Tenía que ser Saúl, el que lo dio todo por el escudo –e incluso meó sangre por jugar con su equipo-, el mismo que dribló a dos jugadores del Bayern y sacó un disparo a la escuadra la pasada temporada en semifinales; el mismo que hizo lo propio contra el Leverkusen en los cuartos de este curso con otro disparo cerca del travesaño; y el mismo que apareció en Leicester. Vio venir el balón a la cabeza, templó los nervios y la colocó en el palo largo. Él fue el que marcó, alzó los brazos y dio el billete entre los cuatro mejores de Europa al Atlético de Madrid después de empatar en Leicester [narración y estadísticas: 1-1].



Simeone decidió apostar por Giménez y dejar a Torres en el banquillo. Es decir, apostó por reforzar el centro del campo. Una situación que podría haber generado dudas en un principio. Por ejemplo, ¿y si el equipo se encierra en exceso? ¿Y si nos dominan? Sin embargo, todas esas cuestiones quedaron disipadas en cuanto pitó el árbitro el inicio. ¿La razón? El Atlético, aunque no tuvo la pelota, ofreció solidez y buenas sensaciones. No cedió ante la presión del Leicester, marró bien a Vardy y a Mahrez, y manejó los tiempos. Sin volverse loco, el equipo el Cholo esperó y vio llegar su oportunidad. La primera la tuvo Griezmann y a la segunda llegó el gol. De nuevo, con Saúl como protagonista. Filipe Luis le puso la pelota en la cabeza y el canterano la colocó en el palo largo defendido por Schmeichel.



Marcó el Atlético y se desesperó el Leicester, que debió de volver a pensar aquello de… “¿Y estos tíos de dónde han salido? ¿Por qué llegan a todo?”. Pues bien, los mismos que no les dejaron tirar a la portería en el Calderón y que tan solo les dejaron disparar en una ocasión en la primera mitad en el King Power Stadium. Pero, una vez pasado ese tiempo prudencial, en la segunda mitad, el Leicester volvió. Casi sin que nadie se lo esperara: Shakespeare hizo cambios (entraron Chillwell y Ulloa), el público se levantó y los ‘Foxes’ reaccionaron.



Sufrió el Atlético durante los primeros minutos de la segunda mitad, y recibió un testarazo importante: Juanfran se tuvo que ir lesionado y entró Lucas. Pero eso no fue lo peor: el Leicester, tras un par de arremetidas, se metió de lleno en el partido con un gol de Vardy. El delantero recibió dentro del área y la empaló para hacer el empate. Se levantó el King Power Stadium y siguió el arrebato de los ‘Foxes’. Tuvo otra Okazaki. Y otra Ndidi. Y otra más Vardy. Sin embargo, el Atlético resistió, y a partir de ahí ya no hubo nadie más.



El Atlético terminó la faena sin Filipe Luis, pero con Correa y Torres dentro del campo, sin perder la cara al partido. Y con ellos, Simeone consiguió el pase a las que son sus terceras semifinales con el conjunto rojiblanco desde que llegara como entrenador. Ese era el objetivo y se ha cumplido. Se puede hablar de lo que se quiera: el estilo o las formas. Da igual. Los colchoneros estarán entre los cuatro mejores equipos de Europa. Y lo harán, además, en su mejor momento de la temporada. Tiemblen, el Atlético quiere la Champions. 

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