Los días así son los que marcan a los entrenadores. A los grandes y a los pequeños. Y Xabi Alonso, ahora mismo, está en el punto ideal para consolidarse entre los mejores de su profesión. El Clásico de este domingo, el primero desde que es entrenador del Real Madrid, es una perfecta vara de medir.
La oportunidad de dirigir al club con más Copas de Europa le ha llegado con 43 años —en un mes casi exacto, el 25 de noviembre, hará los 44—, que es la edad que tenía también Zinedine Zidane al llegar por primera vez al cargo. La historia del francés ya se sabe cuál fue.
Pero otras de esas oportunidades llegaron con edades parecidas —López Caro y Solari, en este siglo XXI— y no les fue tan bien como a Zizou. Lo que distanció sus carreras fue la inclinación de las balanzas en las grandes fechas. El de Marsella casi siempre brilló esos días y los otros dos no supieron ganar al Barça ni pasar de octavos en Champions League.
Ahora le toca a Xabi. Que llega al Clásico con el viento soplando más a favor del Madrid —líder de Liga y fiable a nivel de resultados— que del Barça —con muchas bajas y un juego pobre—. Ganar, tras haber perdido los últimos cuatro duelos ante el eterno rival (todos los de la temporada pasada), se siente como una obligación en el Bernabéu dadas las circunstancias.
Hablando de grandes fechas, de un entrenador como Carlo Ancelotti —el predecesor de Xabi, que ganó tres Champions con el Madrid— poco se puede decir. Pero si algo empañó su trayectoria en el club fue ese último curso pasado suyo y el doloroso 0-4 global contra el Barça de Flick.
Xabi Alonso, en rueda de prensa con el Real Madrid
Tal fue el golpe, que los resultados de la temporada 2024/25 dieron un vuelco al balance general de Ancelotti en los Clásicos: lo dejó en nueve victorias y once derrotas.
En el otro extremo, Zidane, que es el espejo donde debe mirarse Alonso, triplicó en victorias frente a las derrotas en los once Clásicos que dirigió: seis triunfos, tres empates y solo dos partidos perdidos contra el Barcelona.
"Es el momento"
"Mañana es el momento", dijo Xabi Alonso este sábado con el convencimiento de lo importante que es salir victorioso del Clásico. Sería, para empezar, un golpe de efecto en La Liga poniéndose cinco puntos por encima del Barça.
También confirmaría que el Madrid está mejor que su eterno rival y que el crecimiento del equipo, tras doce partidos desde el arranque de la temporada, sigue su curso. Doce partidos de los que se han ganado once y se ha sufrido solo una derrota.
El problema está en el fondo y en la forma de esa única mancha en el historial de la temporada: ante el Atleti, en el Metropolitano, y encajando cinco goles (5-2). Sumado al único tropiezo en el Mundial de Clubes, lo que fue el prólogo de Xabi, ante el PSG y por 4-0, se ha creado un runrún en torno a Alonso.
Este viene a decir que el técnico tolosarra no está hecho para los días grandes, justo lo que llegó a lapidar a López Caro, Solari y otros tantos entrenadores y que encumbró, por sí dominarlos, a Zidane. Xabi Alonso lucha este domingo con no cargar con la cruz.
En lo deportivo, perder El Clásico no sería catastrófico: el Barça volvería al liderato, sí, pero con un punto de ventaja y 28 jornadas por disputarse. "Estamos casi en noviembre y aún no se entrega ningún trofeo ni se entrega ninguna medalla", recordó Xabi en rueda de prensa.
Pero el mensaje que se mandaría, especialmente si el modo de perder es doloroso, sería preocupante. Un quinto Clásico seguido perdiendo igualaría la peor racha merengue ante el Barça, en la era de Guardiola (2008-2010).
A Xabi le marcaría no haber podido ganar a PSG, a Atleti y a Barça, con la visita al Liverpool en Anfield a apenas nueve días. El primer Tourmalet de la temporada mide la verdadera capacidad de resistencia en los momentos de mayor tensión de Xabi.
Confianza plena en Xabi
En el club se confía en el trabajo que viene haciendo su entrenador, si bien es innegable que las alarmas saltarían con una derrota. Pero nadie quiere ponerse en tal escenario.
Xabi ha dotado al Madrid de una solidez defensiva que no tenía el curso pasado (10 goles en encajados en 12 partidos, la mitad fueron en el derbi), ha explotado las virtudes de Kylian Mbappé hasta hacerle el futbolista más decisivo del planeta y va recuperando jugadores a la causa (Vinicius, Militao...).
El trabajo se ve y Xabi insiste en "el margen de mejoría" que tiene el grupo, una vez se haya consolidado la base de lo que quiere el entrenador.
Arda Güler y Xabi Alonso se dan la mano
Tiene alguna cuenta pendiente, como el trabajo en la banda derecha que no ha podido llevar a cabo por las lesiones de Trent y Carvajal —ambos ya de vuelta—, que el equipo no sea verdaderamente efectivo —ante la Juventus hizo 28 tiros, solo diez a puerta y únicamente un gol— o que, aunque él defienda estar ya viendo "buen fútbol", las críticas se dirijan hacia un juego aburrido donde solo Arda Güler —otro triunfo de Xabi, por cierto— pone la magia.
Tiempo. Es en lo que insiste Alonso. El Madrid le dio todo el del mundo —partiendo de un contrato hasta 2028—, aunque el cronómetro se aceleraría si El Clásico acaba en palo. No tiene por qué. Es el momento de Xabi y de su equipo para cambiar la tendencia. La de no ganar al Barça y la de que el grupo en los días importantes. Porque no hay triunfo posible sin tumbar a los otros gigantes.
