El Balón de Oro ya no es lo que era. Un sentimiento que persiste por segundo año seguido y radica, principalmente, en la ausencia del Real Madrid en la gala. No habrá comitiva blanca este lunes en Théâtre du Châtelet de París, donde Dembélé o Lamine Yamal será proclamado mejor jugador del mundo.
Llámase boicot o plantón. Esta decisión representa la continuación de una crisis institucional que comenzó en la edición anterior y que ha derivado en una ruptura total de relaciones entre el club merengue y los organizadores del premio, con France Football a la cabeza.
La tensión actual tiene sus raíces en los eventos del 28 de octubre de 2024, cuando Vinicius Jr. era considerado el máximo favorito para ganar el Balón de Oro. El Real Madrid había preparado una delegación de aproximadamente 50 personas, incluyendo directivos, jugadores y familiares, para celebrar la coronación del brasileño en París.
Sin embargo, el día previo a la ceremonia, el entorno de Vinicius descubrió que el premio sería para Rodri Hernández del Manchester City. Esta información provocó que el club cancelara el viaje en el último momento, dejando vacías las sillas reservadas para Ancelotti, Vinicius y otros representantes.
La diferencia final fue mínima: Rodri obtuvo 1.170 puntos frente a los 1.129 de Vinícius, una distancia de apenas 41 puntos. Esta escasa ventaja intensificó la sensación de injusticia en el Real Madrid, especialmente considerando que Vinicius había sido clave en la conquista de La Liga y la Champions League ese año.
Las razones del malestar madridista
El Real Madrid tiene razones sólidas y justificables para mantener su boicot al Balón de Oro 2025. Lejos de ser una simple pataleta por no ganar, la posición del club blanco responde a deficiencias sistémicas graves en la organización del premio que comprometen su credibilidad y transparencia.
El club blanco consideró que la decisión no se basó únicamente en criterios deportivos, sino que fue influenciada por factores políticos y la intervención de la UEFA. Los dirigentes blancos señalaron varios puntos de conflicto.
El primero radicaría en una falta de transparencia de France Football, desde sus criterios opacos en el proceso de votación hasta las posibles filtraciones previas sobre el ganador.
Rodrigo Hernández recibe el Balón de Oro 2024
La revista francesa pidió a los votantes que no revelaran sus votos hasta 13 días después de la ceremonia. Este protocolo nunca había existido antes en la historia del premio, evidenciando nerviosismo de la organización ante la polémica generada.
Además, la inclusión de inteligencia artificial en el proceso de votación ha introducido nuevas variables que no han sido adecuadamente explicadas. Varios periodistas admitieron haberse equivocado en sus votaciones, poniendo en duda la fiabilidad del sistema.
Otro punto clave del enfrentamiento radica en la llegada de la UEFA como socio organizador del premio. Desde el Madrid es visto como un "ataque a la línea de flotación", especialmente en el contexto del pulso abierto por la Superliga.
La alianza entre France Football y la UEFA para organizar el Balón de Oro presenta un conflicto de intereses evidente que el Real Madrid tiene derecho a señalar. Nicolas Manissier, responsable tanto de la compra de derechos de la UEFA para L'Équipe como de la organización del premio, ejemplifica esta problemática confluencia de roles.
Así quedó el podio del Balón de Oro 2024
Así, la UEFA actúa simultáneamente como regulador del fútbol europeo y beneficiario comercial de los derechos televisivos y patrocinios. Una dualidad que genera una contradicción estructural que sería impensable en cualquier otro sector.
Todo ello lleva a una pérdida notable de credibilidad del Balón de Oro, cuestionando la legitimidad de unos premios con 69 años de historia.
Contrariamente a las críticas recibidas, el Real Madrid ha asistido históricamente a galas donde no ganaba. La diferencia radica en que esta vez el club consideró que hubo mala fe en el proceso, especialmente tras las filtraciones que les hizo creer que Vinícius ganaría para luego cambiar la decisión.
La cancelación del vuelo de 50 personas preparado para viajar a París no fue una decisión caprichosa, sino una respuesta a la percepción de que el club no era respetado por los organizadores. Como declaró el Real Madrid: "El club no va donde no se le respeta".
Sin arreglo
A pesar de los intentos de mediación, el Real Madrid confirmó oficialmente su ausencia en la gala de 2025. Una delegación de France Football viajó a Madrid para buscar un acercamiento y tender puentes, pero las reuniones no terminaron con éxito.
El club ha dado permiso a sus jugadores nominados para asistir individualmente si lo desean, pero ninguno de los tres candidatos masculinos (Mbappé, Vinícius y Bellingham) estará presente.
Mbappé confirmó públicamente su ausencia, declarando que verá la ceremonia "desde casa" y esperará que gane su compatriota Ousmane Dembélé.
Para la edición 2025, los principales favoritos son el propio Dembélé, del PSG, y Lamine Yamal, del Barcelona. El PSG lidera la lista con nueve nominados, beneficiándose de su exitosa temporada con el triplete francés.
Los tres jugadores del Real Madrid nominados enfrentan pocas opciones reales de victoria, especialmente tras una temporada sin títulos importantes para el club. Mbappé, pese a sus 44 goles en su primera campaña merengue, reconoció que "para ganar el Balón de Oro, primero hay que ganar trofeos".
La ausencia del Real Madrid sigue generando reacciones contrastantes en el mundo del fútbol. Hansi Flick, entrenador del Barça, se posicionó indirectamente contra la decisión madridista al declarar que irán "por respeto al jugador que se haga con el trofeo", en lo que fue interpretado como una crítica al boicot blanco.
La ruptura parece definitiva, con el Real Madrid apuntando hacia alternativas como The Best de la FIFA como reconocimiento más legítimo.
Esta crisis puede que afecte a la visibilidad de los jugadores merengues, pero cuestiona aún más la credibilidad global del premio más prestigioso del fútbol individual, especialmente cuando uno de los clubes más laureados de la historia mantiene su distanciamiento institucional.
