Publicada



El encuentro ante la Real Sociedad pondrá a prueba el delicado equilibrio que Hansi Flick intenta mantener en un vestuario donde las jerarquías han cambiado radicalmente.

La vuelta de Lamine Yamal tras cuatro partidos de ausencia por lesión marca un momento crucial para el proyecto azulgrana. El joven de 18 años regresa convertido en el nuevo líder ofensivo del equipo.

Su ascensión meteórica es suscepctible tensiones internas que preocupan al cuerpo técnico alemán. Algunos jugadores, los más veteranos, podrían mostrar malestar ante un posible trato especial recibido por el canterano.

Flick ya ha detectado problemas de egos en el vestuario que considera perjudiciales para los objetivos colectivos. "Es importante que no haya egos, matan las posibilidades de éxito", sentenció tras el empate en Vallecas.

El técnico alemán, por otro lado, exige a Lamine Yamal mayor implicación defensiva y liderazgo grupal, más allá de su brillantez individual. Su rol como portador del dorsal 10 conlleva responsabilidades extra fuera del terreno de juego.

Paralelamente, Robert Lewandowski afronta su nueva realidad como 'super suplente' que hasta ahora ha llevado con notable profesionalidad. A los 37 años, el polaco trata de aceptar un rol secundario que contrasta con su estatus previo.

Ha marcado tres goles saliendo desde el banquillo esta temporada, demostrando su valor añadido en los momentos decisivos. "Tengo paciencia. Lo más importante es ayudar al equipo", declaró el delantero tras el último partido.

Lewandowski realizando ejercicios de calentamiento Reuters

Su situación refleja la revolución silenciosa operada por Flick en el reparto de minutos y protagonismo del plantel barcelonista. En siete partidos oficiales, el alemán nunca ha repetido la misma alineación.

Esta política de rotaciones constantes busca mantener a todos los jugadores alerta y comprometidos con el proyecto común. Casi siempre agota los cinco cambios disponibles, maximizando el uso de toda la plantilla.

Bajas que duelen

Las bajas de Raphinha, Gavi, Fermín López y Joan García complican aún más el panorama para el técnico alemán. El brasileño estará tres semanas fuera por problemas en los isquiotibiales.

Gavi requiere cinco meses de recuperación tras someterse a una artroscopia en la rodilla derecha. Mientras, Fermín se perderá tres semanas por una lesión muscular en el psoas.

Este sábado se confirmó el pronóstico de Joan García: necesitará entre cuatro y seis semanas para recuperarse de la rotura del menisco interno, de la que ya ha sido operado.

Su ausencia obliga a Wojciech Szczesny a asumir la titularidad bajo los palos.

Estas circunstancias convierten el duelo contra la Real Sociedad en una prueba de fuego para la gestión grupal de Flick. El alemán debe equilibrar el regreso de su joven estrella, Lamine Yamal, con las necesidades del colectivo.

La ausencia de Raphinha podría acelerar la reintegración del internacional español, aunque el cuerpo técnico prefiere no arriesgar. Su inicio en el banquillo parece lo más probable para este compromiso liguero.

El rendimiento sin el extremo español ha sido notable, con 14 goles a favor y solo dos en contra. Esta estadística tranquiliza a Flick respecto a la dependencia excesiva de su joven talento.

Hansi Flick da indicaciones a sus jugadores durante el Barça-Valencia

No obstante, el vestuario azulgrana necesita encontrar su nueva identidad tras los cambios jerárquicos operados durante el verano. Los jóvenes han ganado peso específico, alterando dinámicas establecidas previamente.

La gestión de Flick en su segundo año al frente del equipo será determinante para el éxito de la temporada. Su capacidad para manejar egos y expectativas marcará el rumbo futuro del proyecto barcelonista.

El encuentro ante los donostiarras servirá como termómetro del estado actual del vestuario culé. La respuesta colectiva ante las adversidades mostrará la solidez del grupo dirigido por el técnico alemán.

Con Lamine Yamal de vuelta y Lewandowski aceptando su nuevo rol, el Barcelona busca demostrar que su jerarquía renovada puede funcionar. El pulso entre generaciones definirá el carácter de esta temporada azulgrana.