En pleno parón por los compromisos internacionales, el futbolista Raphinha vivió un episodio amargo mientras su familia paseaba en el parque temático Disneyland París. Lo que debía ser un día mágico para su hijo Gael se convirtió en indignación pública.
En unos vídeos difundidos en Instagram por el delantero del FC Barcelona, que no se encontraba en el parque ya que está con Brasil, se aprecia cómo el pequeño se acerca a un personaje vestido de ardilla, espera su turno junto a otros niños y, al llegar su momento, el empleado se levanta y se marcha sin saludar ni abrazarlo.
Lejos de romper a llorar, la familia siguió al personaje que evitó al niño en repetidas ocasiones; el pequeño mantuvo la sonrisa mientras los padres grababan la escena y compartían las imágenes con sus más de catorce millones de seguidores.
"Tus empleados son una vergüenza. No deberíais tratar así a la gente, especialmente a un niño. Tendríais que hacer a los niños felices, no despreciarlos así. Prefiero decir 'despreciar' a otra cosa. Sois unos desgraciados", comenzaba diciendo el futbolista, contundente.
El jugador también apuntó directamente al trato diferencial, añadiendo: "Entiendo la fatiga que causa este tipo de trabajo pero, ¿por qué todos los niños blancos reciben su abrazo y mi hijo no?", dejando entrever que considera el episodio de carácter racista.
Su pareja, Taia Belloli, relató en redes que el personaje llegó a dar ambas manos a una niña para no interactuar con su hijo y que incluso se alejó con la otra menor: "¡Le dio las dos manos a la niña para no darle la suya! Y no contento, se fue con la niña lejos de él. Qué odio".
La denuncia del jugador, que se encuentra concentrado con la selección brasileña, encendió el debate y posicionó al parque en el foco mediático; por el momento nadie se ha pronunciado desde Disneyland París para explicar lo sucedido.
Las imágenes hacen evidente la frustración de una familia que buscaba normalidad y unos recuerdos felices; el contraste entre la sonrisa del pequeño y la indiferencia del empleado ha multiplicado las reacciones de seguidores y organizaciones en redes.
"Os odio. Él solo quería decir hola y abrazarlo. Tenéis suerte de que no lo entienda", escribió el futbolista en otra de sus historias, recalcando la inocencia del menor y la rabia de los adultos ante un gesto que consideran injustificable.
El caso reaparece en el debate sobre el racismo cotidiano y la responsabilidad de empresas turísticas para formar y supervisar a su personal. en las redes, son muchos los usuarios que piden ante lo ocurrido investigaciones internas y protocolos que eviten que situaciones así se repitan en lugares públicos.
Mientras las imágenes circulan, el episodio recuerda que espacios pensados para la infancia pueden no estar exentos de discriminación. Así, la familia exige medidas concretas y un respuesta del parque.
