Benítez o algún que otro jugador. Florentino Pérez aseguraba tras la final de este sábado que nunca había visto un vestuario tan unido. Ramos, al que el presidente le señaló como "el artífice" de hacer esto posible, comentó que "cuando hay un equilibrio y estabilidad desde arriba (en referencia a la directiva), eso se nota en el vestuario".

12 jugadores tienen las tres Champions

El buen ambiente entre unos y otros y la coordinación entre todos los estamentos también ha llevado al Madrid a ganar. No se han necesitado hacer grandes revoluciones y tampoco fichajes galácticos para ganar estas tres finales. Al contrario, se han mantenido las principales piezas, dejando a otras que maduraran y añadiendo algunas que perfeccionaron al grupo.

Si el Real Madrid ha ganado la Duodécima con los mismos jugadores que la Undécima, más clarificador es el dato con los que estuvieron en las tres Copas de Europa de estos últimos cuatro años. Son doce los jugadores (con relevancia en los títulos) que, como mínimo, estuvieron desde 2014: Carvajal, Marcelo, Sergio Ramos, Pepe, Varane, Nacho, Casemiro Modric, Isco, Benzema, Bale y Cristiano Ronaldo. Esto es más de la mitad de una plantilla, una barbaridad.

El Madrid es ya el mejor equipo de la historia del fútbol y la única duda es si de la historia del deporte. Bien merece compararse a los grandes conjuntos que vieron los aficionados.

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