El 1-3 llegó casi al final, en el alargue, con el Sevilla volcado sobre la portería de Buffon y el Sánchez Pizjuán desgañitado contra el árbitro. Perdía el equipo de Sampaoli, en el palco tras ser expulsado por protestar de más desde que expulsaran injustamente al Mudo Vázquez. Ganaba la Juventus, primera de grupo ya sí o sí, y condenaba al conjunto hispalense a un duelo a susto o muerte contra el Olympique en la última jornada. En Lyon habrá que ganar o empatar para seguir adelante. [Narración estadísticas: 1-3]

Los dos equipos sabían lo que se jugaban y querían dejar resuelto el pase a octavos, por lo que el choque empezó con mucho ritmo y, sobre todo, una gran intensidad por parte de ambos, muy atentos para no dar ninguna facilidad en las áreas, pero el panorama cambió pronto al adelantarse a los 9 minutos el Sevilla.

Fue en un tirazo del central argentino Nico Pareja, que recogió un rechace en la frontal del área para sorprender a Gianluigi Buffon y hacer el 1-0, lo que obligó al Juventus a irse arriba y a ponerle una velocidad más a su juego en busca del empate. Más exigido si cabe en defensa, el Sevilla, sin embargo, no se arredró y tuvo llegadas intermitentes, pero sin peligro, en tres subidas por la izquierda sobre el primer cuarto de hora de Escudero, aunque primero Vietto se entretuvo y luego el lateral remató fuera.

La Juventus, que avisó con un centrochut de Cuadrado que despejó con apuros Sergio Rico, apretó. Khedira y Pjanic movieron bien a su equipo con aperturas a las bandas para las incursiones de Cuadrado y Alex Sandro, y los turineses rozaron el gol con un tiro de Mandzukic y otro de Khedira que salieron fuera por poco a los 27 y 35 minutos.

Con el Sevilla dominado y con problemas para crear juego, Vázquez dejó a su equipo en inferioridad a 9 minutos del descanso al ver dos amarillas en cinco minutos, una desventaja que acusaron mucho los sevillistas y que, en cambio, aprovechó pronto la Vecchia Signora. Así, la Juve impuso su potencial ofensivo y no dejó pasar la ocasión de empatar con una pena máxima muy protestada por los locales (y muy dudosa) ya en la prolongación del primer tiempo, al entender el árbitro que Mercado agarró a Bonucci al saque de un córner. El penalti lo convirtió en el 1-1 Marchisio pese a rozar Rico el balón.

Bonucci, en la acción del 1-2. Reuters

En la reanudación, tras recibir el Sevilla este mazazo, Sampaoli retiró a Vietto, su único punta nato, y sacó al campo a Sarabia para reforzar el medio y su esquema de contención, pero su ataque casi desapareció. Mientras, Allegri sustituyó a Evra por Sturaro, un hombre más ofensivo, y más tarde a Pjanic por el delantero Kean, de 16 años, y su equipo se hizo dueño absoluto del balón y obligó a replegarse a los sevillistas, que se defendieron con uñas y dientes y frenaron siempre las intentonas de los 'bianconeri'.

La Juventus jugó algo atolondrado pero sin la velocidad necesaria ni las ideas claras, con excesivos centros y ataques poco claros, y sólo dispuso de dos ocasiones para remontar en un tirazo de Pjanic, que paró Sergio Rico en dos tiempos al filo de la hora de partido, y en un disparo muy alto de Cuadrado a diez de la conclusión.

Pese a toparse con muchos problemas ante el enorme trabajo defensivo del Sevilla, los turineses no se rindieron y encontraron el premio a su insistencia, con más corazón que buen juego y cabeza, al marcar el 1-2 el defensa Leonardo Bonucci, a seis del final, de un fortísimo zurdazo tras recoger un rechace en la frontal del área. Los sevillistas lo intentaron a la desesperada, pero sin éxito, y fue Mandzukic en el tiempo de prolongación el que redondeó con el 1-3 el triunfo que el pase a su equipo a los octavos de final.



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