El conjunto italiano fue netamente superior al grupo de Luis Enrique que, tras el doblete de Paulo Dybala y el cabezazo de Chiellini, está obligado a otra remontada histórica en el Camp Nou si quiere seguir adelante en la Champions.
E.E.
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Gerard Piqué y Leo Messi, de espaldas, al final del encuentro en el Juventus Stadium. / Reuters
Los jugadores de la Juve celebran el tercer tanto ante el Barcelona.
Chiellini puso el tercer tanto de cabeza desde el vértice del área pequeña.
Ter Stegen sólo pudo mirar el balón de Chiellini colándose en su portería.
El central italiano celebró con rabia el tercer tanto de la Juve.
Dybala celebra uno de sus goles ante la decepción de Mascherano.
Massimiliano Allegri, satisfecho en el banquilllo de la Juventus.
Messi lo intentó todo y de todas las maneras, pero la Juve tenía claro como detenerle.
Mathieu fue la gran apuesta de Luis Enrique en la defensa al adelantar a Mascherano al centro del campo. Sentó al defensa francés en el descanso
Iniesta apenas tuvo oportunidad de brillar, gris igual que el resto del equipo.
Luis Enrique buscó la reacción desde el banquillo, pero no funcionó nada.
Suárez y Chiellini se reencontraron después de aquel mordisco del uruguayo en el Mundial de Brasil 2014.
Paulo Dybala demostró por qué es una de las grandes perlas del fútbol mundial: doblete decidiendo el partido.
El primer gol de Dybala fue una obra de arte, aunque la defensa del Barcelona le dejó con maniobrar con impunidad cerca del área pequeña.
Buffon también fue determinante con una parada clave a Iniesta mediada la primera parte.
Dybala y Cuadrado, quien le dio el pase del primer gol, celebraron de esta manera el tanto.
Dybala tuvo tiempo y espacio de sobra para darse la vuelta y disparar a su gusto.
