Josep Martínez atraviesa los momentos más complicados de su vida después del trágico accidente ocurrido el pasado martes, cuando su vehículo atropelló mortalmente a Paolo Saibene, un anciano de 81 años que circulaba en silla de ruedas eléctrica por la localidad de Fenegrò, en la provincia de Como.
A dos días del suceso, el portero español del Inter de Milán continúa en el centro de una investigación judicial que determinará su responsabilidad, mientras el club nerazzurro le proporciona un blindaje institucional sin precedentes.
El incidente se produjo sobre las 9:43 de la mañana cuando Martínez se dirigía al centro de entrenamiento de Appiano Gentile. Según la reconstrucción preliminar de los Carabinieri, el anciano habría perdido el control de su silla de ruedas eléctrica segundos antes del impacto, invadiendo repentinamente el carril de circulación desde el carril bici.
Las autoridades investigan la hipótesis de que Saibene sufriera un desmayo o un episodio cardíaco que explicaría el movimiento errático de la silla momentos antes de la colisión.
La fiscalía de Como ha abierto una investigación por homicidio vehicular imprudente, delito que en Italia puede acarrear entre dos y siete años de prisión si se demuestra infracción de normas de tráfico. Sin embargo, las primeras evidencias apuntan a que el accidente podría haber sido fortuito.
El guardameta dio negativo en todas las pruebas toxicológicas y de alcoholemia, mientras que varios testigos presenciales han corroborado el movimiento anómalo de la víctima justo antes del atropello.
La autopsia ordenada al cuerpo del fallecido será determinante para esclarecer si un problema de salud previo desencadenó la tragedia.
El apoyo del Inter
Desde el primer momento, el Inter ha cerrado filas alrededor de su portero. Giuseppe Marotta, presidente del club milanés, compareció públicamente para expresar el respaldo institucional:
"Lamentablemente, ha ocurrido un suceso grave y delicado. Damos nuestro más sentido pésame a la familia del fallecido y estamos con nuestro jugador, a quien conocemos muy bien. Son sucesos desafortunados que, por desgracia, forman parte de la vida cotidiana".
Josep Martínez, en un partido del Inter de Milán
El apoyo del Inter va más allá de las palabras. El club ha puesto a disposición de Martínez un equipo de asistencia legal y psicológica completo.
Un abogado penalista le acompañó durante todo el proceso de declaración ante las autoridades, mientras que un psicólogo del club le esperaba a su llegada a casa para ayudarle a gestionar el impacto emocional del suceso.
La entidad ha mantenido al guardameta apartado de toda actividad oficial, aunque por decisión propia acudió el miércoles a entrenarse con sus compañeros en la ciudad deportiva.
Elimina su cuenta de Instagram
La dimensión más dramática del caso se ha manifestado en el ámbito digital. Dos días después del accidente, Josep Martínez tomó la decisión de cerrar todas sus cuentas en redes sociales, especialmente Instagram, tras recibir una oleada de mensajes de odio y ataques de usuarios que le culpaban directamente de la muerte del anciano.
El linchamiento virtual ha añadido una capa adicional de sufrimiento a una situación ya de por sí traumática para el jugador, descrito por su entorno como una persona introvertida y reservada.
Mientras la investigación judicial sigue su curso con el análisis del teléfono móvil del portero, la reconstrucción técnica del accidente y los resultados de la autopsia, Martínez permanece en estado de shock, protegido por el escudo que le ha proporcionado su club.
El desenlace de este caso no solo determinará su futuro legal, sino también su capacidad para superar uno de los episodios más oscuros que puede experimentar cualquier persona.
