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Jude Bellingham ha desaparecido. El mediocampista que llegó al Real Madrid como el elegido de una generación y que compitió por el Balón de Oro, se ha convertido en una sombra de sí mismo.

Desnortado, errático, incapaz de dominar el juego como lo hacía hace no tanto. Ahora no es el genio que todos esperaban ver brillar en el Bernabéu, sino un jugador perdido, dudando de sí mismo a cada toque.

Bellingham flota en el vacío. Lo hace sin certezas, sin el brillo que lo llevó a competir por los mayores premios individuales. 2025 ha sido un año para olvidar. La lesión, su mal encaje en el equipo, pasar inadvertido... todo lo contrario a lo que venía siendo desde que aterrizó en la Casa Blanca en verano de 2023.

Sin el británico, esta temporada el Real Madrid ha jugado 5 partidos y ha sumado 5 victorias. Cuando solo ha jugado unos minutos saliendo como suplente, el equipo blanco ha disputado 6 encuentros y también ha logrado pleno de victorias.

El dato llamativo llega en los partidos en los que ha partido de inicio. En total son 14 partidos, 7 victorias, 3 empates y 4 derrotas. El porcentaje es demoledor: Sin Bellingham o con el inglés saliendo desde el banquillo, el Madrid gana el 100% de sus partidos, cuando el centrocampista es titular solo el 50% son victorias.

También se puede ver el contraste fijándonos en los goles. Con Bellingham titular, el Madrid ha marcado 21 goles y ha recibido 15, cuando ha salido desde el banquillo, el equipo ha marcado 21 goles y ha recibido 7 y cuando no ha jugado, los blancos han anotado 10 goles y solo han encajado 3.

Sus peores números

Bellingham no está. Su determinación ha caído y esto queda reflejado en sus goles anotados. En 2025 ha visto puerta en 13 ocasiones, siendo su peor registro desde que comenzó a despuntar en el Dortmund en 2022.

En 2024 alcanzó los 18 goles y en 2023, año de su llegada al Real Madrid, se fue hasta los 23 tantos. Una diferencia abismal teniendo en cuenta su posición. En 2022 igualó el registro de este año con 13 goles con la camiseta del Dortmund.

Bellingham celebra su gol contra el Barça. REUTERS

Lo que sorprende es que su volumen de disparos por partido sigue siendo prácticamente idéntico. Este curso promedia 2,1 remates por encuentro en La Liga, mientras que el año pasado llegó a los 2 y en la temporada 23-24 alcanzó los 2,3 disparos.

Jugar sin un '9' fijo por delante le hace daño. En su año de explosión goleadora se aprovechó de los arrastres y espacios que dejaba Joselu cuando jugaban juntos, pero ahora se encuentra el área rival mucho más poblada cada vez que quiere entrar en ella en segunda línea por sorpresa.

Debe cambiar su rol. Xabi Alonso, en su presentación, apuntó que lo veía como un centrocampista y no como un atacante, pero de momento parece estar quedándose en tierra de nadie. 2026 se presenta como un reto para ambos. Para el primero de encontrarle su sitio y para Jude ser capaz de brillar como lo hizo en su primera temporada.

El riesgo de Inglaterra

Sus momentos complicados en el Real Madrid se han trasladado también a la selección inglesa. Allí, donde no marca desde el 10 de octubre de 2024, parece no tener la mejor relación con el entrenador Thomas Tuchel.

En agosto, el entrenador tuvo que disculparse públicamente tras describir el comportamiento de Bellingham en el campo como "repulsivo", atribuyendo el comentario a una mala elección de palabras en su segundo idioma.

Bellingham, enfadado, da la mano a Tuchel tras ser cambiado Reuters

Dos meses después, Bellingham mostró su descontento tras ser sustituido y Tuchel no se cortó en rueda de prensa afirmando que "el comportamiento es clave y el respeto hacia los compañeros que entran".

Ahora, su puesto en el once titular de cara al Mundial parece una incógnita. Debería serlo en la mediapunta (Anderson y Rice están asentados en el doble pivote), pero la presencia de Palmer, el renacer de Foden y la irrupción de Morgan Rogers deja la lucha muy apretada.

Le han comido el terreno y necesitará volver a recuperar su mejor versión para hacerse con el sitio. Fue clave en Qatar y en la última Eurocopa, pero su situación personal no es la misma. Restan seis meses para la Copa del Mundo, tiempo suficiente para que Bellingham revierta la situación.