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Un año más el Théâtre du Châtelet de París se viste de gala para conocer al nuevo Balón de Oro. Un galardón muy importante para los futbolistas y que dota de mucho prestigio a sus ganadores. Les hace entrar en los libros de historia del fútbol.

El premio, dominado con puño de hierro durante los últimos 15 años por Messi y Cristiano Ronaldo, ha regresado a la 'normalidad' y ya es más común ver a nuevos talentos y estrellas del deporte rey pelear por alzarse con el trofeo.

Rodri Hernández busca heredero. El centrocampista español se impuso de forma sorpresiva a Vinicius cuando todo el mundo esperaba el reinado del brasileño y este año otros dos jugadores se disputarán el trono: Ousmane Dembélé y Lamine Yamal.

Dos futbolistas absolutamente diferenciales. Dos atacantes que han acumulado méritos más que de sobra para ganar la 69ª edición del Balón de Oro. Ninguno lo ha hecho todavía a lo largo de su carrera y uno de ellos obtendrá el reconocimiento a su gran temporada.

Historia de redención

Quien es favorito en todas las apuestas es Dembélé. El francés está cerca de convertir una de las historias de redención más importantes que se recuerdan. Un joven talento que emergió en el Rennes y posteriormente en Dortmund, pero que se convirtió en objeto de crítica durante sus años en el Barça.

Nunca brilló en el conjunto azulgrana. Llegó a cambio de más de 150 millones tras la salida de Neymar, pero fruto de su irregularidad y sus constantes problemas físicos nunca llegó a ser la estrella que se esperaba.

Salió rumbo al PSG y ahí cruzó sus caminos con Luis Enrique, el entrenador que le ha cambiado por completo su carrera. El asturiano le ha colocado en la punta de ataque y ha sabido sacar el hambre del galo y potenciar todo su talento.

Y tan solo ha bastado una temporada para pasar de ser un jugador peligroso a ser uno de los más determinantes del mundo. El curso pasado marcó 35 goles y repartió 16 asistencias en 53 partidos guiando al cuadro parisino a un triplete histórico.

Dembélé celebra un gol con el PSG. REUTERS

Ganar la Ligue 1, la Copa de Francia, pero especialmente alzarse con la primera Champions de la historia del club, son las mayores bazas del 'mosquito' para ganar el Balón de Oro. No son únicamente buenos números. Están acompañados de títulos. Y eso se prima mucho en este tipo de galardones.

En busca de la historia

El gran rival para Dembélé por el Balón de Oro es Lamine Yamal. Un futbolista que está creciendo a pasos agigantados y que con apenas 18 años está firmando unas actuaciones totalmente impropias para su edad.

Y es que, en caso de ganar el premio, Lamine se convertirá en el Balón de Oro más joven de la historia del fútbol. Hasta ahora, ese reconocimiento pertenece a Ronaldo Nazario. Fue en 1997, cuando el brasileño se impuso a Mijatovic con apenas 21 años, tres meses y cinco días.

Lamine Yamal podría romper ese récord con creces y tiene argumentos de sobra para ser considerado merecedor del Balón de Oro. Bien es cierto que sus únicos títulos son La Liga y la Copa del Rey, pero por el camino ha dejado actuaciones de alto impacto.

El curso pasado marcó 18 goles y repartió 25 asistencias. Unos números sobresalientes que ganan relevancia teniendo en cuenta que hablamos de un adolescente. Además, la sensación de liderar a uno de los mejores equipos de la actualidad y su forma de jugar son un añadido para acercarse al galardón.

Lamine Yamal. durante el partido ante el Rayo Vallecano. REUTERS

Las dudas se disiparán este lunes a partir de las 20:00 horas. Ambos jugadores acudirán a la gala y lo harán estando lesionados. El Balón de Oro espera a su nuevo rey y cualquiera de los dos será digno sucesor de Rodri y portador de la corona de mejor jugador del mundo.