Uli Hoeness ha vuelto a convertirse en el azote más incómodo del FC Barcelona. El presidente de honor del Bayern Múnich ha lanzado su ataque más contundente hasta la fecha contra la entidad azulgrana en una entrevista concedida al podcast OMR.
Las palabras del dirigente alemán no dejan lugar a la interpretación. "Es absurdo que tengan una deuda de más de 1.300 millones de euros. Es absurdo e intolerable. En cualquier país, con esta deuda, no podrían jugar en Primera División. Con total seguridad... y aquí no pasa nada", sentenció Hoeness sin titubeos.
La dureza de sus declaraciones contrasta con el triunfalismo que Joan Laporta ha exhibido públicamente en las últimas semanas, celebrando el regreso al renovado Spotify Camp Nou y los buenos resultados deportivos del equipo de Hansi Flick.
Para el histórico dirigente muniqués, el modelo barcelonista representa exactamente lo contrario de lo que debería ser un club de fútbol de élite. "El Barça no es el modelo de gestión que imagino para un equipo", afirmó categóricamente.
Hoeness comparó la situación culé con la solidez financiera que caracteriza a su Bayern, un club que acaba de presentar una facturación récord de 978,3 millones de euros con un beneficio operativo de 187,8 millones en el ejercicio 2024/25.
Joan Laporta, en el palco
La diferencia entre ambos modelos resulta abismal. Mientras el Bayern presume de no gastar más de lo que ingresa como parte de su identidad corporativa, el Barcelona arrastra según diversas estimaciones una deuda total que podría superar los 2.400 millones de euros si se incluyen los compromisos derivados del proyecto Espai Barça.
Las célebres palancas financieras impulsadas por Laporta, que permitieron al club vender parte de sus derechos televisivos y activos comerciales para poder fichar, son precisamente el tipo de maniobras que Hoeness considera inaceptables.
No es la primera vez que el dirigente bávaro utiliza al Barcelona como ejemplo de lo que no debe hacerse. Ya en septiembre de este mismo año, durante su participación en el programa Doppelpass de Sport1, Hoeness había advertido sobre las consecuencias de una política de fichajes descontrolada.
"Si compras, compras y compras... de repente tienes 1.200 millones de deudas. Adiós muy buenas", ironizó entonces. Aquella intervención se produjo cuando el Bayern justificaba no haber fichado a estrellas como Florian Wirtz o Nick Woltemade por su elevado precio.
Uli Hoeness
La crítica de Hoeness adquiere mayor peso si se considera el contexto regulatorio alemán, donde las estrictas normas de licencias habrían impedido a cualquier club con semejante nivel de endeudamiento competir en la máxima categoría.
"Las estrictas regulaciones alemanas de licencias y la presión de las auditorías paralizarían de inmediato a un club con una deuda de 1.300 millones de euros", explicó el presidente de honor bávaro.
El enfrentamiento dialéctico entre Bayern y Barcelona trasciende lo meramente económico y refleja dos visiones opuestas del fútbol moderno.
Frente al modelo híbrido alemán, donde el 75% pertenece a los socios y el 25% a grandes corporaciones como Adidas, Audi y Allianz, el club catalán ha apostado por soluciones financieras a corto plazo que comprometen ingresos futuros.
