Hay un punto común en la peligrosa deriva en la que navega el Real Madrid en las últimas semanas: el frío que hace lejos del Santiago Bernabéu. Un estadio que es infalible (seis partidos, seis victorias), pero que a domicilio al equipo se le tuerce el gesto (cuatro victorias, tres empates y una derrota).
En cuestión de un mes -32 días exactamente-, el Real Madrid ha pasado de firmar el mejor inicio de temporada de los últimos 64 años con unos números de 13 victorias y solo 1 derrota en 14 a evocar un escenario desconocido en el club desde hace ocho años.
Tras el examen (suspenso) ante el Atlético de Madrid, el posterior (aprobado) ante el Barça y el insuficiente ante el Liverpool, la evaluación final del primer trimestre le llegaba a Xabi Alonso en noviembre con cinco partidos a domicilio y los resultados han generado ciertas dudas.
Derrota en Anfield (1-0), empate ante Rayo Vallecano y Elche (0-0 y 2-2), victoria ante el Olympiacos (3-4) y nuevo empate frente al Girona (1-1). Y es que en 29 días -antes de perder ante el Liverpool-, el Real Madrid ha convertido sus victorias en empates.
Hasta tres consecutivos en La Liga, algo que no ocurría desde hace seis años cuando únicamente sumó un punto ante el Barça, el Valencia y el Athletic Club, precisamente su rival del miércoles. Sin embargo, el empate ante los leones se produjo en el Santiago Bernabéu.
Todavía hay que echar la vista más atrás para encontrar los últimos tres empates consecutivos del Real Madrid a domicilio.
Fue en la temporada 2017-2018 ante Villarreal, Las Palmas y Eibar, aunque estos resultados no se produjeron de manera consecutiva puesto que entre medias el balón rodó en el coliseo blanco.
Trent, con los brazos en jarra tras el gol del Girona.
Tras la victoria ante el Barça, los de Xabi Alonso terminaron liderando la clasificación con cinco puntos de diferencia sobre su eterno rival. No obstante, ahora la clasificación ha cambiado y son los de Hansi Flick quienes aventajan en un punto a su máximo oponente.
A Xabi Alonso, por el momento, no le preocupa la situación en la clasificación, consciente de que La Liga es una carrera de resistencia y la gana el equipo más regular. "Esto va a ser muy largo y se va a apretar mucho la clasificación. Va a haber todavía muchas idas y venidas", manifestó en la rueda de prensa posterior al empate en Montilivi.
El final del 'Tourmalet'
La travesía fuera del Santiago Bernabéu se terminará el miércoles ante el Athletic Club en San Mamés, un partido ante un equipo siempre complicado y más delante de su afición, aunque los de Ernesto Valverde también están en horas bajas y no están firmando un buen primer tercio de la temporada.
El Real Madrid expone ahora su crisis en La Catedral, donde está obligado a reaccionar. Y es que la gira de partidos por acoger un encuentro de la NFL en su estadio han desatado el momento de mayor irregularidad desde la llegada de Xabi Alonso al banquillo.
Sin embargo, el conjunto blanco le pasa la patata caliente ahora a su rival del miércoles. Y es que el Athletic recibe en una semana al Real Madrid, el Atlético de Madrid y al PSG, aunque los leones lo harán frente a su afición.
Un rompecabezas
En Bilbao, Xabi deberá resolver si mantiene el planteamiento empleado en Montilivi o si vuelve a introducir variantes. Al inicio de temporada, el 4-3-3 ganaba protagonismo con Mastantuono o Brahim en la derecha, aunque con el paso de las jornadas aquel extremo terminó convirtiéndose en un cuarto centrocampista.
En el Clásico, la apuesta por Camavinga como falso extremo derecho funcionó; en Anfield, en cambio, el plan se atascó. Y mientras en Atenas un trivote blindó a Güler y abrió espacios para que Vinicius y Mbappé corrieran a placer, en Girona el esquema viró hacia un 4-1-4-1.
Para Xabi, "ser flexible" es una virtud, pero lo cierto es que, hasta ahora, la alternancia ha sido constante. Un rompecabezas táctico al que el técnico intenta encontrarle sentido.
Xabi Alonso, junto a su staff técnico durante el partido ante el Elche.
Tras la visita a San Mamés, donde el Real Madrid está obligado a llevarse la victoria sobre todo tras la victoria del Barça ante el Atlético de Madrid en el Camp Nou, el conjunto blanco volverá a reencontrarse con su afición el domingo ante el Celta.
Tanto para Xabi Alonso, como para el vestuario y también para el club, el partido ante el Athletic puede suponer un punto de inflexión con el que salir del bache y recuperar las buenas sensaciones que el equipo mostró al inicio del campeonato.
