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Lleva poco tiempo en el Real Madrid, pero Xabi Alonso ya está notando la presión de entrenar a un equipo en el que cualquier empate se mira con lupa. Ahora son ya tres partidos sin ganar al frente del conjunto blanco, y cualquier cosa que no fuera ganar el miércoles en Grecia empezaría a abrir una crisis seria.

No está acostumbrado a esas situaciones delicadas Xabi Alonso en la élite. Desde que llegó a ella, con su primera gran experiencia en el Bayer Leverkusen, todo ha sido un camino de rosas. Al frente del conjunto germano hizo historia y allí dejó para siempre un recuerdo imborrable. También un vacío muy grande que ahora tratan de llenar.

Lo hacen con su nuevo líder, Kasper Hjulmand, de quien dicen que está siguiendo una línea continuista con el camino trazado por Alonso. Al menos, el entrenador danés ha conseguido enderezar el rumbo después de una temporada que comenzó con la destitución de Erik Ten Hag.

Ahora el equipo de las aspirinas asoma la cabeza en la Bundesliga con una reacción espectacular. "Lo estamos construyendo sobre la marcha", comentó hace unas semanas el propio Hjulmand, que se encontró de repente al frente de un proyecto roto.

En Champions, el buen momento del Leverkusen amenaza con dar la campanada esta misma noche en el Etihad Stadium. Le espera del City de Guardiola, pero los germanos necesitan los puntos y el estado de forma actual les invita a ser optimistas.

Ten Hag, intento fallido

El encargado de asumir el complicado relevo de Xabi Alonso en el banquillo fue Erik Ten Hag. Después de dos años con más sombras que luces en el Manchester City, el holandés aceptó el reto, pero las buenas intenciones se esfumaron enseguida. 

Poco tiempo tuvo para tratar de instaurar sus ideas antes de ser despedido de manera fulminante en los albores de la presente temporada. Llegó a dirigir tres partidos al Leverkusen, y el balance no fue precisamente bueno.

Erik ten Hag, en un partido del Manchester United Europa Press

Su única victoria llegó en la DFB Pokal, la Copa de Alemania, ante un rival de categorías inferiores. En la Bundesliga, una derrota ante el Hoffenheim para empezar y un empate contra el Werder Bremen para terminar. No hubo más.

El cóctel que se venía fraguando casi desde su fichaje no daba otra opción. No conectó con la plantilla en ningún momento, los jugadores no creyeron en él, y tampoco hubo la sintonía necesaria con la directiva. Incluso Ten Hag llegó a criticar la política de fichajes. 

Ten Hag y el Leverkusen se encontraron en un callejón sin salida y muchos pensaron que la sombra de Xabi Alonso iba a ser demasiado alargada.

Llega Kasper Hjulmand

Entonces el Leverkusen encontró agua en el desierto. Un gran acierto poner la lupa sobre Kasper Hjulmand, alguien a quien, por cierto, ya tenían echado el ojo tiempo atrás. Tuvieron que esperar a que terminara su vínculo con la federación danesa para poder lanzarse a por él. 

Le cambió la cara al equipo desde el primer día, el que consiguió debutar con victoria en la Bundesliga ante el Eintracht Frankfurt (3-1). Ahora, dos meses después de su desembarco, ya no son necesarias las aspirinas porque ha eliminado el dolor de cabeza de todos en el Leverkusen. 

Eso sí, no todo ha sido milagroso, y en el camino todavía sigue encontrándose con muchos pinchos. Como el doloroso 2-7 ante el PSG en Champions, o el 3-0 que le endosó el Bayern de Múnich en la Bundesliga. Pero lo que todos destacan es que, después de esos batacazos, ha habido mucha autocrítica.

El camino de Xabi Alonso

En Alemania no sólo resaltan la reacción que ha provocado Hjulmand al frente del Leverkusen. También la manera de conseguirla. 

"Lo fuimos construyendo sobre la marcha, poco a poco. Siempre que uno se hace cargo de algo con estructura, descubre lo que hay y piensa en cómo puede mejorarlo. Fue como empezar todo de golpe, y ese fue, y sigue siendo, el gran reto", comentó el técnico danés hace un tiempo.

Pero acerca del cómo, sus declaraciones también fueron importantes: "Ante todo está la identidad del club. El Leverkusen tiene una filosofía de juego clara basada en años de éxitos y con una metodología de entrenamiento y juego definida. Existe una identidad que se expresa en el campo y esa es la base". 

Esos años de éxitos más recientes son, sin duda, los de Xabi Alonso. El gusto por tratar bien el balón y por ir a presionar arriba cuando se pierde el balón le han servido para ser comparado, con toda la cautela, con el técnico tolosarra. Una forma de dar continuidad a lo que funcionaba aunque con su propio toque.

Hjulmand necesitará más tiempo para seguir mejorando su método y para poder desarrollar su trabajo. Por el momento marcha por el buen camino, y el partido de esta noche ante el Manchester City puede ser un buen espaldarazo para su proyecto.