Publicada

La selección española levantó este martes la Women's Nations League desembolsándose un premio de 400.000 euros, una cifra que marca un hito en el crecimiento económico del deporte. Son 160.000 más que en la última edición.

Para una de sus referentes, la defensa Mapi León, esa cantidad es casi inconcebible si se compara con la realidad que vivió hace no tanto tiempo. En una entrevista, la central del FC Barcelona recordó que, cuando debutó en la élite, su nómina era de apenas 150 euros al mes.

Mapi León, de 30 años y considerada hoy una de las mejores centrales del mundo, no olvida la precariedad de sus inicios. Empezó su carrera profesional en el Zaragoza CFF, compitiendo ya en Primera División, pero las condiciones estaban a años luz del profesionalismo actual.

"Cobraba 150 euros al mes", confesó con crudeza. Esa cantidad, 1.800 euros al año, no daba para vivir y convertía la práctica del fútbol casi en un acto de fe. "Cuando cobraba 150 euros no podía controlar ni lo que comía ni tener botas buenas", relató sobre una etapa en la que la nutrición o el material deportivo de calidad eran lujos inalcanzables.

El testimonio de la aragonesa es demoledor porque desmonta la imagen de que las futbolistas de la máxima categoría siempre han tenido un respaldo económico. Hace poco más de una década, ser jugadora de Primera significaba entrenar y jugar al máximo nivel cobrando una propina que apenas cubría el transporte.

La propia Mapi reconoció que esa falta de recursos condicionaba su rendimiento: sin una dieta adecuada y sin el calzado óptimo, competir contra las mejores era una carrera de obstáculos diaria en la que el talento tenía que suplir todas las carencias materiales.

La selección femenina acaba de ganar la Nations League y en la Comunidad de Magas te invitamos a todos los partido de la jornada 14 de La Liga F

Punto de inflexión

Todo cambió cuando el FC Barcelona decidió ficharla procedente del Atlético de Madrid en 2017. Fue un movimiento histórico: el club azulgrana pagó 50.000 euros por su traspaso, convirtiéndose en la primera jugadora del fútbol español por la que se abonaba una cláusula de rescisión.

La cifra le pareció tan desorbitada a la propia Mapi que pensó que era una broma de mal gusto. "Le dije a mi representante: 'Tú estás flipao, no sé qué te has tomado'", recuerda.

En su cabeza, acostumbrada a la economía de subsistencia de los 150 euros, no cabía la posibilidad de que un equipo invirtiera ese dineral en una defensa: "¿Cómo van a pagar 50.000 euros por una central?".

Ese traspaso no solo cambió su vida, sino que marcó el inicio de una nueva era en el fútbol femenino español. De los 150 euros mensuales y la imposibilidad de comprar botas, Mapi León pasó a ser la piedra angular de un proyecto que hoy domina Europa y genera ingresos reales.

El contraste con el presente es abismal: el premio de la Nations League que acaba de ganar supone, para todo el equipo, una inyección económica impensable en sus días de Zaragoza, donde el presupuesto anual de toda la plantilla apenas rozaba esa cifra.