Era abril de 2014 cuando Guardiola sufrió su "mayor cagada como entrenador", aquella que sigue manteniendo en su memoria y que le persigue desde entonces. El Bayern de Múnich había pasado por una de las mayores derrotas de su historia tras ser arrasado por el Real Madrid en el Allianz Arena (0-4) y definía de "cagada" su planteamiento, en una charla con Martí Perarnau.

Dos años y medio después, Pep sigue atascado, con pesadillas en sus duelos ante equipos españoles, superado tácticamente por diversos estilos, sin planes B en grandes partidos y con lagunas ya imposibles de ocultar. La goleada que le endosó el Barcelona este miércoles deja en el aire ese aura que rodeaba a Guardiola en los últimos años. El catalán no es ni de cerca el técnico que asombró en Barcelona y cada vez tiene menos recursos para solventar encuentros difíciles o aquellos que se te complican por componentes adversos.  

Bien es verdad que Guardiola, y sus fieles, podrán alegar varias excusas para explicar la derrota en el Camp Nou. Dejando de lado la esperpéntica, dicha por el propio técnico, de que el City "es un equipo que viene de 35 años sin estar en Europa", podría valer el argumento de que se encontró a un estratosférico Messi, de que se quedó con 10 jugadores con la expulsión de su portero nada más comenzar la primera parte, de que los goles azulgranas llegaron por fallos tontos de los jugadores del City, de que con 1-0 debió pitarse un penalti a favor de los ingleses o de que con el partido igualado tuvieron varias ocasiones, algunas con paradas de mucho mérito de Ter Stegen. En todas tendrá razón, pero no hará otra cosa que ocultar los problemas de fondo.

Si acotamos todas las excusas al simple, pero real, argumento de que Messi es difícilmente parable, habría también que señalar que no es imposible. Precisamente está la figura del entrenador para lograr contrarrestar la excelencia del argentino y más si se aspira a ser el mejor del mundo. Si en cambio se opta por la de "nos quedamos con diez", se anula automáticamente en el momento en el que otros equipos en el Camp Nou sacaron cosas positivas con diez jugadores o por lo menos no se fueron tan escaldados. Y quedarse ya con que se perdió por un resbalón o un pase mal dado es un análisis de colegio. Por eso lo mejor que podría hacer Guardiola es hacer un exhaustivo análisis de sus sistemas y (no) soluciones en los últimos años y concretamente el partido más cercano, en el que volvió a ser goleado en el Camp Nou.

La "cagada" de Guardiola no es precisamente fabricar a Messi, al que engrandeció años atrás. Ese era sencillamente su obligación y una de sus aportaciones al mundo del fútbol. Su "cagada" será en todo caso haber sido incapaz de sobrevivir sin Messi. Con el Bayern tuvo tres años en lo que ganó lo que ya otros ganaron y sus innovaciones sirvieron para eso, para repetir la historia, no para mejorarla. Y con el Manchester City arranca con derrotas sus primeros grandes partidos. Ganó al Stoke y al Swansea, entre otros, y su mérito tiene, pero cayó con el Tottenham y el Barcelona en dos encuentros claramente superado por Pochettino y Luis Enrique.

En el Camp Nou se presentó con una de esas decisiones con las que pretendes descubrir fútbol y acaban en bofetada. Dejó a su referencia de ataque, Agüero, en el banquillo, para llenar de hombres el centro del campo, con Fernandinho más retrasado y de ahí saliendo Gündogan, Silva, De Bruyne, Sterling y Nolito. Muchos hombres sin una idea clara que acabó como finalizan los inventos en los lugares menos adecuados, devorados por el rival. El descalabro táctico acabó también acabando con Guardiola, otra vez impasible ante el curso del partido, sin ser capaz de cambiarlo desde fuera, limitándose a cambios obligados, sacando a Agüero cuando quedaban diez minutos y con 3-0. Quedará su imagen de paseos de lado a lado por la banda del Camp Nou, agachado, aguantando la tormenta por enésima vez.

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Guardiola tiene difícil explicar cómo es posible tropezar con la misma piedra dos veces y sumando sus visitas a España, cuatro. ¿Es entendible que tras salir de España, sus regresos a su país, para enfrentarse a equipos que ya conoce, se salde con cuatro derrotas, n ueve goles en contra y ninguno a favor? ¿Cómo se explica que el Barcelona, ese que cambió él por completo, te golee dos veces y con dos equipos distintos? ¿Qué argumento vale ante otra derrota táctica contra Luis Enrique? Centrar todo en la figura de Messi, inspirado en estos partidos, es minimizar el debate que tanto le gusta asumir a Pep. También le secó Ancelotti con su BBC o Simeone con sus guerreros atléticos.

Pero si una cosa tendrá difícil explicar es cómo su equipo se convirtió en una máquina de juego sucio, de ir de patada en patada, de liderar las entradas más duras del partido y llevar al límite a los jugadores del Barcelona, provocando entre otras cosas la lesión de Piqué por una fea entrada de Silva por detrás. Pero no solo el canario se empleó a fondo. Fernandinho, Zabaleta, Sterling... 18 faltas en total con una dureza pocas veces vista en un equipo de Guardiola, especialmente en la primera parte, donde hubo minutos en los que el City parecía el típico equipo que va a un partido a parar a patadas al rival. Chocante con la filosofía que predomina en el 'guardiolismo', y más cuando se han gastado más 200 millones de euros para este proyecto, lo que nunca un equipo hizo en un solo verano. Tanta inversión para acabar dando patadas en el Camp Nou.

Quique García Agencia EFE

Pocos dudan de que Guardiola mejorará a un City que Pellegrini dejó casi adormecido, pero por ahora resultó más inofensivo que el del chileno. El City anterior no era el apogeo del fútbol, pero no fue goleado de la manera en la que lo ha hecho el de Pep y dio la cara en el Bernabéu. Además, en un grupo de la muerte con la Juventus, el Sevilla y el Borussia Mönchengladbach acabó primero y más tarde eliminó en cuartos al PSG. No llegó a la final por un gol y de rebote. Tampoco es que el catalán se enfrentará al reto de un equipo en ruinas, aunque sí un equipo francamente mejorable.

Tendrá Guardiola una reválida en el partido de vuelta, en el que se juega mucho más de lo que pueda parecer. Empatar ante el Celtic en Glasgow les ha dejado con cuatro puntos, ya lejos de la primera plaza (el Barcelona tiene nueve), pero solo uno por encima del Mönchengladbach con un duelo entre ellos todavía en Alemania. La situación se puede complicar si se descuida. De primeras y, como mínimo ya que actúa como local, el objetivo es que en el partido de dentro de dos semanas en el Etihad, el Barça no rompa tanto la cara a este City que no puede poner la excusa de que está en marcha. Los títulos se deciden en mayo o junio, pero a los entrenadores también se les ve en octubre.

Al bueno de Pep se le pasaron muchos fantasmas en su regreso al Camp Nou y mientras pensaba recibía goles por todos lados. Esto es una de las cosas que peligrosamente amenaza con convertirse en una tradición: visita de Guardiola al que fuera su estadio, goleada local. 3-0 y 4-0 bien deberían hacer reflexionar al catalán. Porque este miércoles, Guardiola, por perder, hasta perdió la posesión. Solo ganó en faltas cometidas. Y eso sí que es una "cagada".

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