El Atlético de Madrid parece estar reeditando los resultados de la temporada pasada: un inicio malo para después recuperar terreno ante Real Madrid y Barça. Sin embargo, las cuatro victorias consecutivas que encadenan los rojiblancos no empeñan los problemas que tiene Simeone.
En aras de dar un paso más para pelear por los títulos, el club rojiblanco cerró el mercado estival con ocho incorporaciones, pero solo tres de estos fichajes se han consolidado como titulares indiscutibles, mientras que el equipo sigue en la búsqueda de encontrar la ecuación perfecta en ataque.
Con una inversión cercana a los 180 millones de euros, el Atlético se reforzó con nombres como Baena, Almada, Cardoso, Pubill y Hancko, entre otros. Sin embargo, la competencia por los puestos en el once titular ha hecho que varios de estos fichajes ocupen posiciones secundarias.
La realidad es que solo tres de estos ocho refuerzos se han ganado su puesto como titulares indiscutibles. Este dato explica, en parte, por qué a pesar de la inversión realizada, el equipo no ha dado el salto cualitativo esperado. Las continuas rotaciones y la falta de integración de algunos jugadores han generado inconsistencia en el rendimiento del equipo.
Una pelea a tres bandas
En la delantera es donde más evidentes se hacen los problemas. Julián Álvarez y Sorloth configuran el eje ofensivo del proyecto de Simeone, pero lejos de complementarse, parecen obstaculizarse mutuamente.
El noruego, por quien el club desembolsó 32 millones fijos más otros diez en variables, ha marcado apenas dos goles esta temporada. Una cifra devastadora para un futbolista de su categoría y precio, que en el Villarreal había sido una máquina de anotar.
Sorloth no es titular indiscutible y es precisamente en esa condición donde rinde mejor. Cuando entra desde el banquillo, su impacto es diferente, pero Simeone necesita atacantes que dominen el juego desde el inicio.
Griezmann, Sorloth y Julián Álvarez, el tridente del Atlético de Madrid.
Mientras tanto, Antoine Griezmann sigue desde la sombra, esperando su momento. A sus 34 años, el francés ha dejado constancia de que no acepta ser suplente, y sus números en La Liga así lo justifican.
Con el doblete que marcó ante el Levante, Griezmann se convirtió en el tercer jugador que más puntos ha dado para su equipo en la historia de La Liga, solo por detrás de Messi (221 puntos) y Raúl (142 puntos), superando a Cristiano Ronaldo (132 puntos).
Este hito demuestra el legítimo derecho de Griezmann a jugar. El francés ha sido decisivo en momentos cruciales, rescatando al equipo en varias ocasiones esta temporada.
Su experiencia y mentalidad ganadora contrasta con la irregularidad de sus compañeros de ataque, generando una situación incómoda para Simeone: no puede ignorar la calidad de Griezmann, pero tampoco puede relegar completamente a Julián Álvarez, el jugador sobre el que gira el proyecto rojiblanco.
La debilidad fuera del Metropolitano
No obstante, el mayor quebradero de cabeza para Simeone es cuando al equipo le toca jugar fuera del Riyadh Air Metropolitano.
Y es que mientras el Atlético es prácticamente imbatible en casa, siendo el equipo que más puntos ha sumado en su estadio (19) con seis triunfos y un solo empate, la realidad a domicilio es muy diferente.
Los jugadores del Atlético de Madrid, reunidos durante el partido ante el Celta.
Si solo se tuviera en cuenta los resultados a domicilio, el conjunto colchonero ocupa la décima posición con solo seis puntos, muy alejado de los líderes. Real Madrid y Barça duplican ese bagaje.
Esta tendencia es el reflejo de un equipo que juega de forma diferente según el escenario. En el Metropolitano, es prácticamente imparable; fuera, es vulnerable.
Simeone tiene por delante una decisión compleja: necesita que Griezmann recupere protagonismo, que Álvarez y Sorloth encuentren la compatibilidad táctica, que los refuerzos verano se adapten definitivamente al proyecto, y sobre todo, que el equipo aprenda a ganar fuera de su estadio.
Solo cuando resuelva este rompecabezas, el Atlético estará en condiciones de competir realmente por un título que aún parece lejano.
