Higuaín fue un ‘gafe’, un descarte del Madrid, un ‘igualín que Ronaldo’. Fue muchas cosas y casi todas malas. Y quizás lo mereció. Su carrera se ha desarrollado entre fallos: en la final del Mundial, en la Copa de Europa, en choques de Liga… Pero este miércoles, en Mónaco, por fin, apareció en un gran partido. Anotó dos goles en 60 minutos (los mismos que había marcado en las 24 de eliminatorias que había disputado hasta ahora) y se señaló a sí mismo como diciendo: “Yo, yo y yo”. Y sí, él fue el máximo responsable de que la ‘Vieja señora’ haya puesto pie y medio en la final de Cardiff y busque al Madrid con la mirada: el equipo que lo trajo a España, pero el que también se deshizo de él [narración y estadísticas: 0-2].



Quién lo iba a decir: Higuaín marcando en Champions, en unas semifinales, en un partido importante. Nadie lo hubiera imaginado, ni siquiera las casas de apuestas. Pero sí, él ejecutó y Alves asistió. Otro descarte, este del Barcelona, que lo dejó escapar. En verano, en la Ciudad Condal, decían, era viejo. Incluso en Italia lo pensaron. El brasileño, en sus primeros días en Turín, fue acusado de estar “lento y mayor”. Sin embargo, él aguardó su momento. Esperó paciente, fue básico en la eliminatoria contra el Barcelona y providencial en el choque contra el Mónaco. Y eso que los locales, durante mucho tiempo, fueron mejores.



La verdad es que para ser unas semifinales de Champions y para tener a la Juve al otro lado, el Mónaco saltó al campo como si aquello fuera el patio del colegio. Ni tuvo en cuenta al rival ni sus posibles peligros. Le quitó el balón a la ‘Vieja Señora’, mandó sobre el césped y tuvo las mejores ocasiones. De hecho, durante algunos minutos, bombardeó al equipo de Allegri. Buscó el gol Mbappé con un disparo que fue a parar a las manos de Buffon; lo intentó después Falcao, que puso el cuero en la escuadra, pero también vio cómo el portero italiano sacaba una mano imposible; y después hizo lo propio Glik, aunque sin suerte. Falló tres veces y lo pagó.



No hay que fiarse de los italianos -dicen-, sobre todo, si hay una chica de por medio. O, en este caso, si se juega al fútbol. Y bien lo sabe la Juventus, que justo cuando peor estaba jugando, sacó el mazo. Y, en una contra de libro, inauguró el marcador. La jugada la inició Dybala, con un taconazo, la siguió Higuaín, la continuó Alves con otro taconazo dentro del área -como aquel de Guti frente al Deportivo- y la culminó el ‘Pipita’ colocándola en el palo largo. Gol y a defender, que es lo que había hecho hasta entonces la ‘Vieja Señora’. Pero esta vez sin sufrir los ataques del Mónaco.



La Juventus aguantó y sentenció, de nuevo, en otra contra. De nuevo, con los mismos protagonistas en liza. Alves la puso desde la banda izquierda e Higuaín, en el segundo palo, remató el balón de primeras. Su segundo gol y la sentencia del partido. Dos tuvieron los italianos y dos se metieron dentro de la portería. ¿Y el Mónaco? No cedió. Lo siguió intentando. De todas las maneras: de cabeza, con disparos largos… Pero o se encontró a la defensa o a Buffon. ¿Casualidad? Para nada. La ‘Vieja Señora’ tan solo ha encajado tres goles en un partido esta temporada: contra el Génova. Y eso, precisamente, es lo que le toca intentar al equipo de Jardim en Turín.

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